Una oportunidad más para el planeta
10/11/2006
- Opinión
“Las futuras generaciones no nos perdonarán si nos retrasamos más”, denuncia Greenpeace ante la nueva oportunidad que la Cumbre de Nairobi da a nuestro planeta. Ciento ochenta y nueve países y más de 6.000 participantes discutirán durante dos semanas sobre el maltrato que sufre la Tierra. Los expertos y las asociaciones ecologistas no esperan grandes decisiones, aunque los más optimistas esperan que esta Cumbre del Clima abra la puerta para llegar a una segunda fase del Protocolo de Kioto.
Desde Naciones Unidas aconsejan que la máxima prioridad de los gobiernos tiene que estar en prepararse para las alteraciones que se van a producir debido al calentamiento del planeta. “Hay que concretar actuaciones en el marco de un plan a cinco años sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático”, explica el secretario general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo Boer. Los planes y fondos de adaptación deben ir acompañados, según la ONU, de una apuesta clara por las tecnologías limpias y transportes menos contaminantes.
Estados Unidos y Australia, dos de los países que aún no han ratificado Kioto, no han dado muestras de un cambio radical en su política medioambiental. ¿Qué ejemplo dan estas dos potencias económicas a países emergentes como China, India, Brasil o México? Si todas las familias chinas tuvieran un simple frigorífico, la capa de ozono no resistiría. Tampoco el Amazonas podría asumir que toda la población de la Tierra utilizase papel higiénico. En poco más de una década, el pulmón del planeta desaparecía.
El informe Stern ya nos ha alertado de los problemas que tendrá la Tierra si no se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Más sequías, inundaciones y desastres naturales, desaparición de ciudades como Nueva York, Shangai, Londres y miles de ciudades costeras en todo el mundo, desaparición de millones de hectáreas agrícolas, problemas en el abastecimiento de agua potable, hambrunas...
Estados Unidos emite seis veces más dióxido de carbono que China y veinte veces más que India. Si estas dos economías emergentes produjeran los niveles de contaminación que la primera potencia económica mundial, “se necesitarían dos planetas Tierra tan sólo para poder sostener sus economías”, denuncia el Worldwatch Institute. Este dato pone de manifiesto la necesidad de que acuerdos internacionales, como el de Kioto, se tomen en serio y que las “cuotas” de contaminación no son la solución. Ecologistas y expertos medioambientales llevan años explicando la necesidad de rebajar la contaminación atmosférica. La compra-venta de “cuotas” de contaminación no es más que una venda para taparnos los ojos.
El calentamiento global, la tala incontrolada de árboles, el avance de los desiertos, la explotación de mares y bosques, la tala incontrolada de árboles, la construcción masiva de montañas y playas, el desgaste de las tierras de cultivo, el agujero de la capa de ozono… Peligros de los que los expertos nos alertan cada día, pero que ya no nos dan miedo. No nos terminamos de creer que la catástrofe medioambiental ya está aquí y que la responsabilidad no es sólo de los gobiernos y multinacionales, también de nuestra forma de actuar cada día.
Cerrar bien el grifo, usar el trasporte público, consumir lo necesario para vivir deberían ser nuestras reglas de oro. El despilfarro actual de los recursos naturales están agotando a la Tierra. Es hora de que la sociedad civil tome conciencia de su responsabilidad para con la Naturaleza. Dejémonos de quejas y críticas a las empresas y administraciones y empecemos a mirar nuestros propios hábitos. Sólo así podremos exigir a nuestros gobernantes un desarrollo sostenible respetuoso con el Medio Ambiente. Los ciudadanos tenemos que dar una lección de responsabilidad a los gobiernos y políticos. Sólo así la Tierra dará una oportunidad a las futuras generaciones.
- Ana Muñoz es periodista
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
Desde Naciones Unidas aconsejan que la máxima prioridad de los gobiernos tiene que estar en prepararse para las alteraciones que se van a producir debido al calentamiento del planeta. “Hay que concretar actuaciones en el marco de un plan a cinco años sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático”, explica el secretario general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo Boer. Los planes y fondos de adaptación deben ir acompañados, según la ONU, de una apuesta clara por las tecnologías limpias y transportes menos contaminantes.
Estados Unidos y Australia, dos de los países que aún no han ratificado Kioto, no han dado muestras de un cambio radical en su política medioambiental. ¿Qué ejemplo dan estas dos potencias económicas a países emergentes como China, India, Brasil o México? Si todas las familias chinas tuvieran un simple frigorífico, la capa de ozono no resistiría. Tampoco el Amazonas podría asumir que toda la población de la Tierra utilizase papel higiénico. En poco más de una década, el pulmón del planeta desaparecía.
El informe Stern ya nos ha alertado de los problemas que tendrá la Tierra si no se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Más sequías, inundaciones y desastres naturales, desaparición de ciudades como Nueva York, Shangai, Londres y miles de ciudades costeras en todo el mundo, desaparición de millones de hectáreas agrícolas, problemas en el abastecimiento de agua potable, hambrunas...
Estados Unidos emite seis veces más dióxido de carbono que China y veinte veces más que India. Si estas dos economías emergentes produjeran los niveles de contaminación que la primera potencia económica mundial, “se necesitarían dos planetas Tierra tan sólo para poder sostener sus economías”, denuncia el Worldwatch Institute. Este dato pone de manifiesto la necesidad de que acuerdos internacionales, como el de Kioto, se tomen en serio y que las “cuotas” de contaminación no son la solución. Ecologistas y expertos medioambientales llevan años explicando la necesidad de rebajar la contaminación atmosférica. La compra-venta de “cuotas” de contaminación no es más que una venda para taparnos los ojos.
El calentamiento global, la tala incontrolada de árboles, el avance de los desiertos, la explotación de mares y bosques, la tala incontrolada de árboles, la construcción masiva de montañas y playas, el desgaste de las tierras de cultivo, el agujero de la capa de ozono… Peligros de los que los expertos nos alertan cada día, pero que ya no nos dan miedo. No nos terminamos de creer que la catástrofe medioambiental ya está aquí y que la responsabilidad no es sólo de los gobiernos y multinacionales, también de nuestra forma de actuar cada día.
Cerrar bien el grifo, usar el trasporte público, consumir lo necesario para vivir deberían ser nuestras reglas de oro. El despilfarro actual de los recursos naturales están agotando a la Tierra. Es hora de que la sociedad civil tome conciencia de su responsabilidad para con la Naturaleza. Dejémonos de quejas y críticas a las empresas y administraciones y empecemos a mirar nuestros propios hábitos. Sólo así podremos exigir a nuestros gobernantes un desarrollo sostenible respetuoso con el Medio Ambiente. Los ciudadanos tenemos que dar una lección de responsabilidad a los gobiernos y políticos. Sólo así la Tierra dará una oportunidad a las futuras generaciones.
- Ana Muñoz es periodista
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
https://www.alainet.org/pt/node/118124?language=en
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