Las mujeres en el proceso de adaptación
- Opinión
I. Resumen:
Históricamente, las mujeres en situaciones de crisis, guerras, desastres, han sido puntales en la resiliencia de sus familias y comunidades. Ahora, frente al cambio climático se encuentran en proceso de adaptación para que sus efectos sean menos alarmantes. Especialmente las mujeres indígenas pobres, por sobrevivencia propia a la imposición colonial, son las que mejor han activado las capacidades de adaptación. A pesar de esta evidencia, la sociedad patriarcal que ha desatado el cambio climático, mantiene una segregación y desvalorización de lo que estos pueblos -y en especial sus mujeres- pueden aportar para una solución integral a la crisis global. Las políticas de género, en el fondo, son una cooptación al sistema imperante, y no hay una intervención desde los paradigmas y categorías de lo matricial y la femineidad.
Resume:
Historically, women in situations of crisis, wars , disasters, they have been mainstays in the resilience of their families and communities. Now, address climate change are in the process of adapting to its effects would be less alarming. Especially poor indigenous women, self colonial imposition survival, are those that have enabled better adaptation capabilities. Despite this evidence, the patriarchal society that has unleashed climate change, maintaining segregation and devaluation of what these people -and especially its women can contribute to a comprehensive solution to the global crisis. Gender policies, basically, is a co-option to the existing system , and there is no intervention from the paradigms and categories of the matrix and femininity .
II. Introducción:
El peso y dureza del actual cambio climático se cierne –como siempre- en los pobres, dentro de estos, principalmente en los pueblos indígenas, y al interior de estos, en las mujeres. Esta triple condición impuesta por la sociedad patriarcal, racista y colonial, a la mujer indígena y pobre, ha hecho que ésta despierte o active formas de adaptación a su situación de empobrecimiento impuesto. Tienen experiencia y una capacidad de resiliencia, que les ha permitido sobrevivir a situaciones extremas y hasta revertir procesos de afectación, transformándolas en una ventaja y una fuerza, ante todo, a nivel emocional para hacer frente a casos graves cuando se quedan viudas o les abandonan sus maridos.
La mayoría de estas mujeres, no saben, ni técnica ni científicamente del cambio climático, pero se dan cuenta que hay cambios, especialmente las que viven en el campo. La mujer agricultora es la más consciente de los efectos en ciernes que se está experimentando en el medio ambiente, por lo que han ido recreando una serie de medidas de adaptación para hacer frente a esta difícil realidad.
Lo señalado, no significa que no haya que hacer algo, y por otro lado, tomando en cuenta que estos pueblos están sufriendo las consecuencias de algo que no lo han provocado ni generado. Sin embargo, lo que se haga, no pueden ser modernas formas de neocolonización, ni maneras de paliar los efectos para no asumir integralmente el problema. Hay una situación de vulnerabilidad inminente para todo el mundo, especialmente para los pueblos empobrecidos, pero eso no significa que por preocuparse de su situación vulnerable se desatienda el origen del mismo. La adaptación, no puede ser para adaptarse al sistema generador del cambio climático ni para generar nuevos negocios, ya que generalmente los pobres son la fuente de enriquecimiento más grande de las empresas, organismos internacionales y gobiernos nacionales, que dicen que trabajan para los pobres, pero que a la final, siguen siendo pobres para poder seguir especulando con su empobrecimiento, por los de derecha o izquierda.
Si queremos prolongarnos como especie, tendremos que proteger a las mujeres por todo lo que ellas representan, pero, principalmente tomando en cuenta y partiendo de sus epistemologías matriciales o matrísticas para detener el cambio climático que acecha.
III. Marco analítico:
Para el presente ensayo se retoman conceptos de vulnerabilidad, cambio climático, y adaptación, a partir de la complementariedad como concepto que está más allá del de género:
EQUIDAD DE GÉNERO Y ARMONÍA DE COMPLEMENTARIOS
Si un gran meteorito cayera sobre el planeta, o se desatará una guerra nuclear mundial, o si el cambio climático llegara a los 5 grados, todos ellos con graves consecuencias para todos los habitantes de la tierra, los sobrevivientes humanos que podrían más fácilmente entrar en procesos de resiliencia son los pueblos denominados “en aislamiento voluntario”. Y en el otro extremo, con menor capacidad de adaptación y de resiliencia, serían las personas y pueblos que mantienen un estilo de vida muy artificial, puesto que muchos de sus conocimientos no les servirían o no podrían utilizarlas al no haber los medios para ejecutarlos. Pero asimismo, frente a situaciones extremas de otro tipo, los más frágiles y con menor poder de resiliencia serían los pueblos naturales, mal llamados primitivos o atrasados. Esto, para empezar señalando el tipo de sociedades, de vulnerabilidades, de adaptaciones y resiliencias, a según distintas situaciones que se manifestaren.
