El columnista Rubén Perina, que se presenta como profesor de la Universidad de Georgetown y George Washington, titula su escrito con una afirmación tan provocativa como sediciosa: “Elecciones viciadas en Venezuela”. Lo hace, precisamente, horas antes de los comicios en dicho país sudamericano y lo hace desde Estados Unidos. Este verdadero panfleto antichavista es reproducido por el diario “La Tercera” de Santiago de Chile, como una opinión académica seria.

En su docta opinión, el proceso electoral en Venezuela está viciado, entre otras cosas, por la utilización de un sistema tecnológico que burlaría el secreto del voto. En sus palabras: “Así ha forzado la utilización de un sofisticado sistema automatizado de votación, cuya transparencia y seguridad es cuestionada por al menos la mitad de los votantes. Este genera dudas sobre el secreto del voto, animando a los chavistas, pero amedrentando a los opositores. El mensaje velado del gobierno: “Sabemos por quién votas. La tecnología lo permite”(Sic). El argumento no solo es ingenuo sino que concibe a sus lectores como ignorantes o, definitivamente imbéciles, pues cualquiera que conozca un mínimo los protocolos computacionales sabe que lo que afirma Perina es virtualmente imposible y sería detectado casi de inmediato.

En el burdo argumento de Rubén Perina se desliza, sin embargo, con claridad su certeza de que la derecha encabezada por Henrique Capriles está derrotado, escribe nuestro columnista: “El propósito es movilizar el día de las elecciones su tradicional mayoría electoral (unos 8 millones de votantes o 54% más o menos). Chávez logró esa mayoría regularmente desde 1998, con políticas asistencialistas de inclusión y servicios sociales que beneficiaron capas sociales largamente ignoradas y marginadas por previos gobiernos. El régimen chavista controla todos los poderes del Estado, incluyendo el legislativo, el judicial, el electoral, la mayoría de las gobernaciones y las Fuerzas Armadas”. Si leemos bien, el eventual triunfo chavista se debe a que con sus gobiernos se han beneficiado capas sociales ignoradas y marginadas por previos gobiernos, es decir por aquellos gobiernos representados por Capriles.

No es tiempo de ingenuidades. Esta columna es parte de una vasta campaña que quiere transmitir una sola idea, “Elecciones viciadas en Venezuela”, el próximo paso es, obviamente, desconocer los resultados y con ello la voluntad democrática de un pueblo. Esta campaña internacional de prensa dirigida por los sectores más conservadores de los Estados Unidos y replicada por todos los medios conservadores del continente busca desestabilizar el próximo gobierno de Nicolás Maduro y con ello, poner fin a la Revolución Bolivariana como experiencia única en América Latina.

- Álvaro Cuadra es Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS