Unión Europea: Del sueño a la pesadilla

21/09/2016
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Cuándo la Unión Europea decidió convertirse en un dócil y servil furgón de cola de los Estados Unidos y en su secuaz más sumiso, no tuvo en cuenta que las bombas y misiles con que martirizaron a millones de almas en el ancho mapa de sus ansias imperiales, estallarían, de una u otra forma, también en cada rincón de su geografía.

 

El último y quizás más contundente de los estallidos tuvo lugar en la reciente Cumbre de Bratislava, la capital de Eslovaquia.

 

Esta fue la primera Cumbre que se realiza, tras la salida del Reino Unido. Tenía el fin de vigorizar las relaciones entre los 27 estados miembros y realizar un profundo lavado de cara de la organización, tras no solo del Brexit sino las graves consecuencias que han dejado todos estos años de sumisión a Washington.

 

Los ataques terroristas, tanto los organizados orgánicamente por el Estado Islámico como los de Paris I y II, el de Bruselas o las acciones protagonizadas por lobos solitarios o espontáneos que actúan por oportunidad y cuestiones casi personales, Niza o Saint-Etienne-du-Rouvray; obligaron a la UE a postrarse ante el presidente turco Reccep Erdogán, quien está cobrado bien caro el impedir que los refugiados sirios, iraquíes y afganos en su mayoría, continúen llegando a Europa desde las costas turcas.

 

La crisis de refugiados, además ha dado sustento al discurso xenófobo de los partidos de extrema derecha, que vienen incrementado su caudal electoral y ya en muchos países del continente se convirtieron en gobierno o en claras opciones de poder. A todo esto no hay que olvidar la guerra en Ucrania y la profundización de la crisis económica tras las sanciones económicas impuestas a Rusia, que han resultado verdaderos disparo por la culata.

 

La cumbre de Bratislava ha dejado un sabor demasiado amargo a los países que intentan a toda costa mantener los principios y vigorizar a la Unión Europea.

 

A tres meses del Brexit, en Bratislava, se esperaba algún tipo de autocrítica que resuelva las dudas abiertas tras la salida británica, pero no, la UE se ha revuelto en sus heridas buscando culpables en vez de soluciones.

 

Creyendo solucionar la crisis de la integración buscando culpables como los inmigrantes o el terrorismo, que para muchos europeos y sus dirigentes parece definir exactamente el mismo sujeto. Como solución, tanto Paris como Berlín han desempolvado el plan de un ejército común, que de alguna forma detenga la apetencia de Putin, el terrible.

 

Mientras que Xavier Bettel, el primer ministro de Luxemburgo planteó la exclusión de Hungría, ya que se niega sistemáticamente a aceptar la cuota de refugiados, asignada por la UE, sin darse cuenta que se sigue abriendo la brecha para la fuga de otros países, ya que de irse Hungría, se llevaría varios vecinos.

 

De los tres puntos con que los 27 jefes de estado llegaron a Eslovaquia, el viernes pasado, para redefinir a la Unión Europea ninguno ha sido resuelto.

 

Respecto a la lucha contra el terrorismo, que intentan resolver no permitiendo la entrada a Europa de “cualquiera”, no han podido aclarar el punto que se refiere a los miles de ciudadanos europeos que se les permitió y alentó a viajar a Siria para combatir a Bashar al-Assad. Sabiendo también que el enemigo ya lo tienen adentro, por más cierre de fronteras que pretendan realizar. Todos saben que es casi imposible prever la acciones terroristas que pudieran plantearse y desarrollase dentro de Europa.

 

El segundo punto que plantea el proyecto de un ejército común europeo se ha dispuesto discutirlo en el ámbito de la próxima cumbre de diciembre. Y el tercero, que consistía en el desarrollar un Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, que tendría que estar listo para 2017, hay marcadas desconfianza, particularmente de los denominados Pigs (Portugal, Italia, Grecia y España). Un plan en realidad reciclado de otros anteriores y readaptado de otros proyectos diseñados por el actual Presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker, quien en realidad representa los intereses de los bancos de su país, Luxemburgo.