En ese sentido, es importante establecer y precisar qué tipo de sociedad ha conducido al cambio climático y cuáles han sido los paradigmas o epistemes que han provocado todo ello, para desde ahí buscar las alternativas estructurales para enfrentar esta situación. La misma, que desde algunas voces es catastrófica o que podría ser apocalíptica si no se hace algo tajante y a tiempo. Para ello, voy a partir de la teoría de “igualdad de género”, para desmitificar y con ello poner los puntos sobre las i, para intentar demostrar que ese no es el camino para los cambios totales frente a la crisis global, y por el contrario, es su profundización.
En el proceso de colonización mundial emprendida por las monarquías con el propósito de patriarcalizar todo el planeta a través de su proyecto civilizatorio, aplicaron el esquema de integrar a los pueblos conquistados a su mundo, ya que se constituían en un inminente peligro para sus creencias y sistema de vida. Y la mejor forma que encontraron, era el de “educarlos” en sus formas de concebir la vida, es decir, el de cambiar sus paradigmas por los del conquistador. Claro, que hubo otros casos, en que simplemente los eliminaron físicamente y con ello puto final. Pero otros, prefirieron eliminarlos cognoscitiva, espiritual y emocionalmente, para así desaparecerlos, y más bien, sean la mano de obra para consolidar su sistema-mundo colonial.
Este episodio, es la repetición de lo que hicieron a su interior y con pueblos de su misma cultura. Empezando con sus propias mujeres, a las cuales tampoco podían eliminarlas físicamente, pero si podían anularlas en sus propias potencialidades y en sus condiciones naturales, a partir de la domesticación y del adoctrinamiento para que asimilen e integren la “mente patriarcal” (Claudio Naranjo[1]) en su vida y en su ser. Desde donde surgió paralelamente la “mujer patriarcal”, como refiere Casilda Rodrigañez[2], en relación a las mujeres que sostienen y mantienen el sistema que les domeña.
Frente a la dominación patriarcal-colonial-civilizatoria que se les fuera impuesta, los indígenas, los negros, los pobres, las naciones periféricas, etc., empezaron procesos emancipatorios, independentistas, liberacionistas. En ese camino, una de las últimas voces en incorporarse a estos procesos de cambio fueron la de las mujeres blancas, quienes llegaron a darse cuenta que ellas también eran parte de lo mismo.
Emergieron las primeras voces, que creían que las mujeres debían igualarse a los varones, para tener sus mismos derechos, funciones y ventajas. En otras palabras, vivir como los varones, y no, que las mujeres sean respetadas por los varones o que ellos valoricen a las mujeres en sus propios aportes y condiciones. Es decir, siguieron con la misma lógica patriarcal asimilada en su ser por alrededor de 4000 años, y con ello integrándose aún más al paradigma machista.
Si bien, hubo (y se mantiene) una resistencia por el pensamiento conservador-monoteísta, al creer que se ponía en riesgo la sociedad y familia tradicional, el liberalismo se dio cuenta que era todo lo contrario, pues al integrarlas o cooptarlas a su sistema-mundo se convertían en puntales del mismo. Como consecuencia, algunas mujeres han entrado a dirigir gobiernos del poder patriarcal y hasta han sido más eficaces que muchos varones (Margaret Thatcher, Ángela Merkel).
Prácticamente, la “igualdad de género” pregonada por posiciones liberales y adoptada por los grandes organismos internacionales, se ha quedado en tan solo en una mayor participación numérica de las mujeres en el mismo sistema piramidal de poder. Con ello, no se cuestiona el sistema-mundo patriarcal-civilizatorio, sino únicamente a uno de sus tentáculos: el capitalismo, estableciéndose tan solo diferencias entre izquierdas y derechas. Con ello, dejando a un lado el racismo, el antropocentrismo, el colonialismo, el cristianocentrismo, la modernidad, el desarrollismo, y demás tentáculos del piramidalismo dominante.
