La situación de las amenzas de muerte que reciben diversos sectores de la sociedad civil colombiana, ha llevado incluso a senadores de la coalición uribista a solicitar que se tomen las medidas necesarias para proteger la vida de los ciudadanos.

Luego de los señalamientos del presidente colombiano, Álvaro Uribe sobre líderes opositores, a quienes llamó "guerrilleros vestidos de civil", se agudizaron las amenazas de muerte contra dirigentes sociales, defensores de los derechos humanos, periodistas y abogados entre otros, informó el corresponsal de TeleSUR en ese país Vladimir Carrillo.

Para el sociólogo Orlando Fals las amenazas que en la actualidad recorren Colombia hacen parte de las prácticas de terrorismo de Estado, que desde hace más de 60 años, se utilizan para acallar contradictores y legitimar el poder con la muerte.

"Es una costumbre que ha permitido mantener a una minoría explotadora en el gobierno, que no merece estar gobernando. Es una vergüenza nacional que sólo con este tipo de terrorismo del Estado son capaces de mantenerse ahí", agregó Fals.

Por su parte, Alfonso Palacio, quien reclama protección, es otra de las personas que se encuentra sentenciada por paramilitares de la costa norte colombiana, por denunciar asesinatos y desviación de recursos de la salud a esos grupos.

Palacio, quien durante 8 de 50 años ha estado amenazado de muerte, denunció que su esquema de seguridad fue retirado por el Estado

"Yo estoy dejando bajo responsabilidad del Estado en cabeza del presidente Álvaro Uribe, la responsabilidad sobre la protección a mi vida", explicó Palacio.

La situación de las amenazas contra dirigentes políticos, llevó al senador de la coalición uribista, Germán Vargas Lleras, a condenar este tipo de hechos, principalmente los que van dirigidos contra su colega Gustavo Petro, uno de los primeros en denunciar el caso de la parapolítica en Colombia.

"Condeno las amenazas contra el senador Petro porque me parecen que son graves y requieren toda la atención. Nadie está avalando eso ni puede tolerarlo y hay que tomar todas las medidas para proteger la vida de la gente, aunque esté en la oposición mas férrea", advirtió.

La atmósfera de temor no sólo la respiran los miembros de los partidos políticos, también recorre las calles y genera preocupación en la sociedad que hace oposición al paramilitarismo.

Para Luis Ignácio López es obvio que existan amenazas "porque definitivamente en este país cuando se comienzan a destapar ollas podridas, los que tienen el valor de hacerlo, ponen su vida en peligro".

Hace una semana, decir la verdad le costó la vida a la dirigente campesina Yolanda Izquierdo quien pidió protección ante las amenazas de muerte, sin embargo, las autoridades nunca se la brindaron.