Los números del odio
24/03/2014
- Opinión
Dos áreas de la convivencia social ecuatoriana reciben una nueva modalidad de manejo, adoptadas por los enfermos de odio: las elecciones seccionales y los juegos de Odesur realizados en Chile.
Así, como los conceptos y las realidades de las noticias se manipulan según los intereses de quienes las fabrican a través de supuestas verdades y tuercen los acontecimientos, son con frecuencia manipulados con las herramientas del odio que se alimenta con mentiras, desprecio y animosidad.
Lo triste es que esos odiadores, con tal de desalentar el ánimo de los ecuatorianos, si es que pueden raspar a Correa y al país, atacan al que sea, sin importar las lesiones que pueden causar a gente políticamente inocente, como es el caso de los deportistas.
Así como esos odiadores desprecian los triunfos de Baroja en Quito y Pichincha o de Jairala en Guayaquil y Guayas, también menosprecian las medallas alcanzadas por los deportistas en los juegos de Chile, como que si eso dependiera en beneficio o deterioro de la imagen de Correa.
El esfuerzo preparativo y el sacrificio que hacen los deportistas en los momentos de competir no pueden ser juzgados a través del odio y la mezquindad, tanto por el mérito de las personas que ganan medallas como el dolor de no alcanzar a ganarlas, manteniendo el orgullo de haber competido.
No se debe ni se puede dañar el mérito de los competidores en cualquier deporte solo por responsabilizar al gobierno, en venganza por no haber seguido solapando los turbios manejos del pasado en que pseudo dirigentes se entronizaban en los organismos de dirección de los entes del deporte, en las épocas en que a las competencias viajaban más dirigentes que deportistas.
Ecuador terminó sexto en Odesur de Chile cuando quedó décimo en 1978 en Bolivia; ahora llevó 263 competidores frente a Colombia 390; Brasil 503; Argentina 515; Chile 590.
Desde luego que el número de competidores influye en la posibilidad de ganar medallas: Ecuador obtuvo 63 medallas y su ubicación es mejor que la de Perú que llevó 261 deportistas.
Los triunfos electorales dependen de las votaciones, es decir, de la voluntad de los electores, no de la voluntad de los candidatos. Las medallas a los deportistas se otorgan en premio al sacrificio de los participantes, a su propio esfuerzo: un mínimo de justicia y racionalidad hace que los seres con sentido de patria apoyen a sus coterraneos cuando compiten en el ámbito deportivo.
Los odiadores también germinan en la prensa deportiva para hacer daño, como en la política.
- Alfredo Vera
Para publicarse en EL TELEGRAFO del martes 25 de marzo
https://www.alainet.org/fr/node/84229?language=es
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