Algunas mujeres han despertado de la pesadilla, y se han dado cuenta que el problema es mucho más profundo que la igualdad y la equidad de género a un nivel cuantitativo, sino que tiene que ver a un nivel cualitativo. Esto es, el rebasar a todo el sistema-mundo creado por la revolución patriarcal, que en su recorrido se ha ido revistiendo de muchas formas al irse perfeccionado en su proceso propio. Han entendido que expresiones suyas, son el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo, el socialismo; a nivel socio-político. El idealismo, el materialismo, el racionalismo, el positivismo, el liberalismo, y todas las propuestas filosóficas, especialmente desde Sócrates, Platón y Aristóteles hasta nuestros días. Corrientes filosóficas venidas desde los varones y dentro de un paradigma patriarcal, de ahí que no ha existido ninguna mujer filósofa. Es tan solo en estos últimos años en que emergen mujeres con su voz, aunque la mayoría todavía con características de la mente patriarcal, pero ya hay mujeres que lo hacen de sus propias matrices de senti-pensar.
Afortunadamente, van emergiendo mujeres en su sentido femenino profundo y están cuestionando a niveles raizales u originarios al sistema piramidal, como asimismo, ya hay varones que están abriéndose a estas posiciones, y de igual manera, juntos en otros ámbitos. Por lo que advenimos, a que tanto hombres y mujeres cuestionen integralmente al sistema-mundo piramidal: patriarcal-civilizatorio-colonial-capitalista-estatista, entendiendo a todos ellos, como componentes transversales e intersectoriales de un mismo patrón de dominación, al servicio del pensamiento único de tipo monárquico-monoteísta-monocultural.
Lo que implica, que la salida a la crisis global y por ende al cambio climático, tiene que venir de fuera de los parámetros piramidalistas, por uno que recupere el equilibrio y la armonía entre la lógica masculina y la femenina. Por uno que funcione dentro de procesos integrales, y que representado gráficamente, sería en forma de espiral que sube desde abajo hacia arriba. Esto tiene que ver, con conceptos como complementariedad, reciprocidad, correspondencia, consenso, consentimiento, sincronía, simbiosis, etc. Todos estos conceptos están fuera de la lógica patriarcal, y por ende, si no se parte de ellos se siguen con los mismos presupuestos verticalistas, que solo son “saludos a la bandera” o parches, que en largo plazo refuerzan el status quo al ser asimilados o cooptados al sistema oficial. Lo que significa pérdida de espacios, tiempos, recursos, personas, al continuarse piramidalizando más el sistema depredador de la naturaleza y del ser humano.
En este sentido, los conceptos de sustentabilidad, adaptación, mitigación, vulnerabilidad…, en el fondo, todavía guardan grandes rezagos piramidalistas, y buena parte de ellos, se han convertido en instrumentos para la reproducción de lo mismo. Por ejemplo, a pretexto de adaptación se generan proyectos de transferencias de tecnologías, con los cuales se enriquecen los creadores y los intermediarios. Como asimismo, arriban elementos culturales y pensamientos de la modernidad, que tergiversan y deforman sus identidades propias. Lo que significa que es una adaptación al esquema de dominación y control.
Por otro lado, se desvía del asunto de fondo que es el cuestionamiento integral al sistema piramidal. Tanto es así, que los grupos de poder y los organismos internacionales, no cuestionan estos conceptos sino que más bien los apoyan, pues además de lo anotado anteriormente, se convierten en mecanismos para evitar la extrema pauperización y que son un caldo de cultivo para reclamar grandes transformaciones. Consecuentemente, la adaptación patriarcal no es la solución y sigue siendo parte del problema.
