No fue mártir de la fe sino del Partido Conservador
- Opinión
El sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir del Partido Conservador y NO mártir de la fe, será beatificado por Francisco-Papa, posiblemente en Villavicencio, según Comunicado de la Conferencia Episcopal. No hay ningún documento o testimonio en que conste que fue martirizado y asesinado por su fe, por ser creyente, por ser sacerdote, por creer en Jesús de Nazaret, por predicar el Evangelio.
Fue un crimen político, repudiable, sí. Y condenable. Pero fue asesinado por perseguir las ideas y a los militantes liberales. Por predicar e imponer el “credo” conservador, en un municipio campesino de católicos liberales.
Los sectores tradicionales, eclesiásticos y políticos, le han metido un enorme gol al Vaticano, y ante todo al Papa Francisco, que viene a colaborar en la RECONCILIACIÓN. Francisco-Papa no merece semejante golazo.
Cabe una pregunta: ¿Existirá algún tipo de relación entre funcionarios del Vaticano que están contra del Papa y sectores eclesiásticos muy tradicionales del país, para hacer quedar mal a Francisco-Papa?
Las críticas le van a llover al Papa, aunque no se mencione su nombre. Ya le están lloviendo, como lo muestra este artículo.
El sacerdote Ramírez Ramos, nació en el municipio de La Plata (Huila), en 1899. En 1915 entró al seminario en Garzón, y luego fue al seminario Mayor de Ibagué. Fue ordenado sacerdote en 1931. El 10 de julio de 1946 fue nombrado párroco de Armero, un municipio campesino, de mayorías radicalmente liberales. El Obispo envía a un sacerdote radicalmente conservador. Fue asesinado a machetazos, al final de la tarde del 10 de abril de 1948.
Con la información de la beatificación, divulgada por la Conferencia Episcopal, empezó el debate. Y con la ceremonia religiosa de beatificación, se profundizarán aún más las críticas negativas para la Institución Eclesiástica, que promovió y permitió semejante adefesio. Se re-abre una enorme herida que parecía cerrada. Las nuevas generaciones sabrán de las muy graves relaciones y de las muy estrechas vinculaciones de obispos y clero, con el Partido Conservador, desde 1886 hasta 1958. De su participación en la etapa que llamamos “La Violencia” (1946-1958), etapa en la cual obispos y sacerdotes predicaron odio contra los liberales y colaboraron con los conservadores en la persecución de liberales. En 1958, con la creación del Frente Nacional, la Jerarquía y un amplio sector del clero quedó bajo la protección de los dos partidos. Y así sigue hasta nuestros días.
Reacciones en contra de su beatificación
De Gloria Gaitán, hija del mártir del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, quien se había ganado la simpatía del pueblo liberal, por su capacidad de crítica sobre la situación del país. Hombre inteligente, abogado, con estudios en Roma, fue un orador nato. Defensor de campesinos, de trabajadores, de la población. Fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ministro de Educación, Senador, Jefe Único del Partido Liberal en 1947 y se había postulado como candidato presidencial.
Solía repetir: “Yo no soy un hombre. Yo soy un pueblo”. Y también: “Si avanzo, seguidme. Si retrocedo, empujadme. Si me matan, vengadme”. Logró reunir hasta cien mil personas en sus concentraciones. Fue asesinado en el centro de Bogotá, el 9 de abril de 1948, a la una de la tarde. Tenía 50 años. Su asesinato causó toda una revolución citadina y cuasi nacional. Las revueltas populares duraron dos semanas.
Gloria, en carta al Vaticano, transcribe apartes de la “Oración por la Paz”, en 1947, donde Jorge Eliécer denuncia las acciones violentas de sacerdotes contra ciudadanos liberales.
Cito: ““En los memoriales de agravios que mi padre le presentó al presidente genocida, Mariano Ospina Pérez, se consignan muchas de esas atrocidades eclesiásticas. Por ejemplo, se lee en el memorial de 1947:
- “En Málaga el cura párroco, señor José Hipólito Rojas, el 11 de abril promovió una asonada contra los elementos liberales de esa población”.
- “El 18 de mayo (en Cucutilla, Norte de Santander) fueron atacados a bala en descargas cerradas, hechas desde las ventanas de la casa cural”.
