Pescar en aguas revueltas con el mar “plato”

09/11/2015
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El antimperialismo no es una marca de perfume deslocalizado….

 

No discierno bien la semantización del título del artículo de Aníbal Garzón; el antimperialismo no es un producto del mercado deslocalizado global, ni una marca de perfume o pieza de vestir. Sino la respuesta esencial a los intereses y las acciones históricas de la hegemonía capitalista por dominar al resto del mundo. Como parte importante de la filosofía de la emancipación no se gasta, sino que se profundiza mentalmente en la medida en que el imperialismo de turno no sale de su autismo político y cultural.

 

A manera de "chiste" en Cuba el antimperialismo es un "moda" que lleva la friolera de más de un siglo, siendo la isla misma una de las llamadas culturas jóvenes dentro del modernismo occidental. Así es que en Cuba, por lo general, nacemos antimperialistas. Incluso estamos edificando un socialismo sustentable; aún si donde existen personas que no tienen bien claro quienes fueron Marx, Gramsci o Lenin, pero que saben muy bien quiénes fueron Martí, Maceo o Mella y qué era lo que defendían. A pesar de que para algunos idiotas de nuevo cuño la Historia no está de moda, pero de todas formas la tienen que aprobar en la escuela.

 

Se le ha dado demasiada importancia –sobre todo de la parte estadounidense-, a los cambios que emergieron el 17 de diciembre de 2014. La implicación esencial es para los EE.UU., su gobierno, quien tiene las redes rotas desde hace mucho y al sacarlas del agua está capturando casi nada. Cuba jamás rompió relaciones con los EE.UU.

sino que fue y es víctima de un bloqueo o guerra económica, financiera y política porque sencillamente decidió ser un país soberano. Y aplicar el modelo social que los ciudadanos cubanos hemos decidido en mayoría. Hay temores sobre Cuba, pero sospechosamente nada con respecto a la política del gobierno angloestadounidense con respecto a Cuba.

 

El mismo Garzón comenta:

 

"Con la reapertura de las embajadas este mes de julio, después del anuncio oficial en diciembre de 2014 del inicio de normalización de relaciones y la salida de Cuba de la lista norteamericana de países terroristas celebrándose la primera reunión entre Raúl Castro y Obama en la Cumbre de las Américas en Panamá el pasado mes de abril, se generó rápidamente un imaginario optimista sin hacer un análisis exhaustivo de nuevos escenarios e intereses en las relaciones internacionales y la conciencia colectiva."[1]

 

Pero no hace una reflexión suficientemente atinada sobre el asunto.

 

No es tan expedito ni tan fácil el acercamiento de la UE (Unión Europea)  a Cuba, precisamente por ser la misma UE una de las víctimas de las sanciones extraterritoriales impuestas por los EE.UU. a partir del bloqueo de marras. Si la UE cree que ahora es el momento, cuando están peinando a la tía, propicio para untarle mantequilla a Cuba y ayudar a que la isla  ceda ante los EE.UU., mejor que se emplee en solucionar el problema de la trasgresión horrible de los derechos humanos que comete al sobre vapulear a los cientos de miles desplazados que pululan por allí sin ayuda elemental, víctimas de las guerras locales que la misma UE ayuda  a los EE.UU. a perpetrar.

 

Esa bobería sobre los empresarios y el gobierno español no merece caso alguno, el régimen español hace aguas desde bastante tiempo ha; y necesita meterse en alguna cumbancha a ver si puede oxigenarse, aun si a costas de la integridad de los otros. Por aquí ha pasado "malanga": Hollande, Renzi, Kerry, Rihana, Mick Jagger, Spike Lee, Katy Perry,  Carolina la Princesa de Mónaco... sin que el clima tropical nuestro haya cambiado en modo alguno. 

 

Leyendo el artículo de Aníbal Garzón "¿Hasta cuándo durará ..."[2] publicado en Rebelión y reproducido en Contrainjerancia, que me ha llamado la atención nunca está demás un par de aclaraciones.

 

El socialismo cubano ha atravesado por etapas de influencias más o menos afortunadas pero la esencia de la revolución social cubana es antimperialista, y eso nos salva de la ultra-sovietización de que nos acusan haber adolecido. La campaña antimperialista y solidaria militar por la liberación de África la materializamos de manera desinteresada por sobre los criterios en contra del extinto poder soviético. Por alguna razón el método asumido por los EE.UU. es el de abrir embajada en Cuba para minar al sistema desde adentro. 

 

El único discurso antimperialista válido para el pueblo cubano y la revolución es el que se soporta en la acumulación histórica como referencia objetiva de lo que pudiera esperarse de las relaciones con los EE.UU., que es muy posible que por un tiempo imprevisible no pasen de relaciones diplomáticas a nivel de embajadas, sin normalización alguna o muy poco de eso.

 

Existe una fracción ínfima del estado de opinión interna de la población local que pudiera ver a Fidel y a la dirigencia histórica como arcaica y sin perspectivas con respecto a una posible adhesión a los intereses angloestadoundienses. Pero hasta la fecha, el único proyecto objetivo viable es del socialismo radicalmente rectificado. No existen esperanzas de conservación y desarrollo de un proyecto político de justicia social al margen de la soberanía nacional y el socialismo. Separar a ambos desde cualquier perspectiva sería como jugar béisbol sin guantes ni pelotas ni bate, ni siquiera uniformes. De la misma manera que ni Viet Nam, ni Cuba olvidan que la soberanía obtenida ha sido a base de un sacrificio y compromiso que ha tenido al nacionalismo antimperialista como su base histórica más sólida.

 

Es en la propia Cuba donde se está gestando un fenómeno de opinión cuya ratificación se ha hecho más sólida a partir de la votación contra el bloqueo efectuada en la Asamblea General de la ONU el 27 de octubre de 2015.

 

Ni el gobierno de Obama ni algún otro perceptible en la previsión posible está realmente interesado en desmantelar el bloqueo contra la isla. Sino en hacer implotar a la revolución socialista del lado del adentro de la zona bloqueada. La subversión angloestadounidense se prostituye desde sí misma y comienza a intentar lucir algunos encantos de vieja loca y tolerante, a ver quién cae en el jamo.

 

El autor del artículo de referencia debe precisar (rectificar) que no hay antimperialismo norteamericano, sino antimperialismo a secas. La versión estadounidense de lo anterior, al menos yo no la conozco.

 

Nuestras contradicciones internas siempre existirán porque las revoluciones avanzan, se alimentan de la existencia y solución coherentes de sus propias contradicciones. 

 

[1] Aníbal Garzón. ¿Hasta cuándo durará la esencia de antiimperialismo norteamericano? Contrainjerencia. 29/10/2015.  http://www.contrainjerencia.com/index.php/?p=111101

[2] Ibídem.

https://www.alainet.org/fr/node/173514
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