Por lo tanto, una es la adaptación propia desde los propios sectores vulnerables como mecanismo de autodefensa, y otro, la que proviene desde los organismos e instituciones propias del sistema piramidalista. Incluso, cabría llamarle de distinto nombre a la adaptación por la acción de reajuste o de reacomodo que hacen los pueblos en situación de dominación. O cabría precisar qué es la adaptación, o como dice CARE: “¿Adaptarse a qué? El calentamiento del clima es inequívoco; sin embargo, a escala local, los responsables de tomar de decisiones no disponen de la información necesaria ni con el nivel de certidumbre necesario para tomar las decisiones de planificación necesarias. Esto exige un enfoque a la adaptación que acepte un cierto nivel de incertidumbre y a la vez fomente la capacidad de adaptación. La adaptación no se limita, por tanto, a optar entre reducir la vulnerabilidad general o prepararse para enfrentar riesgos específicos, tales como las inundaciones. La adaptación debe perseguir ambos objetivos, en un proceso de cambio continuo que permita a las personas tomar decisiones informadas sobre sus vidas y sus medios de vida en un clima cambiante. Aprender a adaptarse es tan importante como cualquiera de las intervenciones específicas de adaptación. Un enfoque a la adaptación funciona, incluso en medio de la incertidumbre, si combina actividades dirigidas a: hacer frente a los riesgos actuales, la creciente variabilidad y las tendencias emergentes; gestionar el riesgo y la incertidumbre; y desarrollar la capacidad de adaptación.”
No cuestiono ni integro a todas los instrumentos y personas en este cuestionamiento, pero si a la gran mayoría. Con ello, concientizando a que se debe tener mucho cuidado de no ser portavoces ingenuos de la mente patriarcal, especialmente por las mujeres patriarcales que la han encarnado profundamente. En este sentido, es interesante el concepto de género que da la Ong CARE Internacional: “La igualdad de género significa el “goce igualitario de mujeres, niñas, niños y hombres; de los derechos, oportunidades, recursos y compensaciones. La igualdad no significa que mujeres y hombres sean lo mismo, sino que puedan disfrutar de los derechos, oportunidades y posibilidades que les ofrece la vida sin ser gobernados o limitados por haber nacido hembra o macho.”
De esto, rescato principalmente la idea de que “La igualdad no significa que mujeres y hombres sean lo mismo”; pues, cuando se habla de que son lo mismo, las mujeres son incorporadas e igualadas al paradigma dominante, que es la vieja propuesta del feminismo patriarcal, aunque ya el feminismo decolonial e integral, lo concibe en otro sentido. Esto significa valorar la diferencia, y entre ellos, los roles, pues es importante esa delimitación, no por conceptos patriarcales de dominación sino de valoración a ciertas características naturales e intrínsecas de cada género. No se trata de llegar a una homogeneización en todo nivel y forma, sino de una heterogeneidad entre géneros, en el equilibrio y el respeto mutuos. No se trata de trans-sexualizar más la sociedad, sin con ello estar en contra de los grupos trans, sino de marcar las diferencias y las diversidades para un mundo arcoíris, y no blanco y negro, como el que marca el patriarcalismo. Lo que quiere decir, el ser muy sutiles, pues, se puede pasar de un lado a otro extremo pensando que se está siendo contestario o alternativo.
A estas alturas, el concepto de “equidad de género” o de “igualdad de género” o de “diferencia de género”, se han ido desvirtuado pues se ha convertido en igualdad en lo patriarcal, o hay muchas maneras contradictorias entre ellas (feminismo de la igualdad y feminismo de la diferencia), por lo que quizás sería más adecuado hablar de “igualdad en las diferencias de género”. Pero, para evitarse confusiones, algunos prefieren rebasar esta terminología y hablar de “armonía de complementarios”. Además, porque sale de lo antropocéntrico y hace referencia a la totalidad de la vida, y en la que los seres humanos son una parte de ella. Y, si en la naturaleza hay roles masculinos y roles femeninos, es el momento de valorar y dimensionar a los valores y cargas femeninas en las propias mujeres, y no de desaparecerlas a pretexto de igualdad, pues, en última instancia se están igualando en lo masculino. Lo que hay que cambiar es la discriminación por determinados roles y no, a los roles en sí mismos.
LAS MUJERES INDÍGENAS LAS MÁS VULNERABLES
Quienes viven y han comprendido de mejor manera el concepto de “adaptación”, son las mujeres campesinas-indígenas-pobres, por obvias razones, al verse obligadas a vivir en situación de vulnerabilidad. Es la vulnerabilidad, la que les ha hecho despertar o activar capacidades y medios de este tipo para poder subsistir. Tenían que recrear formas armónicas para mantener con vida a sus familias y comunidades. Caso contrario hubieran perecido en sus propias identidades comunitarias y femeninas, como aquellos grupos que se han internado en el mundo urbano y que al no poder comulgar con éste, han perecido física y/o espiritual, emocional, mental.