- “Con fecha 13 de mayo, de la misma población (Cucutilla) me informan que al día siguiente de hecho tan grave como el asesinato del señor Roberto Arias, desde los balcones de la casa cural, se hizo fuego en forma alevosa contra los elementos de filiación liberal”.
- “De Herveo (Tolima) me comunican el 4 de mayo que el Párroco de ese municipio, Josías Tello, desde el púlpito, invita a la masacre contra el liberalismo y condena como ateos a los lectores de Jornada”.
Jornada era el diario vocero del gaitanismo que anota el 5 de febrero de 1948: “El cura de esta parroquia (Génova, Caldas) resolvió tomar el camino de los carlistas de Santander del Norte. Ahora, como Cote, Ortiz y Afanador, convierte el sagrado púlpito en tribuna de agitación política y de diatriba. No escapa ya una sola oportunidad en que dirigiéndose a los fieles católicos los azuza contra los liberales, inculcándoles los más innobles sentimientos de venganza y de retaliación. Son muchos ya los casos de graves choques presentados por este motivo entre gentes honradas””…
“Beato del fanatismo y la intolerancia”
En la columna de opinión, OPAColumnista, en el periódico La Nación, de Neiva, el 11 de julio de este año, Miguel De León, escribió una nota con el siguiente título: ““Beato del fanatismo y la intolerancia”. Y añade: "El 9 de abril de 1948 el mártir venía de visitar unos enfermos cuando percibió alboroto en las calles, llegando a la casa cural se entera de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. Las turbas llegan efectivamente hasta su puerta, apedreándola. Luego de las cinco de la tarde, las masas ebrias rompen a machete la puerta, piden a las monjas del convento y al sacerdote que entreguen las armas que tienen ocultas. En tanto, buscan destrozar el lugar y atacan con machete al sacerdote, su cuerpo fue arrastrado por el pueblo"”.
“Armero era por entonces bastante liberal”
En alocución “La maldición que un sacerdote lanzó sobre Armero en 1948”, artículo publicado en el portal “Las2Orillas”, tomado de BLU Radio, el 9 de julio de 2017, el antropólogo y profesor universitario Leonardo Nieto afirma: “Armero, por ese entonces, era bastante liberal, grupos de izquierda tenían asentamiento fuerte en Armero y sus alrededores... La llegada de este padre cambió la dinámica del pueblo, porque distinguía a las personas de acuerdo a su preferencia política. Esta situación generó bastante malestar en el municipio… En ese contexto político tan complejo, el padre Pedro María Ramírez se enfrentó a los propios habitantes de Armero y fueron ellos quienes lo asesinaron. La población tenía una percepción negativa por su carácter conservador, razón por la cual el religioso falleció a manos de la turba, como un mártir… Tras la muerte del padre, el Obispo de Ibagué declaró a Armero en estado de “entredicho”, es decir, no se asignó otro padre a la población, ni se podían celebrar comuniones o bautizos”… ( http://www.bluradio.com/115587/la-maldicion-que-un-sacerdote-lanzo-sobre...)
Testimonio del sacerdote retirado Daniel Guzmán, en diálogo con Héctor Torres
Daniel, como seminarista mayor, en Ibagué, conoció al sacerdote Pedro María, cuando el clero iba a retiros espirituales al Seminario Mayor. Luego vivió el Concilio Vaticano II como asesor del Obispo de Ibagué, Monseñor José Joaquín Flórez, durante las 4 sesiones del Concilio, en Roma.
Me comentó Daniel: ““Lo conocí en el Seminario de Ibagué. Yo era seminarista y los sacerdotes llegaban a hacer retiros espirituales. Era muy piadoso. Tenía mucho sentido de la oración y de la piedad. Andaba por los corredores del seminario con el rosario en las manos.
Dentro del tema de ese entonces, la cuestión era partidista. Armero era un municipio muy liberal. Posiblemente en sus homilías se fue a las derechas. Para decirlo en términos de hoy, había mucha polarización.
La actividad pastoral se contaminó de la política partidista. Y hablar en un municipio lo que el pueblo no quiere oír, es peligroso. Y mucho más en un Armero liberal. De oídas escuché que Pedro María estaba inclinado al Partido Conservador.
