Concertado esfuerzo editorial por separar a Alberto y Cristina
- Análisis
Las dificultades del nuevo Gobierno en la relación con Estados Unidos, el previsible malestar de la patronal agraria por la actualización de las retenciones y “los espías sin control”, dan base a los columnistas de Clarín, La Nación e Infobae para relatar un comienzo de gestión saturado de pronósticos de tormentas. Esto junto a una muy anhelada crisis entre Alberto y Cristina Fernández, al punto de hablar ya, cuando pasaron cuatro días, de “desestabilización”.
El batallón de columnistas desplegó una bienvenida bastante amable al discurso de Alberto Fernández el martes 10 en el Congreso: solo se deslizaron algunas críticas o dudas. Sin embargo, prácticamente todas sus definiciones fueron plantadas como referencias directas o indirectas contra Cristina Fernández.
AF habló de superar la “grieta”: fue contra Ella, que es la culpable. Habló de transparencia en la obra pública: obvio, contra Ella. Recordó a Esteban Righi, porque fue un enemigo de Ella. Saludó con amabilidad a Macri: tan distinto a Ella. Anunció que quiere terminar con el uso político de la justicia: lo contrario a lo que hizo Ella. Anunció el fin de las maniobras de los espías: contra Ella, e incluso contra Néstor Kirchner. Hasta la cantidad de minutos que habló: fue mucho menos del tiempo que usaba Ella. Y manejó su auto, y fue a dar clase, y pasó a saludar por un comedor de Casa Rosada: nada de lo que Ella hizo, haría, hará.
Tenientes, cabos y soldados rasos ejecutaron la orden: Ignacio Miri, Ricardo Kirschbaum, Van der Kooy, Walter Schmidt, Santiago Fioriti, en Clarín; Claudio Jacquelin, Sergio Suppo, Hernán Cappiello, Morales Solá, Carlos Pagni, Di Marco, Rodríguez Yebra, en La Nación; y Tenembaum, en Infobae. Cada uno se las arregló para encontrar una frase, un gesto, algún detalle para hablar del Presidente y la Vicepresidenta como dirigentes contrapuestos, contrarios, y en rumbo de colisión.
La situación con Estados Unidos fue publicada el martes a la tarde por Clarín digital al modo catástrofe: debajo de tres títulos sobre los actos históricos que estaban aún en curso, pero con una tipografía mucho más grande, habló del “portazo” de Mauricio Claver-Carone, funcionario del Departamento de Estado, quien no asistió a las ceremonias oficiales, indignado por la presencia venezolana.
Su cacareo fue una exclusiva de Clarín, que descendiendo a “house organ” de la Embajada repitió sus frases cada día, una y otra vez, con tapa incluida, el miércoles: “El enojo de EEUU”. La Nación no quiso ser menos, y mandó a su portada del sábado un “Advierte EEUU por los gestos a Evo Morales”. Y también el domingo por la mañana, cuando el título principal era: “TENSIÓN/Se incuba un conflicto con Estados Unidos con efectos financieros”.
La advertencia es que la posición del nuevo gobierno sobre Venezuela y Evo Morales, así como la presencia del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, amenaza con frustrar la “ayuda” de Estados Unidos en la renegociación de la deuda. Dicho en criollo: la “ayuda” depende de la obediencia política, del alineamiento con Washington. No es por nada que Macri recibió decenas de miles de millones de dólares para financiar su campañita electoral.
Pero, si alguien sabe traer y propalar la información que interesa a la Embajada, o al menos a uno de los bandos de la Embajada, ese es Morales Solá. Y Morales Solá incluyó una serie de matices que atenúan el enfoque dramático de su propio diario y de Clarín. En efecto, relata el domingo 15 que Eliot Abrams, ex funcionario y ahora “emisario especial” de la diplomacia de su país, está muy agradecido porque AF gestionó ante Maduro el pase a detención domiciliaria de cinco jerarcas de la empresa CITGO, filial petrolera venezolana en Estados Unidos, que estaban en la cárcel acusados de delinquir.
Así, tras los cacareos y amenazas veladas de Claver-Carone, el miércoles AF hizo un relato de todos estos hechos al secretario Kozak, quien se quedó en Buenos Aires y representó a su gobierno en los actos. Luego Morales Solá entra en vericuetos de difícil interpretación: según dice, el nuevo Presidente le dijo a su interlocutor que quiere dialogar con él, con Pompeo, con Trump, pero que la relación debe ser sin participación de un empresario argentino, Gustavo Cinosi. Este Cinosi se le apareció a AF en México, cuando el entonces presidente electo se reunió con Claver-Carone. Parece que el empresario, dueño del Sheraton en Pilar y Tucumán, está pegado a otro gran operador estadounidense, Luis Almagro, secretario general de la OEA. Al final, Morales Solá desliza que Kozak tomó nota de este mensaje del Presidente y que ahora hay que esperar cómo reacciona Washington.
Los pronósticos de tormentas incluyen al tema de los espías. Se ocupa en Clarín Nicolás Wiñazki con verbos y adjetivos que dan pánico: los espías están inquietos, sienten “incertidumbre” porque aún el gobierno no mandó al interventor de la Agencia Federal de Inteligencia. Y esos agentes son “personas que saben presionar”. Estos espías no saben qué hacer, hay “anarquía”, “enigma”, están en el “limbo”. Todo bajo el título: “Espías sin control”.
A veces los lectores pueden quedarse con la impresión de que estos redactores y redactoras compiten para ver quién es capaz de subir más el tono: el viernes Pagni en La Nación dice que AF necesita éxito económico inmediato porque de lo contrario será el infierno para él, porque “tiene un problema de legitimidad”, dado que los votos que aportó Cristina Kirchner hacen que “él aparezca como una especie de jefe de Gabinete de lujo”. Y peor: para la reelección en 2023 ya está frente a otros dos “candidatos”, Axel Kicillof y Máximo Kirchner.
¿Quién da más? Ernesto Tenembaum, en Infobae: “El poder desestabilizador de una vicepresidenta en carne viva”, tituló el domingo. En la línea “lo que no tengo chequeado lo adivino”, un invento usado frecuentemente por este “periodismo”, la nota dice que “debe haber sido duro” para Cristina Kirchner escuchar que AF lo recordaba a Esteban Righi. Claro que Ella después se tomó “revancha”, cuando “impuso” a Julio Alak en el gabinete bonaerense.
El Gobierno afronta problemas graves, nos revela este analista, como la inflación y la deuda, en un contexto internacional complejo. Frente a esto aparece la “inestabilidad” que le atribuye a Cristina Kirchner. Y como no tiene mucho más, cierra la nota con otro recurso periodístico revolucionario: “Esto recién empieza”.
15 diciembre, 2019
-Comunicadores de la Argentina (COMUNA)
https://www.comunanet.com.ar/los-medios-pronostican-varias-tormentas/
Del mismo autor
- Medios opositores conducen la “resistencia” 21/04/2021
- La oposición mediática anhela una tragedia 06/04/2021
- Medios opositores ya imaginan “destituido” al Presidente 30/03/2021
- La ofensiva editorial vuelve a la economía 23/03/2021
- Argentina: Ultras de medios opositores hablan de “golpe” 16/03/2021
- El poder mediático se concentra en el Presidente 09/03/2021
- Argentina: Avance editorial hacia el extremismo 03/03/2021
- Euforia de los medios opositores por la crisis 22/02/2021
- La muerte de Menem, otro insumo editorial anti-peronista 16/02/2021
- Medios opositores cambian de fantasmas 09/02/2021