Los enemigos de América
02/03/2007
- Opinión
El mensaje es claro y contundente: “¡Despierta, nación americana! Tus enemigos vuelven a levantar cabeza; tus enemigos pretenden acabar con el liderazgo mundial de los Estados Unidos. Sé firme: tus rivales no son sólo los “islamofascistas” de Al Qaeda o los ayatolás de Teherán, también todos aquellos que osan poner en tela de juicio la preponderancia de los valores morales de la civilización judeo-cristiana. ¡Despierta América; el peligro se está aproximando!”
El resultado de las elecciones celebradas en los Estados Unidos en noviembre de pasado año ha desatado la ira de los conservadores y los “neocons”, incondicionales defensores del unilateralismo llevado a la práctica por la Administración Bush. Para las instituciones de corte radical, como el Ethics and Public Policy Center (EPPC) o el Comité para el Estudio de las Amenazas Actuales, los enemigos de los valores americanos son cada vez más numerosos, más activos y más peligrosos. Los detractores de la política imperial de Washington, compañeros de viaje del “extremismo islámico”, se muestran a la vez irreverentes y subversivos, convirtiéndose en un auténtico peligro para los intereses nacionales y la seguridad de los Estados Unidos.
En la lista de los aliados del “islamofascismo”, elaborada por el ex senador republicano por el Estado de Pennsylvania, Richard Santorum, aparece un extraño cóctel de “enemigos de América”, entre los que figuran: Irán, Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Rusia y China. Estima el ex senador, católico practicante de la vieja escuela, que el enemigo se dispone a librar batalla contra la libertad religiosa, a aprovechar la bonanza de los petrodólares para abrir, más allá de Afganistán e Iraq, nuevos frentes de combate contra Occidente. Santorum, ferviente partidario de una intervención militar contra el régimen de Teherán, no duda en acusar al Presidente venezolano Hugo Chávez, quien selló un pacto de amistad con el iraní Ahmadineyad, de emplear alrededor de 30 millones de dólares para crear una veintena de bases militares en Bolivia. El objetivo final de dicho proyecto: construir el socialismo del siglo XXI en el patio trasero de los Estados Unidos. Sin embargo, conviene señalar que el ex senador no dispone de datos concretos que avalen su tesis.
Otro legislador independiente, el senador Joseph Lieberman, presidente del Comité para el Estudio de las Amenazas Actuales es, según el analista estadounidense Thomas Barry, partidario de una alianza global llamada a combatir el radicalismo islámico, fenómeno “igual de peligroso e incluso más que el comunismo derrotado en el siglo XX”. No hay que extrañarse, pues, al comprobar que Lieberman califica el discurso pronunciado por Vladimir Putin en la reciente reunión sobre seguridad celebrada en Munich de mero “reflejo de la Guerra Fría”.
Pero qué duda cabe de que la mentalidad de la Guerra Fría, así como la argumentación a la vez simplista y excesivamente agresiva, aún forman parte del arsenal ideológico de los conservadores estadounidenses, de una derecha propensa a la confrontación ideológica, de un radicalismo fomentado por los círculos allegados al Poder imperial. ¿Quién decía de los fundamentalistas sólo se hallaban en Teherán?
- Adrián Mac Liman, Escritor y periodista, miembro del Grupo de Estudios Mediterráneos de la Universidad de La Sorbona (París)
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
El resultado de las elecciones celebradas en los Estados Unidos en noviembre de pasado año ha desatado la ira de los conservadores y los “neocons”, incondicionales defensores del unilateralismo llevado a la práctica por la Administración Bush. Para las instituciones de corte radical, como el Ethics and Public Policy Center (EPPC) o el Comité para el Estudio de las Amenazas Actuales, los enemigos de los valores americanos son cada vez más numerosos, más activos y más peligrosos. Los detractores de la política imperial de Washington, compañeros de viaje del “extremismo islámico”, se muestran a la vez irreverentes y subversivos, convirtiéndose en un auténtico peligro para los intereses nacionales y la seguridad de los Estados Unidos.
En la lista de los aliados del “islamofascismo”, elaborada por el ex senador republicano por el Estado de Pennsylvania, Richard Santorum, aparece un extraño cóctel de “enemigos de América”, entre los que figuran: Irán, Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Rusia y China. Estima el ex senador, católico practicante de la vieja escuela, que el enemigo se dispone a librar batalla contra la libertad religiosa, a aprovechar la bonanza de los petrodólares para abrir, más allá de Afganistán e Iraq, nuevos frentes de combate contra Occidente. Santorum, ferviente partidario de una intervención militar contra el régimen de Teherán, no duda en acusar al Presidente venezolano Hugo Chávez, quien selló un pacto de amistad con el iraní Ahmadineyad, de emplear alrededor de 30 millones de dólares para crear una veintena de bases militares en Bolivia. El objetivo final de dicho proyecto: construir el socialismo del siglo XXI en el patio trasero de los Estados Unidos. Sin embargo, conviene señalar que el ex senador no dispone de datos concretos que avalen su tesis.
Otro legislador independiente, el senador Joseph Lieberman, presidente del Comité para el Estudio de las Amenazas Actuales es, según el analista estadounidense Thomas Barry, partidario de una alianza global llamada a combatir el radicalismo islámico, fenómeno “igual de peligroso e incluso más que el comunismo derrotado en el siglo XX”. No hay que extrañarse, pues, al comprobar que Lieberman califica el discurso pronunciado por Vladimir Putin en la reciente reunión sobre seguridad celebrada en Munich de mero “reflejo de la Guerra Fría”.
Pero qué duda cabe de que la mentalidad de la Guerra Fría, así como la argumentación a la vez simplista y excesivamente agresiva, aún forman parte del arsenal ideológico de los conservadores estadounidenses, de una derecha propensa a la confrontación ideológica, de un radicalismo fomentado por los círculos allegados al Poder imperial. ¿Quién decía de los fundamentalistas sólo se hallaban en Teherán?
- Adrián Mac Liman, Escritor y periodista, miembro del Grupo de Estudios Mediterráneos de la Universidad de La Sorbona (París)
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
https://www.alainet.org/pt/node/119789?language=es
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