Esto quiere decir que quienes se han mantenido en el medio rural han logrado mejores niveles de resiliencia, y ante todo las mujeres que se quedan con sus hijos en las chacras, pues algunos hombres salen a las ciudades en busca de dinero. La experiencia de CARE[3] en disminución de la pobreza ha comprobado que las mujeres son esenciales en las soluciones duraderas. “Cuando las mujeres tienen la posibilidad de ganar un ingreso, se benefician sus familias. Las investigaciones señalan que es más probable que se utilice el ingreso en desarrollo humano cuando la mujer es quien controla el dinero. En Filipinas, por ejemplo, mientras la mayor parte del ingreso familiar es obtenido por mujeres, mayor es el consumo familiar de calorías y proteínas. En Ghana, mientras mayor es la proporción de cereales que está bajo el control de las mujeres, mayor cantidad de calorías consumirán los miembros de la familia. Asimismo, las investigaciones han demostrado que las mujeres son más reacias a tomar riesgos que los hombres y, por lo tanto, es más probable que tomen decisiones que los minimicen.”
Son estas mujeres campesinas las que se convierten en referentes y guías de la resiliencia, de la expresión genuina y natural de la adaptación en todos los ámbitos y niveles de la vida. Ellas son las maestras de este nuevo tiempo y hay que aprender de ellas. En realidad, no son pobres, quizás, lo sean en un sentido materialista y consumista de vida, pero a nivel emocional, mental y espiritual son muy ricas. Han templado su carácter y personalidad, y la prueba de ello, es ver sus rostros alegres y joviales, a diferencia de las mujeres de ciudad que están compungidas, melancólicas y ansiosas. Y esto, se puede ver más claramente en sus niños y niñas, que mantienen su inocencia y pureza, a diferencia de los niños atrapados en la televisión y las redes sociales que siempre están quejándose y están más inconformes con la vida.
Esta reivindicación del aporte desde lo femenino, especialmente de la indígena campesina, y su capacidad para reinventarse a través de formas de adaptación o de reajuste, no significa dejarlas ahí a su suerte sino, que hay que acompañar (no: ayudar) sus procesos propios de adaptación, para profundizar y quizás aportar con algo a ese mismo sistema de concepción de la adaptación o de reajuste, y no pretender sacarlos a otros que responden a otros conceptos o realidades. Hay que aprender de ellas y al mismo tiempo, en una forma respetuosa, aportar sutilmente para que consoliden la adaptación desde sus propias categorías. En este sentido, es interesante el concepto de “adaptación basada en la comunidad” (ABC), en tanto es un enfoque que combina el conocimiento tradicional con estrategias –especialmente tecnológicas- innovadoras para abordar la vulnerabilidad y sus distintas expresiones.
Así, se evitan superposiciones y se valoran los procesos de las comunidades. Para ello, lo adecuado es llegar como aprendices antes que como enseñadores, para que ellas se sientan valoradas y no intenten parecerse a los otros, sino que reafirmen su identidad milenaria. Me refiero a las mujeres indígenas y negras, rurales o campesinas, que han sido poco afectadas por la colonización, pues las otras mujeres, especialmente las urbanas, tienen que desaprender para reaprender, ya que son parte de las mujeres patriarcales y que también las ven como atrasadas a sus hermanas campesinas, propio de la arrogancia urbana que se expresa en todo el mundo.
Entonces, las más vulnerables por efectos del clima son las mujeres rurales y por razones sociales las mujeres urbanas, y dentro de ellas, las pobres e indígenas/negras. Por ejemplo, en el caso del Ecuador, las mujeres registran mayores niveles de pobreza -por ingresos- que los hombres (24% y 22.5% respectivamente en 2015), además, la brecha entre ambos aumenta desde el año 2011 hasta 2015, es decir, en el periodo 2011-2015 existen más mujeres que hombres pobres, en comparación con el periodo 2006-2010. Pero entre las mujeres, las indígenas tienen peor situación. Lo mismo, lo corrobora Jonathan Báez en su informe: Mujer indígena Discriminación y Mercado Laboral:
– La investigación evidencia que existe una mayor probabilidad de ser discriminado laboralmente si se nace mujer, y la probabilidad incrementa si se nace indígena.
