LIBRE y la ruta originaria
20/11/2013
- Opinión
Las elecciones del 24 de noviembre de 2013 marcan un punto de inflexión en la política hondureña. Por primera vez el Bipartidismo Tradicional se pondrá a prueba, aunque no necesariamente el Poder; connotados miembros de la oligarquía y los grupos y poderes fácticos se alinearon con el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), y esperan también ser parte del gobierno o beneficiarse de negocios.
Uno de los principales problemas es la falta de asimilación y conciencia de los políticos por no aceptar que incluso perdiendo una elección pueden resultar con ganancias. Le trasmiten al pueblo mucha emotividad, sin ver ni analizar las variables “reales” de la política: a) recursos económicos, grupos de poder y descontento popular (situación económica y social).
El candidato del partido de gobierno ha realizado una campaña jamás vista. Se habla de más de 10 millones de lempiras diarios en publicidad; usa los fondos del Estado y de la Cooperación para entregar el bono 10 diez mil a sus seguidores, igual ofrece descuentos en las empresas de comida rápida y alinea a los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para que llamen a los electores a que se pongan la camiseta de la Selección Nacional, recién clasificada al mundial del futbol, cuyos colores son azul y blanco, contrario al rojo y negro o rojo y blanco.
La Embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiski, profetiza que los resultados de las elecciones no se conocerán en forma inmediata y tendrá que esperarse más tiempo, por lo que los candidatos deben aceptar los resultados sin más. Cualquiera de los candidatos puede ganar la elección, incluso Mauricio Villeda que según las encuestas se ubica en tercero y cuarto lugar. Pero desde ya las encuestadoras autorizadas por el TSE, las únicas que pueden dar resultados, se preparan par oficializar un ganador-ideal del Bipartidismo- cuya tendencia será irreversible.
La campaña se focalizó en el tema de seguridad y la creación de la Policía Miliar, como una estrategia del candidato oficialista para desviar la atención de los grandes problemas económicos y sociales profundizados después del golpe de Estado. La crisis económica y social de Honduras no ha sido utilizada-deliberadamente- como tema de campaña por las fuerzas alternativas al Bipartidismo, más bien se acepta que la mala gestión del gobierno no afecta al candidato.
En Honduras, en el caso del Partido LIBRE la emotividad llegó al extremo de pronosticar para las elecciones internas la obtención de más de 1.5 millones de votos superior a los obtenidos por los partidos tradicionales en conjunto. Incluso se argumentó que los votos reales obtenidos por la candidata a la presidencia de la República, fueron superiores a 800 mil, por encima de los asignados por el TSE. Hay evidencia plena del desastre del TSE en el manejo de los datos de esta elección, pero ello solo es un factor que explica el no alcanzar lo que se había pronosticado.
Para las elecciones generales del próximo 24 de noviembre el optimismo es mayor, a juzgar por el gran número de personas que asisten a las concentraciones políticas y los resultados de las encuestas donde es clara la ventaja de Xiomara Castro sobre Juan Orlando Hernández. Se habla que LIBRE obtendría 1.1 millones de votos, suficientes para ganar una elección; además, en la ciudad capital de Honduras, estaría obteniendo al menos cerca de la mitad de los diputados y la alcaldía. Esperamos una elección limpia y que los pronósticos se cumplan, pero ¿qué pasa si ello no se da?
Hay que volver a la ruta originaria. Existe un Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) que acuerpa un proyecto político de largo plazo, que los resultados desfavorables de una elección no lo alejan de los objetivos trazados. Más organización, más capacitación, más participación de otros actores y más incidencia política es la orden del día, acompañado de la protesta publica frente a violaciones sistemáticas de los derechos más elementales.
En complemento a ello, en el peor de los casos que Xiomara Castro no se electa presidenta de la República, se tendrá una importante representación en el Congreso de la República, y el control de gran parte de las municipalidades del país; habrá representación en el Parlamento Centroamericano y en las instancias nacionales como el TSE, Registro Nacional de las Personas, Fiscalía, Instituto de Acceso a la Información, Derechos Humanos e incluso Poder Judicial.
En elecciones limpias, no hay que desmayar si los resultados esperados no se dan, en realidad la lucha política no termina con una elección, más bien comienza. En elecciones sucias, la protesta y el no reconocimiento del ilegitimo, son la principal bandera de lucha.
Tegucigalpa, 21 de Noviembre de 2013
https://www.alainet.org/fr/node/81045
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