Nunca lo hubiéramos pensado y mucho menos ahora lo pudiéramos haber calculado, que un gobernante estadounidense, como el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, fuera capaz o tuviera la categoría de ofrecer disculpas a un país vecino latinoamericano, y menos considerarlo como amigo a la par que socio.

Es el caso, que tal situación se dio en la víspera en la Casa Residencial de Los Pinos, cuando el Presidente, Enrique Peña Nieto recibió a su invitado, Joseph Biden, quien politiquerías electorales aparte, al agradecer la invitación expresó:

“Yo he estado aquí muchas veces, desde que era un joven Senador, en 1973, pero ésta es la cuarta vez que vengo a reunirme con usted, y cada vez que he venido, la hospitalidad ha sido magnífica, y cada vez una excede a la anterior.

“En los últimos años, es presuntuoso como Vicepresidente decir esto, pero nos hemos llegado a conocer, y a nuestras familias, y yo quiero tomar esta oportunidad para agradecerle y decirle que yo admiro su liderazgo; admiro su compromiso con la reforma.

“Usted asumió el mando, comprometiéndose a reformar ciertas cosas. Una reforma que trataba de efectuarse por décadas y décadas para beneficiar a su pueblo”.

 “Aprovecho la oportunidad, agregó, para halagar su inquebrantable compromiso hacia esta relación entre Estados Unidos y México; dos grandes naciones que, creo yo, finalmente han llegado al punto en que cada una comprende que se beneficia del éxito de la otra”.

“No hay nada, enfatizó, que los Estados Unidos de América quiera más que el continuo éxito y crecimiento de México, porque en la medida en que esto ocurra, todo internamente en México se mejora y todo en la frontera, y en el resto de Norteamérica también mejora”.

Y vino la sustancia de la reunión, inédita en estos encuentros de alto nivel, el vicepresidente, Joseph Biden, al margen de intereses electoreros, declaró con énfasis, que aprovechaba el momento para expresar, textual: “Ha habido mucha retórica dañina e inacertada, y casi siento la obligación de pedir disculpas con esta campaña presidencial en mi país, y que han hablado sobre los mexicanos. Ésta ha sido una campaña ardua y encarnecida.  Sólo quiero decirle y hacerle saber, señor Presidente, que la retórica más calurosa de algunos de estos candidatos no representan a quienes somos nosotros, el pueblo de Estados Unidos; no es la opinión de la mayoría de la gente de mi país. Es lo opuesto”.

Luego vinieron las cifras económicas de la relación bilateral, por cierto muy importantes, pero por ahora nos quedamos con la disculpa estadounidense que se acepta sin remilgos.

26 de febrero de 2016

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, y www.clubprimeraplana.com.mx