Yo viví el 9 de abril encerrado en el Seminario, y sentimos horror por lo que pasaba. Esperábamos que entraran a matarnos. Nos tacaron 8 días de ayuno porque nadie salía a comprar. No había mercado.
En ese contexto, una anécdota. Existía una alacena donde los seminaristas guardaban el comiso que les llevaban sus familias. Los seminaristas de Ibagué y municipios cercanos eran visitados con más frecuencia y recibían achiras, pan, dulces… Por la falta de alimentos asaltamos la alacena”.
Iglesia y Sociedad en Colombia. Funciones sociales y funcionamiento de la institución católica. 9 de abril de 1948.
Tal es el título de la tesis del sacerdote Rodolfo Ramón de Roux, S.J., para obtener el doctorado de Tercer Ciclo, en Paris, publicada en 1981. Analiza el contexto colombiano que permite entender el porqué del asesinato del sacerdote Ramírez Ramos.
“Que mueran los curas”
“En el 9 de abril se tocaron los puntos más álgidos en el mecanismo social colombiano: el político y el religioso. También la Iglesia entró en ese divorcio de clases dirigentes y el pueblo, que dejó al descubierto una revuelta que tan pronto comenzó tomó un cariz antirreligioso.
Por regla general la Iglesia apoyaba a los conservadores y la mayoría de los curas eran miembros o simpatizantes del partido de Ospina Pérez. Se comprende entonces que la institución eclesiástica haya sido un blanco favorito de los amotinados que la veían como parte del régimen dominante, como brazo eficiente del sistema que controlaba sus vidas.
Las bandas armadas se ensañaron contra todo lo eclesiástico cuando circularon rumores que los sacerdotes católicos estaban apoyando al gobierno a contrarrestar la revuelta disparando desde las torres de las iglesias”. Pág.129.
De Roux enumera los daños eclesiásticos en Bogotá: fueron asaltadas y reducidas a cenizas la Nunciatura, el Palacio Arzobispal, la Catedral fue profanada, la Universidad Javeriana Femenina arrasada. Asaltado e incendiado el colegio de La Salle. Los templos: La Capuchina, Las Nieves, Santa Bárbara, San Agustín, San Ignacio, La Candelaria,… fueron abaleados o con intentos de incendio. Además numerosas casas curales, conventos y colegios””. Pág.130
“Nunca antes se había visto en Colombia una revuelta social de tanta violencia y magnitud como la del 9 de abril. Ese día reveló, por unas horas fugaces, la existencia de profundos desequilibrios sociales… Si socialmente el 9 de abril fue una confrontación de clases, políticamente fue una lucha entre conservadores y liberales””… Pág. 134-135.
Relato del contexto del asesinato a machete del sacerdote, por el muy reconocido historiador Gonzalo Sánchez, en su libro “El bogotazo fuera de Bogotá”. “Gaitanismo y 9 de abril fuera de Bogotá”, 2008, pág.127-132.
Escribe el autor: “El macabro asesinato del sacerdote Ramírez Ramos, por el contrario, no admitía atenuantes: hería la sensibilidad religiosa nacional y nadie con motivaciones políticas serias podía justificarlo. Los hechos se desarrollaron de la siguiente forma. Durante la tarde del viernes, hacia las cinco, se generalizó la creencia de que en la casa cural y en la Iglesia había un depósito de bombas, lo que originó una primera requisa en la sede parroquial y relativo apaciguamiento de los ánimos al comprobarse infundada la sospecha. Al día siguiente, sábado en la tarde – y esta vez parece que con probadas razones—se regó la noticia de que grupos conservadores armados se habían atrincherado en el centro religioso y del clérigo y “tenían bombas para tirarle al pueblo”. Como consecuencia de la alarma, grupos de curiosos y de amotinados blandiendo peinillas se acercaron al lugar y fueron sorprendidos con detonaciones que aseguraban provenían del interior de la Iglesia. El destino trágico del párroco estaba decidido, aunque su consumación se produjo solo después de dos horas de un intenso y confuso tiroteo en que tomaron parte “grupos enormes (que se ubicaron) frente a la casa cural. El cura, como es de suponer, intervenía políticamente en la política local, de lado del partido conservador, lo cual, durante el proceso judicial que se adelantó fue ratificado por diversos testimonios, incluyendo alguien de aquella misma turba que intentó defender no solamente al cura sino también las pertenencias de la Iglesia, aduciendo que “la revolución no es para robar”. La multitud que después el Alcalde calculó en unas mil personas, se abalanzó luego contra el Colegio de las Hermanas Cristianas, e incluso trató de linchar al sacristán de la parroquia…
…Ocho personas fueron llamadas a Consejo Verbal de Guerra en Bogotá… De las ocho, cuatro tuvieron las más altas sentencias condenatorias que hayamos encontrado con motivo de los hechos del nueve de abril en el país: Más de 20 años de prisión cada uno.