– En el 2012, las trabajadoras del hogar mestizas recibieron mensualmente USD 70 en promedio, mientras que las trabajadoras del hogar indígenas recibieron USD 22. Es decir, una brecha de ingreso del 77%.
– En el 2012, el 89% de la población indígena femenina está todavía en situación de subempleo, mientras que el de los hombres indígenas es 81%.
– Las diferencias salariales se deben a la presencia de discriminación por género y etnia experimentado por las mujeres indígenas en la sierra rural del Ecuador. Se observa que la discriminación por etnia es de un 61 y 59 por ciento en los años 2008 y 2012, respectivamente, mientras, la discriminación por género corresponde a un 92 y 89 por ciento.
Algo similar, en el caso de Nicaragua, según un estudio financiado por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, llamado: Equidad de género en el mercado laboral Nicaragua 2008, “La brecha de ingresos observada para el país en general es de 19.8% favorable a los hombres; al desagregar por clasificación de ocupaciones se obtuvo que la brecha más pequeña se observa entre los trabajadores no calificados, mientras que las más grande se observa en las actividades agropecuarias y pesqueras (a favor de los hombres en ambos casos)”.
Además, es importante señalar que las mujeres indígenas son las que sufren mayor violencia de género por autoidentificación étnica, así de acuerdo al informe del 2012 del INEC (Ecuador), la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres muestra que “6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género”. En las mujeres indígenas, el nivel de violencia alcanza el 67, 8%. En comparación, este índice es de 66,7% para las mujeres afroecuatorianas, 62,9% montubias, 59,7 % blancas y un 59,1% en mujeres mestizas (según su autoidentificación étnica).
IV. Conclusiones:
A estas alturas de la vida, científicamente o no, casi todo el mundo advierte que hay un cambio en proceso, entre las cuales, el cambio climático ya está entre nosotros. Aunque, todavía las alertas no se han encendido a profundidad y no hay una conciencia plena de sus efectos, es evidente que al paso que vamos no tardarán en activarse, por lo que es necesario tomar en cuenta las lógicas o matrices femeninas, comunitarias y espirales, para emprender en proyectos de adaptación o de reequilibrio a nivel mundial. Y la principal adaptación, es la que tienen que hacer las grandes potencias para no poner en riesgo a toda la humanidad.
Y, por otro lado, siendo las poblaciones indígenas campesinas, y principalmente sus mujeres, las más vulnerables a las consecuencias del cambio climático, es fundamental generar políticas para preservarlas. En tanto, son las guardianas de muchos conocimientos y por sentido de sensibilidad o de humanidad, ante lo que ha hecho con ellas el sistema civilizatorio, machista, divisionista.
La tendencia de desastres ya es tangible, con un aumento drástico del número de catástrofes de pequeña y mediana escala relacionados con el clima. Desde la década de los ochenta del siglo pasado, el número medio de personas afectadas por desastres relacionados al clima se ha duplicado de 121 millones a 243 millones cada año. Si bien, todo esto implica resolver la pobreza, esto, no será posible si no se resuelve el problema de la concentración cada vez mayor de la riqueza. Riqueza que se produce por desposesión de quienes la generan o de los países que poseen muchas fuentes naturales y que sirven principalmente para los países industrializados y que con ellos siguen enviando gases de efecto invernadero y por ende aumentando y acelerando el cambio climático. Círculo vicioso, en el que por un lado se habla de políticas verdes pero lo único que hacen es fortalecer el capitalismo verde, que mantiene el sistema de exclusión al interior de sus países y en las periferias.
Los ingentes dineros a proyectos en el denominado tercer mundo, serían más efectivos si se los destinarán al primer mundo para que dejen ese modelo y estilo de vida materialista y consumista, que acecha la existencia misma de la especie humana. Con ello, no sería necesario hacer nada en el “tercer mundo”, ellos serían capaces de salir y poco a poco recuperarían su nivel de equidad social y natural. El problema no está en los mal llamados países subdesarrollados sino en los desarrollados, y ahí es dónde hay que actuar fundamentalmente. Necesitamos un pos-capitalismo, pero ello implica una pos-civilización o meta-civilización, para una resolución integral y total a la crisis climática, alimentaria, ética, sanitaria, etc. En definitiva, partir de nuevas/ancianas epistemologías, ontologías, axiologías, entre las cuales, las de las mujeres-femeninas deben tener un lugar protagónico.