 

Tras la reunión de Bratislava nada se ha resuelto, ni nada ha cambiado.

 

Previo al inicio de la cumbre, la canciller alemana Ángela Merkel había señalado en una reunión de prensa la importancia de proteger mejor las fronteras exteriores de la Unión Europea y de combatir las razones por las que los refugiados de Oriente Medio huyen a Europa. Como si Europa en verdad no tuviera responsabilidades excluyentes de esa realidad, que impulsa a millones de asiáticos y africanos a “vacacionar” en el viejo continente. Merkel concluyó entonces con la contundente obviedad de siempre: “Bratislava debe demostrar que queremos trabajar juntos y que queremos solucionar los problemas de Europa”.

 

A su vez, sabiendo muy bien de lo irritado que están los ánimos Juncker, advirtió a los líderes europeos: “Suavizar diferencias, ya que es la única vía para que la Unión Europea pueda seguir funcionando”.

 

El presidente francés, François Flanby Hollande, que en esta oportunidad sabe muy bien de lo que habla, reclamó a la UE: “Protección para los europeos. Y que la UE debe ser capaz de asegurar su propia defensa ante amenazas como el terrorismo, y también proteger los valores e intereses económicos, comerciales, y culturales”.

 

Quizás el único que ha salido ganador de esta última cumbre sea el grupo de Visegrado (Eslovaquia, Hungría, Polonia y República Checa) ya que protestó frente al manejo de la crisis de los refugiados y la ambigua respuesta de la UE a las posibilidades de un enfrentamiento militar en su frontera oriental, por la situación de Ucrania, con Moscú, nada menos. La inocuidad de esta cumbre les ha dado la razón para dar un paso más a la disolución.

 

Hilos sueltos en Bratislava

 

Como si Europa contase con todo el tiempo del mundo, en esta última cumbre nada se resolvió sobre el objeto central: los refugiados.

 

Todos los seudo líderes europeos saben muy bien que una nueva oleada de refugiados podría ser el fin de la UE y seamos conscientes el comienzo de algunas discusiones que podría solo resolver por la vía armada.

 

Una nueva invasión como la sucedida en la última mitad del año pasado, sería infinitamente más crítica y conflictiva que varios atentados de Paris, Bruselas o Niza, ya que a los muertos se los entierra, se los discursea y se los olvida con gran facilidad, mientras que a tan solo medio millón de espectros otra vez intentando sortear las empalizadas del desprecio en las fronteras del espacio Schengen no hay maneras de ocultarlo.

 

Erdogan, en Turquía, hoy un gran aliado del presidente ruso Vladimir Putin - y para la Unión Europea el vicario del mal en la Tierra- tiene casi 4 millones de refugiados, al tiempo que en los puertos del norte de Libia, ya deben superar holgadamente el millón de africanos proveniente de todos los rincones del continente que intentan cruzar el Mediterráneo hacia Italia, aunque oficialmente no llegan al cuarto de millón.

 

En lo que va del año, a Italia ya arribaron cerca de 150 mil que partieron de Libia, aunque otros 3 mil se han ahogado en el intento.

 

Las autoridades siguen sin saber cómo resolver la cuestión, ya que en la antigua patria del Coronel Gadaffi, no existe ninguna autoridad con quien articular barreras o planes de contención, como sí lo hicieron con Turquía, aunque los acuerdos que obligan a la UE a pagar a Ankara 6 mil millones de euros, se han detenido el 20 de marzo último. Nada indica que Erdogan, por cualquier quítame de allí esas pajas, se olvide del arreglo y comience a enviar nuevamente oleadas de desesperados a las costas griegas.

 

Impedir una nueva ola de refugiados y su consiguiente crisis, está solo en manos de la suerte, más allá de los ingentes esfuerzos de Europa por blindarse para impedir la llegada de los desesperados del mundo.

 

Cada Cumbre de la Unión Europea termina con una declaración o carta, quizás en el caso de Bratislava solo sea un plan de fuga.

 

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente, Asia Central y Sudeste Asiático.

 

En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

 

 

 

 

 

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