La impresión 3D: una revolución social 4.0

08/07/2019
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Últimamente en los medios se habla mucho sobre el potencial de las tecnologías de la impresión 3D: desde imprimir prótesis y casas hasta imprimir drones y órganos para trasplantes, las posibilidades de estas tecnologías parecen cada vez más grandes. Y si bien muchos de estos desarrollos están todavía en etapas experimentales y muy incipientes, nadie duda de que algún día en las próximas décadas la impresión 3D tendrá impactos enormes en economía, geopolítica, cultura y otros ámbitos. A estas alturas, puede parecer muy poco lógico preguntar ¿Por qué necesitamos impresoras 3D?

 

Sin embargo, ¿por qué las necesitamos? ¿Por qué no podemos simplemente pedirle a la madera que se ensamble en una mesa o a los ladrillos que se arreglen en un edificio? ¿Por qué siempre necesitamos fábricas, herramientas, máquinas o impresoras 3D para transformar la materia prima en productos que queremos tener? ¿Por qué la materia prima no se transforma sola?

 

Esta pregunta puede parecer loca o imposible, pero si pensamos en cómo funciona la naturaleza, vemos que esto no es algo raro sino algo totalmente natural y común: Después del momento de concepción de un ser vivo, las células embriogénicas se conectan y se ensamblan por sí mismas. La materia prima universal, las células madre, se diferencian y se interconectan automáticamente, formando órganos, tejidos y otros elementos del cuerpo; cada célula sabe exactamente a dónde ir, qué hacer y cómo interconectarse sin tener ninguna impresora 3D que la posicione en una configuración necesaria. ¿Por qué nuestra tecnología no puede funcionar así? ¿Por qué no podemos decirle a una bolsa de insumos que se ensamblen en una mesa?

 

No podemos hacerlo porque nuestra tecnología todavía es muy primitiva, aun las impresoras 3D más avanzadas mueven la materia prima en pedazos de trillones de átomos, con respeto a los bloques de la naturaleza, nuestra tecnología es muy al por mayor. A diferencia de los materiales de construcción biológicos, las células, nuestros materiales son muertos o estúpidos, el ladrillo no sabe dónde está o qué está pasando a su alrededor, la madera es un árbol que en algún momento perdió su vida para ser un insumo para nuestra industria. Y si miramos nuestros productos con un microscopio electrónico, veremos que adentro no pasa nada, solo trillones de moléculas muertas vibrando en silencio.

 

La impresión 3D es una de las tendencias tecnológicas con mayor proyección de impacto económico-productivo. Su capacidad para permitirnos traducir nuestras ideas y diseños en objetos concretos independientemente de su complejidad entrevé grandes cambios a futuro en prácticamente todos los ámbitos sociales, culturales y de trabajo.

 

La impresión 3D es un grupo de tecnologías de fabricación por adición donde un objeto tridimensional es creado mediante la superposición de capas sucesivas de material. Las impresoras 3D son por lo general más rápidas, más baratas y más fáciles de usar que otras tecnologías de fabricación por adición, aunque como cualquier proceso industrial, estarán sometidas a un compromiso entre su precio de adquisición y la tolerancia en las medidas de los objetos producidos. Las impresoras 3D ofrecen a los desarrolladores del producto la capacidad para imprimir partes y montajes hechos de diferentes materiales con diferentes propiedades físicas y mecánicas, a menudo con un simple proceso de ensamble. Las tecnologías avanzadas de impresión 3D pueden incluso ofrecer modelos que pueden servir como prototipos de producto.

 

Desde 2003 ha habido un gran crecimiento en la venta de impresoras 3D. De manera inversa, el coste de las mismas se ha reducido. Esta tecnología también encuentra uso en campos tales como joyería, calzado, diseño industrial, arquitectura, ingeniería y construcción, automoción y sector aeroespacial, industrias médicas, educación, sistemas de información geográfica, ingeniería civil y muchos otros.

 

Hace ya unos años que la tecnología impresión 3D se ha incorporado como una forma más de fabricar objetos, desde pequeñas piezas hasta grandes construcciones. Junto con los avances en la maquinaria, los insumos y los software necesarios para imprimir en 3D, hay un notable crecimiento de los puestos de trabajos efectivos vinculados con esta tecnología.

 

No hay un título específico que habilite para manejar todo el proceso. Son muchas las carreras y los conocimientos asociados que le permitirían a una persona dedicarse a alguno de los muchos eslabones de la cadena que abarca la impresión 3D. Más allá de que se estudie, para llegar efectivamente a trabajar en uno de ellos lo imprescindible será la curiosidad, la experiencia acumulada, la capacidad de aprendizaje continuo y la habilidad para adaptarse a los rápidos cambios de la tecnología.

 

Por un lado, se requieren personas capacitadas que brinden el servicio de impresión 3D de las piezas que son diseñadas por otras personas o que se descargan de los sitios online. Además de un buen manejo de las máquinas y los materiales, este trabajo requiere conocimientos de diseños por computadora, ya que los modelos muchas veces deben ser adaptados y preparados para cada impresión en particular.

 

Por otra lado, y esencialmente fundamental, debe haber gente que cree las impresiones 3D. Más allá del título universitario que tengan estas personas, su éxito dependerá de su capacidad para vislumbrar, crear, probar y mejorar cada pequeña parte que integra el conjunto de una máquina.

 

Otro eslabón está destinado a los ingenieros con experiencia en diseño y fabricación aditiva para aplicar la impresión 3D en distintas áreas de manufactura vinculadas con la industria automotriz, la construcción, la medicina y la aeronáutica, entre otras.

