Detrás de un formalismo jurídico se pretendía durante la dictadura esconder una notoria injusticia. En esta etapa de la democracia “tutelada” se repite o empeora el formalismo jurídico. La justicia ha perdido la vergüenza lo que me da el derecho de faltarle el respeto.

Lilian Segovia, Azafata de LAP, según la prensa escrita del 3 de febrero de 1989 declaró lo siguiente:” que fue convocada para un vuelo especial: llevar a Stroessner al Brasil. El dictador depuesto al despedirse de la tripulación dijo: suerte con el nuevo gobierno y apóyenle a su nuevo presidente. Tenía la mano derecha lastimada”. Así se despidió el que fue amo y señor de vidas, el amo y señor de la INJUSTICIA. La simple mención de su nombre generaba escalofrío.

Que pasa con la sociedad paraguaya que perdió a miles de sus ciudadanos, cuyos nombres están el ARCHIVO DEL TERROR, 22 de diciembre de 1992 y/o en el Informe de la Comisión de Verdad y Justicia que presidio el Mons. Mario Melanio Medina (2004/2008). No hay un solo político, ni un juez o Fiscal que diga: vamos a buscarlos o por lo menos digan apoyemos el esfuerzo que está realizando el Dr. Rogelio Goiburu para conocer la verdad y actúe la justicia.

Se fue Stroessner pero quedó, la ponzoña, el stronismo. Los militares no nos trajeron la libertad sino la IMPUNIDAD. Con una justicia el colmo de lo inmoral. Valga este ejemplo de una terna salieron electos 2 Ministros de la Corte (mau) que hoy quieren hacer el “rekutu”

La MEMORIA sabe esperar y exige justicia porque en el camino de la justicia está la vida.

Como Martin Luther King me quiero negar a creer que el Poder Judicial está en quiebra y como él yo también tengo un sueño: Que un Juez o un Fiscal escuche a quienes el sistema excluye o maltrata y la misión de ambos es brindarle un debido amparo. Los Jueces y Fiscales paraguayos, salvo raras excepciones se convierten en verdugos de los mismos a quienes deben resguardar conforme al mandato de la Constitución Nacional. Los Fiscales y Jueces dejan solos a los excluidos forzándolos a que se defiendan con las armas que no tienen y los recursos políticos y económicos de los que carecen.

Tenemos el derecho y el deber de cambiar este mundo ingrato en que vivimos lo que no es posible es pensar en transformar un mundo sin un sueño.

Sueño que la justicia paraguaya deje de comportarse como la víbora que solo muerde a los que andan descalzos, es decir a los pobres.

Ante el SILENCIOSO SILENCIO del Consejo de la Magistratura vengo a denunciar a estos magistrados que se comportan como la víbora que solo persigue a los pobres.

Finalmente, hay que tener conciencia que nuestro instrumento de combate contra este modelo económico y social injusto es conocer la historia, la MEMORIA, la filosofía, la ética, todas las ideas, las dudas, la pluma y el cyber espacio.

La lucha por la verdad, justicia y reparación integral es permanente y nos une a todos los defensores de Derechos Humanos de América Latina.

- Martin Almada es Premio Nobel Alternativo y miembro del comité ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas (AAJ).