Capitalismo, guerra y contrainsurgencia en Chiapas - II
- Opinión
Las guerras vienen de lejos
Hace 18 años, en Junio de 1997 - cuando La del moño colorado la rifaba gacho y Zedillo gobernaba el país–, el jefe rebelde zapatista nos obsequió: “7 piezas para dibujar, colorear, recortar, y para tratar de armar, junto a otras, el rompecabezas mundial.”, es decir, las: 7 piezas sueltas del rompecabezas mundial. La Piezas son: 1. La concentración de la riqueza y la distribución de la pobreza. 2. La globalización de la explotación. 3. Migración, la pesadilla errante. 4. Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen. 5. ¿La legítima violencia de un poder ilegítimo? 6. La Megapolítica y los enanos. 7. Las bolsas de resistencia.
El ensayo no tiene desperdicio. Cierto es que cuando el guerrillero en jefe se lo propone y se esmera arrastrando el lápiz llega a ser de los mejores. Sin duda, las 7 piezas tendrán un lugar especial una vez que se publiquen sus obras escogidas.
Antes de pasar a la construcción de cada una de las Piezas, el rebelde Subcomandante advirtió: “La globalización moderna, el neoliberalismo como sistema mundial, debe entenderse como una nueva guerra de conquista de territorios. (…) el fin de la ‘Guerra Fría’ trajo consigo un nuevo marco de relaciones internacionales en el que la lucha nueva por esos nuevos mercados y territorios produjo una nueva guerra mundial, la IV. Esto obligó, como en todas las guerras, a una redefinición de los Estados Nacionales. (…) el orden mundial volvió a las viejas épocas de las conquistas de América, África y Oceanía. Extraña modernidad esta que avanza hacia atrás, (…). En el mundo de la Posguerra Fría vastos territorios, riquezas y, sobre todo, fuerza de trabajo calificada, esperaban un nuevo amo...”
Para cimentar el concepto de la IV Guerra Mundial, el guerrillero, argumentó: “Desde el fin de la II Guerra Mundial hasta 1992, se han librado 149 guerras en todo el mundo. El resultado, 23 millones de muertos, no deja dudas de la intensidad de esta III Guerra Mundial”. De esa guerra “entre el Capitalismo y el Socialismo”, el jefe zapatista, destacó sus características y al triunfador: “La III Guerra Mundial mostró las bondades de la ‘guerra total’ (en todas partes y en todas las formas) para el triunfador: el capitalismo.”
La IV Guerra Mundial, la guerra por los mercados, llegó acompañada de un arsenal de “bombas financieras” que, con sus ondas expansivas, “reorganiza y reordena lo que ataca y lo rehace como una pieza dentro del rompecabezas de la globalización económica”. La IV construye “megápolis” en extensas geografías del Globo Terráqueo: La Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio en la América del Norte. Otras “megápolis” han surgido en África del Norte, en África del Sur, en el Cercano Oriente, en el Mar Negro, en Asia Pacífico…, “en todo el planeta explotan las bombas financieras y se reconquistan territorios”. En ese proceso: “El neoliberalismo opera así la DESTRUCCIÓN / DESPOBLAMIENTO por un lado, y la RECONSTRUCCIÓN / REORDENAMIENTO por el otro, de regiones y de naciones para abrir nuevos mercados y modernizar los existentes.”
Si alguien aprendió la lección de la III Guerra Mundial, fueron los líderes de China y Vietnam. Habían sido testigos del “desfonde político, económico y social de Europa del Este y de la URSS”. El Gigante Asiático había heredado la organización social y productiva de la China de Mao. Ese país con un enorme territorio, recursos y mano de obra, abrió sus fronteras para recibir el masivo arribo de capitales. Su economía tuvo un crecimiento extraordinario y en diversas geografías podemos leer: Made in China. Ese país se perfilaba para convertirse en la primera economía del mundo. Por su parte, Vietnam, un pequeño país socialista con un histórico conflicto con China y vulnerable en la región optó por la alianza con los Estados Unidos y sus líderes cambiaron el modelo con el que soñó el Tío Ho.
