José Vicente Rangel a HRW
02/07/2003
- Opinión
Doctor
JOSE MIGUEL VIVANCO
Director Ejecutivo Human Rights Watch Respondo su comunicación al Presidente
Hugo Chávez en los términos siguientes. 1) Cuando recientemente vino a Venezuela, lo recibimos y conversamos largamente con usted la Ministra del Trabajo María Cristina Iglesias, el Ministro de Educación Aristóbulo Istúriz y quien suscribe esta comunicación. Le explicamos ampliamente la situación del país, las sistemáticas agresiones contra el régimen constitucional y democrático por parte de la oposición y la manera como los medios de comunicación se han colocado al frente del golpismo y el terrorismo. Las veces que usted ha visitado nuestro país se le ha recibido con amplitud y se le han permitido todas las facilidades para la realización de su tarea; pero usted malinterpretó esa generosidad y ha hecho uso abusivo de ella incursionando en asuntos que son de estricta competencia de las instituciones venezolanas y de los venezolanos. En el caso particular de la Ley de Responsabilidad Social de la Radio y la Televisión, usted debe saber que esa materia es atribución del Poder Legislativo, que en nuestro país es soberano, autónomo y elegido popularmente. Y en el caso de eventuales sanciones impositivas a los canales de televisión comercial, éstas están fundamentadas en disposiciones legales sobre la materia, las cuales son recurribles ante los órganos jurisdiccionales competentes. Cuando recibió nuestras explicaciones usted admitió -en privado esa vez- buena parte de ellas, formuló críticas a los medios y manifestó que Venezuela constituía un caso que requería de un tratamiento muy particular dada su atipicidad. No obstante la claridad de nuestro planteamiento, sustentado en numerosos ejemplos, y la admisión por parte suya de las peculiaridades del caso venezolano y la cuestionable conducta asumida por los medios, al involucrarse éstos en la contingencia política y participar en las acciones subversivas, sus posteriores declaraciones constituyeron un verdadero fraude, un falseamiento total de la verdad y una inexcusable solidaridad con el poder mediático y económico, responsable en gran medida de la actividad contraria al régimen constitucional y democrático venezolano, como quedó demostrado con el golpe del 11 de abril, el paro empresarial y el sabotaje petrolero de diciembre del pasado año. Además observo en su juicio, que usted se contradice al acusar al gobierno de amenazar la libertad de expresión, y al mismo tiempo reconoce que existe "una amplia libertad de expresión en el país". 2) A partir de estas posiciones contradictorias que evidencia, tanto usted, señor Vivanco, como la organización que dirige, Human Rights Watch, perdieron para mí como interlocutor -y para la mayoría del pueblo venezolano- toda credibilidad y confianza. Yo en particular estoy perfectamente consciente de que algún mecanismo innombrable debió operar sobre usted para que adoptase esa posición pública, ratificada ahora en la carta que dirige al Presidente Chávez. 3) Por esta razón, por considerar que su misión y función han sido desnaturalizadas -las cuales no se corresponde con la verdad si no que obedece a razones extrañas a la libertad de expresión y de información que el gobierno del Presidente Chávez defiende celosamente y que explica que en Venezuela esa libertad haya funcionado como nunca antes- no le asigno valor alguno a la posición fijada por usted y lamento que el nombre de Human Rights Watch sea utilizado de la manera que usted lo hace. Atentamente:
José Vicente Rangel Caracas, 03 Jul. 2003
JOSE MIGUEL VIVANCO
Director Ejecutivo Human Rights Watch Respondo su comunicación al Presidente
Hugo Chávez en los términos siguientes. 1) Cuando recientemente vino a Venezuela, lo recibimos y conversamos largamente con usted la Ministra del Trabajo María Cristina Iglesias, el Ministro de Educación Aristóbulo Istúriz y quien suscribe esta comunicación. Le explicamos ampliamente la situación del país, las sistemáticas agresiones contra el régimen constitucional y democrático por parte de la oposición y la manera como los medios de comunicación se han colocado al frente del golpismo y el terrorismo. Las veces que usted ha visitado nuestro país se le ha recibido con amplitud y se le han permitido todas las facilidades para la realización de su tarea; pero usted malinterpretó esa generosidad y ha hecho uso abusivo de ella incursionando en asuntos que son de estricta competencia de las instituciones venezolanas y de los venezolanos. En el caso particular de la Ley de Responsabilidad Social de la Radio y la Televisión, usted debe saber que esa materia es atribución del Poder Legislativo, que en nuestro país es soberano, autónomo y elegido popularmente. Y en el caso de eventuales sanciones impositivas a los canales de televisión comercial, éstas están fundamentadas en disposiciones legales sobre la materia, las cuales son recurribles ante los órganos jurisdiccionales competentes. Cuando recibió nuestras explicaciones usted admitió -en privado esa vez- buena parte de ellas, formuló críticas a los medios y manifestó que Venezuela constituía un caso que requería de un tratamiento muy particular dada su atipicidad. No obstante la claridad de nuestro planteamiento, sustentado en numerosos ejemplos, y la admisión por parte suya de las peculiaridades del caso venezolano y la cuestionable conducta asumida por los medios, al involucrarse éstos en la contingencia política y participar en las acciones subversivas, sus posteriores declaraciones constituyeron un verdadero fraude, un falseamiento total de la verdad y una inexcusable solidaridad con el poder mediático y económico, responsable en gran medida de la actividad contraria al régimen constitucional y democrático venezolano, como quedó demostrado con el golpe del 11 de abril, el paro empresarial y el sabotaje petrolero de diciembre del pasado año. Además observo en su juicio, que usted se contradice al acusar al gobierno de amenazar la libertad de expresión, y al mismo tiempo reconoce que existe "una amplia libertad de expresión en el país". 2) A partir de estas posiciones contradictorias que evidencia, tanto usted, señor Vivanco, como la organización que dirige, Human Rights Watch, perdieron para mí como interlocutor -y para la mayoría del pueblo venezolano- toda credibilidad y confianza. Yo en particular estoy perfectamente consciente de que algún mecanismo innombrable debió operar sobre usted para que adoptase esa posición pública, ratificada ahora en la carta que dirige al Presidente Chávez. 3) Por esta razón, por considerar que su misión y función han sido desnaturalizadas -las cuales no se corresponde con la verdad si no que obedece a razones extrañas a la libertad de expresión y de información que el gobierno del Presidente Chávez defiende celosamente y que explica que en Venezuela esa libertad haya funcionado como nunca antes- no le asigno valor alguno a la posición fijada por usted y lamento que el nombre de Human Rights Watch sea utilizado de la manera que usted lo hace. Atentamente:
José Vicente Rangel Caracas, 03 Jul. 2003
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