Está comprobado que las mujeres tienen la capacidad de ser agentes de cambio, en una comunidad que las escucha y que les da lugar de participación. Es importante el rol que cumplen en las comunidades y su adaptación al cambio climático, ya que poseen las cualidades de ser difusoras, precursoras y transmisoras de conocimientos.
V. Bibliografía consultada:
1. CARE, 2010. Informe sobre Cambio Climático de CARE: Adaptación, género y empoderamiento femenino.
2. CARE, 2010. Documentos sobre Cambio Climático de CARE Internacional, ¿Qué es adaptación al cambio climático?
3. FAO, Adaptación al cambio climático centrada en las personas: integración de la perspectiva de género: http://www.fao.org/3/a-a1395s.pdf
4. Diaconía Ecuménica, 2012, Las Mujeres Agricultoras y su Adaptación al Cambio Climático, Alemania: https://www.brot-fuer-die-welt.de/fileadmin/mediapool/2_Downloads/Fachinformationen/Dialog/Dialog_09_Mujeres_Agricultoras_Internet.pdf
5. OXFAM, 2010, Catherine Pettengell, Adaptación al cambio climático. Capacitar a las personas que viven en la pobreza para que puedan adaptarse: https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/cambio-climatico-adaptacion-resumen-abr2010.pdf
6. FRIEDERICH EBERT, 2012, Anke Stock, El cambio climático desde una perspectiva de género.
7. Política de Equidad de Género y Programa de Mujer Indígena y Adaptación al Cambio Climático. Política de Equidad de Género de la COICA: http://cdn.inventarte.net.s3.amazonaws.com/cop20/wp-content/uploads/2015/02/publicacion_politica_de_equidad_coica.pdf
8. Oviedo, Atawallpa, La mente patriarcal y la equidad de género Revista Plan V: http://www.planv.com.ec/ideas/ideas/la-mente-patriarcal-y-la-equidad-genero
9. Naciones Unidas, 2007. Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), Anexo 1- Glosario.
10. Naciones unidas, 1992. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
11. Naciones Unidas 2009. Guía recursos de género para el cambio climático. PNUD, México.
12. PNUD, julio de 2009. Glosario corto de términos y conceptos importantes relacionados con el cambio climático. Preparado como referencia para los eventos sobre cambio climático.
13. Aguilar Lorena. Manual de capacitación en género y cambio climático.06/2009: http://www.wedo.org/
14. Medidas de adaptación implementadas por las mujeres de Tuapi. Género y desigualdad en América Latina. [on line]: http://www.sendasal.org/
15. Bolivia. Cambio Climático, pobreza y adaptación. Oxfam Internacional. LaPaz, Bolivia. Octubre 2009: http://www.oxfam.org/
16. Adaptación al cambio climático centrada en las personas: integración de la perspectiva de género: ftp.fao.org
17. Mujeres que luchan contra el cambio climático: una exposición. Educación de Adultos y Desarrollo. Publicación N° 77. DVV International:http://www.iiz-dvv.de/
18. Claudio Naranjo: El mal de la civilización es la mente patriarcal. http://crecejoven.com/pedagogia--claudio_naranjo
19. Entrevista a Casilda Rodrigañez, 2004: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/272
20. Úrsula Oswald Spring CRIM-UNAM El Colegio de Tlaxcala, Mexico Octubre, 2005, Peligros, Riesgos, vulnerabilidades y Desastres por el Agua desde una Perspectiva de Género. http://www.afes-press.de/pdf/Oswald_dok_04.pdf
21. "Es procapitalista": Parlamentarios Indígenas y el Conamaq impugnan la Ley de la Madre Tierra: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012082404
Notas
[1] http://crecejoven.com/pedagogia--claudio_naranjo
[2] http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/272
[3] http://www.careclimatechange.org/files/adaptation/Adaptacion_genero_y_empoderamiento_femenino.pdf
Atawallpa Oviedo Freire
Red Global Sur
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