Puede resultar importante destacar que cuando el guerrillero zapatista escribió las 7 Piezas el planeta Tierra estaba habitado por “5 mil millones de seres humanos. En él, sólo 500 millones de personas viven con comodidades mientras 4 mil 500 millones padecen pobreza y tratan de sobrevivir.” En 2015, en el planeta Tierra viven más de 7 mil millones de personas, el Capital y la pobreza se siguen concentrando en polos opuestos. La IV Guerra Mundial sigue su curso. Para alcanzar la “reconquista de territorios (…) los centros financieros llevan adelante una triple estrategia criminal y brutal: proliferan las ‘guerras regionales’ y los ‘conflictos internos’, los capitales siguen rutas de acumulación atípica, y se movilizan grandes masas de trabajadores”. (…) “La IV Guerra Mundial, con su proceso de destrucción / despoblamiento y reconstrucción / reordenamiento, provoca el desplazamiento de millones de personas.” En 1995 la cifra de personas desplazadas era de más de 27 millones, en 2005 la cifra llegó a los 38 millones. En 2015, suman 60 millones las personas desplazadas/refugiadas en el mundo. Eso sí, 99 de cada 100 tendrán acceso a un teléfono móvil.
¿Y todo lo anterior para qué?
Resulta que 18 años después de las 7 Piezas del rebelde zapatista, los Estados Unidos, la primera potencia económica y militar, agitó las aguas de los mercados en el mundo y en los primeros días de Octubre encabezó la creación del mayor pacto comercial en el planeta: el Acuerdo Transpacífico (ATP). Los ministros de Comercio de 12 naciones del Pacífico, entre ellas México, alcanzaron un acuerdo que “reducirá las barreras arancelarias y establecerá estándares comunes. Con el ATP se proponen estimular el comercio entre Estados Unidos, Canadá, México, Chile, Perú, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Brunei, Malasia, Singapur y Vietnam.
El Capitalismo reiteró su fortaleza y capacidad de planeación estratégica. Sus Ingenieros trabajaron, al menos, 5 años en el diseño y construcción del ATP. Los países involucrados tienen dos años para que sus respectivos Congresos lo aprueben o no. Es muy probable que el impacto de las recientes bombas financieras y la caída de los precios del petróleo que en 2015 desquiciaron las economías en el mundo entero, haya creado el mejor de los escenarios para que el ATP llegara a buen puerto.
México y Chiapas en el teatro de operaciones de la IV Guerra Mundial
Si con Carlos Salinas se firmó el TLC. Con Salinas-Peña Nieto, México participa del ATP. Cronológicamente, en 2014, Salinas-Peña Nieto fortaleció la Alianza del Pacífico en la que participa con Perú y Chile. En septiembre de 2015, Peña nieto anunció la creación de Zonas Económicas Especiales que más tarde ubicó en el puerto de Lázaro Cárdenas entre los límites de Michoacán y Guerrero, en Oaxaca, uno de los estados donde se construye el Corredor Industrial Inter-Oceánico y en Puerto Madero, Chiapas. El 5 de Octubre, en Atlanta, todo se había consumado. Una docena de ministros de naciones del Pacifico alcanzaron el acuerdo comercial.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reaccionó de inmediato y sentenció: “No dejaremos a países como China escribir las reglas de la economía global”. Un mensaje al resto de sus aliados: Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, es decir, al bloque comercial BRICS. En México, Salina-Peña Nieto celebró la conclusión de las negociaciones del ATP, al calificarlo de “acuerdo de vanguardia” con el que México fortalece su integración comercial con el mundo y reiteró la promesa de las últimas tres décadas: “El Acuerdo de Asociación Transpacífica se traducirá en mayores oportunidades de inversión y empleo bien remunerado para los mexicanos”.
