I Encuentro Hemisférico frente a la Militarización
Desmilitarización y justicia para las Américas
07/05/2003
- Opinión
En
tiempos en los que la globalización neoliberal busca imponerse
por todos los medios, incluida la fuerza de las armas, en un
espacio que se extiende al mundo entero, colocando sus
recursos, la tierra y la poca biodiversidad que le queda, bajo
las leyes del mercado -que precisamente funcionan de modo
contrario al de la satisfacción de las necesidades humanas-,
unas 929 personas de 28 países se han dado cita en San
Cristóbal de las Casas (México), para expresar cientos de
argumentos sobre la urgencia de construir una paz con justicia.
En el I Encuentro Hemisférico frente a la Militarización, tanto
quienes han vivido los abusos militares en carne propia, como
la juventud que se organiza por la paz, las organizaciones
indígenas que abogan por sus pueblos, las mujeres que son
mayoría en el evento, los monitoreadores de los impactos de la
que fue Escuela de las Américas -la mayor fábrica de violadores
de los derechos humanos- y sus sucedáneas rebautizadas con
nuevos nombres, los/as intelectuales que reflexionan y analizan
las distintas dimensiones de la militarización, todos y todas,
coinciden en no permitir más que el gobierno de los Estados
Unidos haga de sus intereses internos, energéticos u otros, una
prioridad mundial que se impone a sangre y fuego.
Al unísono coinciden en que el tiempo de la colonización y sus
brutalidades deben ser parte de la historia, e insisten en que
el tiempo de ahora es el de alternativas para superar la era de
la globalización neoliberal, que produce exclusión y pobreza y,
además, distorsiona los recursos materiales y humanos poniendo
en riesgo el futuro del planeta.
Cientos de buenas razones, cifras, análisis y testimonios, han
puesto en evidencia que urge desmantelar públicamente el
pretexto de la lucha contra el "terrorismo" y por la
"democracia", usados por el país del norte para invadir,
sembrar el continente de bases militares y satélites, y
anteponer prioridades de muerte, como aquella del comercio de
armamento, ante aquellas de vida, tales como la erradicación de
la pobreza y la exclusión, la soberanía alimentaria, la salud,
la educación.
Como lo expresó la economista mexicana Ana Esther Ceceña, el
rubro presupuestario orientado a los gastos militares, a la
investigación científica y técnica con esos fines, a la
manipulación biotecnológica en procura el control de lo
viviente, expresa claramente el apego al militarismo -y por
ende al control autoritario-, de las prioridades de los Estados
Unidos de Norteamérica.
No obstante, ese país se ha autoproclamado como juez y guardián
de la humanidad que, desconociendo la soberanía de los países,
se atribuye el derecho a intervenir militarmente y sancionar a
los países que mantengan políticas propias, suplantando su
política externa a todo principio de derecho internacional.
Con explícitos intereses de imponer el neoliberalismo, ese
mismo país ha desatado una verdadera cruzada contra los países
y movimientos de liberación que se rigen bajo propuestas de
autodeterminación, señaló el embajador palestino Fawsi El
Mashni, como sucede en oriente medio. La invasión a Iraq, que
además de ser un crimen contra ese pueblo es uno contra la
humanidad, es una clara muestra de las motivaciones de control
económico y geopolítico que mueven al pretendido imperio.
La arremetida contra los países colocados en el llamado "eje
del mal" tiene más bien un claro perfil de guerra neocolonial,
que -con el pretexto de luchar contra el terrorismo, definido
como todo lo que contraría los principios neoliberales, ha
impuesto la ley del más fuerte, utilizando criterios
arbitrarios para legitimar las acciones bélicas de unos y
deslegitimar los propósitos libertarios de otros.
En las Américas, las ocupaciones e intervenciones económicas y
militares, los planes bélico-económicos se extienden desde
Puebla hasta la Patagonia y tienen el claro propósito de
mantener el dominio de las grandes corporaciones sobre los
recursos naturales, sin importar los intereses de los pueblos,
dijo María Luisa Mendonça, representante del Grito de los
Excluidos y excluidas.
Por estas y tantas otras razones de dignidad, aquí en el
Encuentro Hemisférico contra la Militarización, las prioridades
de lucha se colocan en torno a la defensa de los principios de
soberanía, cultura de paz y justicia económica y social, que se
proponen como ejes centrales para el delineamiento de todo
proyecto nacional e internacional.
Para compartir más ampliamente estas ideas, las y los
participantes se proponen a desarrollar distintas iniciativas
para reclamar pluralidad a los medios de comunicación, ahora
convertidos en instrumentos de propaganda bélica, y llamarlos a
difundir información diversificada, basada en fuentes múltiples
y dignas de fe.
Y, haciendo eco a los millones de personas que se han
movilizado contra la guerra en el mundo, se espera desplegar
una campaña internacional contra el militarismo, por el desarme
inmediato y la reorientación de los recursos multimillonarios
que se invierten en armas hacia las necesidades de los pueblos.
* Otros textos relacionados
Inicia Encuentro Contra Militarización
Texto de la Convocatoria al Primer Encuentro Hemisférico frente a la Militarización
https://www.alainet.org/pt/node/107499?language=es
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