El Obispo de Ibagué, por su parte, castigó a la población declarándola en entredicho por seis meses, lo que implicaba la prohibición de ingreso al templo y la suspensión de oficios religiosos en el mismo. La medida fue complementada con la excomunión de los autores materiales, intelectuales y cómplices de los hechos ocurridos.
Este sentimiento anticlerical, que fue componente tan importante del 9 de abril en el Tolima, tenía seguramente explicaciones locales o regionales muy precisas; pero obedecía también a un contexto más general dado por lo que acontecía en Bogotá. Desde la capital se había levantado la acusación, se discute si temeraria o cierta, que había francotiradores en las torres de las iglesias. Dentro de la lógica sin intermediaciones que se impone en las acciones colectivas, se concluyó inmediatamente: “los curas están en la contrarrevolución”… Rodolfo de Roux ha demostrado, en efecto, cómo el número de sacerdotes encarcelados, confinados o vejados, en el país, sobrepasó el centenar, con la población más alta en Cundinamarca, incluida Bogotá, y en el Tolima. Para Tolima enumera 10 casos… A la lista podemos agregar otros cuatro””.
Terminando este texto, encontré que El Tiempo, del martes 18 de julio, publicó un artículo con el siguiente título:
Polémica tras anuncio de beatificación del 'mártir de Armero'
“Anuncio del Vaticano de beatificar al padre Pedro María Ramírez tiene voces a favor y en contra”.
“Queremos que investiguen más y no vayan a terminar santificándolo”
La ceremonia de beatificación de Pedro María Ramírez la realizará el papa Francisco en su visita de septiembre a Colombia.
“….De acuerdo con Alfenibal Tinoco, presidente de FedeArmero, asociación que reúne a los armeritas sobrevivientes de la tragedia del 13 de noviembre de 1985 que hacen parte de diferentes colectivos en el país, no todos están de acuerdo con la beatificación del párroco. “Estamos en contra porque los armeritas no conocemos de él ninguna obra que favorezca –explica Tinoco–, desde el punto de vista de la fe, a la gente. A él no se le conoció ninguna gestión favorable”.
Lo que cuenta Tinoco, a sus 73 años, es lo que escuchó de sus mayores. Según este hombre, en Armero no todos estaban de acuerdo con la forma de predicar del padre Ramírez. Pero otros ciudadanos aseguran que el ‘mártir de Armero’ sí les ha concedido milagros.
“Durante sus sermones, él decía que los liberales eran demonios, pecadores, que no tenían alma. Estamos en contra de su beatificación por el hecho de que se diga que es el ‘mártir de Armero’, porque no es mártir, a él lo mataron porque él tenía una misión específica y era defender un partido”, dice Alfenibal.
Según el presidente de FedeArmero, durante sus sermones, este padre llegó a generar odios entre liberales y conservadores. “Queremos que investiguen más y no vayan a terminar santificándolo, cuando por causa de sus sermones se produjeron muchas muertes de personas en Armero, muchos liberales fueron asesinados por causa de él”…
Alfenibal Tinoco asegura que durante la próxima semana se iniciará la redacción de una carta para enviar al Vaticano, en la que le pedirán a la Iglesia católica investigar mejor la historia del padre Ramírez. “Queremos enviar un documento al Vaticano para manifestar nuestra inconformidad, no encontramos un ejercicio de ese padre para que sea canonizado”, resalta Tinoco.
Bogotá, jueves 20 de julio de 2017
Héctor Alfonso Torres Rojas
Licenciado en Teología y Sociología
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