Las otras guerras en México y Chiapas
Han pasado poco más de tres décadas que los gobiernos de México han llevado a la economía nacional a navegar en las turbulentas aguas de la IV Guerra Mundial. Independencia y Soberanía es lo que menos queda. Si con Miguel de la Madrid y Carlos Salinas se inició el proceso de privatización, desregulación de la economía y el fin del reparto agrario, con Zedillo, Fox y Calderón se entregó parte del país a las empresas mineras. Obedeciendo a los yanquis, Calderón estableció la “guerra al narco” que ha dejado un saldo de más de 100 mil muertos, más de 20 mil desaparecidos, miles de huérfanos y muy probablemente más de un millón de desplazados. La guerra continúa con Salinas-Peña Nieto. Una guerra que cubre, al menos, el 80% de la geografía mexicana que sigue vistiendo de luto o llenado de dolor a miles de familias mexicanas.
En Chiapas, a la violenta paz de antes de 1994 le siguió la guerra de contrainsurgencia en contra de los pueblos y comunidades Zapatistas. Las fuerzas armadas han ocupado el territorio. A cada una de sus iniciativas políticas, civiles y pacíficas el gobierno federal les ha respondido con una provocación y se mantiene una suerte de “conflictos internos”: agrarios, político agrarios en diversas regiones de la entidad; en la zona fronteriza con las empresas mineras; proyectos eólicos, ambientales, por discriminación y por violaciones a los derechos humanos y de los pueblos indígenas.
En el curso de la guerra, han sido frecuentes las visitas de Salinas-Peña Nieto a Chiapas: En febrero de 2013, en Las Margaritas lanzó la Cruzada contra el Hambre. El 13 febrero de 2014, Inauguró el Aeropuerto internacional de Palenque y relanzó el proyecto de la supercarretera de San Cristóbal a Palenque. En mayo fue asesinado el zapatista Galeano. Ese crimen pospuso un año los eventos programados por el EZLN. El 8 julio, en Catazajá, abordó el tema migratorio. Con Pérez Molina, presidente de Guatemala puso en marcha el programa Paso Seguro. El 8 de agosto, en San Juan Chamula, afirmó que con las reformas estructurales México tendrá una mejor plataforma para crecer económicamente. El 2 diciembre, en Cintalapa, celebró el arranque de su tercer año de gobierno y prometió mil 800 millones de pesos más a Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
El 11 de marzo, la Secretaría de la Defensa Nacional anunció la construcción de un nuevo cuartel militar en Chicomuselo, Chiapas. El 24 marzo de 2015, Salinas-Peña Nieto anunció que en Chiapas darán inicio las acciones para el desarrollo del sur de México y puso en marcha un programa de impulso al empleo. El 11 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indios, anunció que comunidades de Chiapas entrarán en el Programa de Zonas Económicas Especiales para crear más empleos y generar inversión productiva en ellas. El 29 de agosto, el gobierno de Chiapas liberó a dos de los indios tojolabales implicados en la muerte del zapatista Galeano. El 29 de septiembre de 2015, Salinas-Peña Nieto anunció en Tapachula, Chiapas, la creación de Zonas Económicas Especiales en las comunidades indígenas de Chiapas con la inversión de capitales privados: “Tenemos que transitar del asistencialismo, que ha sido insuficiente, que nos ha permitido solamente mitigar la pobreza, a lo que realmente buscamos, que es crecimiento incluyente”. De se así, se agrega el plus capitalista al gasto para el control social.
Sin duda, la guerra de Salinas-Peña Nieto va dirigida a la “recuperación de los espacios perdidos”. La Autonomía de los pueblos zapatistas en Chiapas es otro de sus objetivos político militares. Se trata de ir reventando las “bolsas de resistencia”. Sin embargo, los planes del Frente de Guerra en la Frontera Sur son la mayor amenaza en la región.
Continuará…
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