 

También es fundamental el trabajo de químicos y físicos capaces de desarrollar y mejorar los materiales aptos para imprimir en 3D. La expansión de esta tecnología está abriendo cada vez más campos de aplicación, por lo que se hace necesario crear, probar y consolidar nuevos materiales de impresión.

 

Sin dudas la docencia es otro campo que también requiere personas capacitadas en la temática. Las nuevas generaciones de alumnos necesitan docente que sepan trasmitir sus conocimientos en cada una de las áreas vinculadas con la impresión 3D.

 

En lo que se refiere a esta tecnología en Latinoamérica, como al igual que en varias partes del mundo, esta tecnología al facilitar su uso y su bajo costo hace que vaya cambiando sus conceptos generalizados sobre ella, obteniendo como resultado el facilitamiento del desarrollo económico y social en América Latina, teniendo esta tecnología la posibilidad de transformar la manera en que las compañías hacen negocios y comercian.

 

A nivel global, las noticias relacionadas con la impresión 3D se han multiplicado en este año. Desde puentes y viviendas de dos pisos en el noroeste de China hasta un implante de una caja torácica realizado en el hospital universitario de Salamanca España; así como la bioimpresión para obtener células humanas hasta el uso de esta máquina en colecciones de moda.  Las impresoras 3D son capaces de fundir material modelable -plástico, resina, titanio, carne de res o polvo metálico, entre otros materiales- para depositarlo capa sobre capa en un soporte, hasta conseguir un objeto. Por primera vez en la historia se están distribuyendo modelos físicos por Internet. Ahora, en vez de enviar un jarrón de forma física desde Estados Unidos a Colombia, por ejemplo, escaneo el florero, lo mando por correo electrónico, el receptor se baja el archivo, lo imprime y tiene de inmediato el mismo jarrón, comenta un experto uruguayo en impresoras 3D.

 

El colombiano Carlos Camargo se considera casi un apóstol de la denominada revolución Maker (personas que diseñan y producen sus propios productos) y viaja todas las semanas por el país sudamericano para explicar las bondades de la tercera dimensión. "Vamos a pasar de ser consumidores a creadores de nuestros propios bienes de consumo. Va a ser una revolución social, nos da capacidad de crear", dice con entusiasmo durante una clase práctica de fin de semana donde los alumnos crean su propia impresora. El poder transformador que tiene esta tecnología, lo comprobaron ocho ciudadanos guatemaltecos que desde julio de este año disfrutan de una prótesis de gancho en su mano amputada, gracias a la impresión 3D.

 

En verdad es innumerable lo que se está logrando a partir de esta tecnología 3D, como lo dijimos presentemente desde pequeños objetos físicos, hasta piezas de autos, turbinas de avión, viviendas y herramientas cotidianas. En Chile se construyen casas mediante un proceso que combina robótica e impresión 3D, si bien algunos oficios se pueden ver reemplazados por esta tecnología, la misma creara muchos más que aún no se conocen. Esto es un gran desafío para nuestro país, si bien en Argentina también existe en Jujuy un joven, de la Quiaca más precisamente, que fabricó una impresora casera que hoy es vendida a todas partes del mundo bajo la denominación de una pequeña empresa llamada AXIUN.

 

La impresión 3D se ha democratizado en los últimos años. Constantemente vemos noticias resaltando nuevas maravillas de esta tecnología emergente. Pero más allá del lado bueno de ello, también se hace necesario analizar y regular su funcionamiento a nivel profesional, pues todas sus bondades podrían ser destruidas en un instante por quienes utilizan las nuevas tecnologías para delinquir.  El impacto de la Impresión en 3D va mucho más que en la manufactura. Impactará nuestra economía y nuestra sociedad como pocos han entendido. Por ello repetimos, al no haber regulación, podría permitir a los terroristas imprimir armas sin tener que llevarlas a través de las fronteras, disparará la piratería (como ocurre desde hace años con los productos digitales).

 

No hay que malentender esta apreciación, no creemos en nada que la impresión en 3D sea mala. Al contrario, creo que nos depara un futuro mucho mejor, con mejores productos, con precios más bajos. Un futuro en el que el one-size-fits-all ya no exista y en donde todos los productos se puedan personalizar al estilo, necesidades y dimensiones de cada uno de los clientes.

 

Un futuro con dispositivos más inteligentes, más ecológicos, menos polución y menos desperdicios. Un futuro con nuevos materiales y nuevas soluciones. Un futuro mucho mejor. Pero es importante entender que no todo será perfecto, hasta lograr unas reglas claras de índole ética en donde públicos como privados construyan los mecanismos necesarios para seguir avanzando en bienestar de la sociedad y nuestro entorno global.

 

 

Dr. Mario Ramon Duarte es Juez Adm. Mun. Faltas (Corrientes-ARG). Abogado.  Especialista Der. Pub. Cont. (UCSF). Miembro Dossier Geopolitico (Cordoba-ARG). Colaborador Cenegri (BRA).

 

Referencias:

 

LA REVOLUCION DE LA IMPRESIÓN 3D. HOD LIPSON, MELBA KURMAN. Ed. ANAYA MULTIMEDIA. ESPAÑA (2014).-

 

3D PRINTING: Legal, Philosophical and Economic Dimensions. BIBI VAN DEN BERG, SIMONE VAN DER HOF, ELENI KOSTA. Ed. SPRINGER. HOLANDA (2015).-

 

THE 3D PRINTING HANDBOOK: Technologies, Design and Applications. BEN REDWOOD, FILEMON SCHOFFER, BRIAN GARRET, TONY FADELL. Ed. UNKNOWN PUBLISHER. EEUU (2018).-

 

IMPRESION 3D. SERGIO GOMEZ GONZALEZ. Ed. MARCOMBO. ESPAÑA (2016).-

 

 

https://www.alainet.org/fr/node/200854
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