Por mi formación católica (debida a mi familia, la escuela y el colegio) y mi actual convencimiento de la existencia de dos iglesias que conviven dificultosamente en Roma, y su relativa calma en Bolivia, diré que de esa realidad, los mejores testimonios, en Bolivia, seguramente son Luis Espinal y el cura Mateo.

El uno habiendo comprendido la estructural dependencia del Estado Boliviano se dedicó a contribuir para cambiar esa perversa estructura, arriesgando su propia vida; el segundo en una actitud propia de una vedette mediática, “aparece” con demandas personales al Estado, coincidiendo con el pensamiento conservador-colonial.

Las coincidencias están a la vista de todo el pueblo, pues el reclamo del 10% pasó a segundo plano, lo central es demostrar que este gobierno es lo peor, para eso dijo hacer conocer al Papa y entregar los videos de las expresiones de un ministro, lo mismo realizó una senadora opositora, lo mismo hizo un activista alteño, todos ellos encaminados a debilitar al gobierno sobre la base de informes o “pruebas” que ellos suponen no conoce el Papa.

Malas noticias ya que el mejor servicio de inteligencia del mundo está en manos de la Iglesia Católica en el propio Vaticano. El Papa debe ser una de las 5 personas mejor informadas del mundo.

La persona del Papa tiene una conformación compleja, ya que por un lado es el Jefe de gobierno de un Estado económicamente poderoso (cosa que no siempre se toma en cuenta) y por el otro, es el “pastor del rebaño del señor”, o sea tiene otro poder que emana de su tarea evangelizadora (llevar la buena nueva).

De ser así, en el último tiempo, la lucha contra toda opresión social y económica y la depredación del medio ambiente, una visita de un Jefe de Estado a otro sea bienvenida mejor si tienen coincidencia en sus políticas que vayan más allá de la dictadura del mercado.

La figura del Papa, es muy ambigua, especialmente después de conocer los datos que nos brindaran sus ex compañeros jesuitas, referido al papel del actual Papa durante la dictadura militar en la Argentina, de la que existe bastante documentación.

Existe una de esas historias en el libro: “El Silencio” del periodista argentino Horacio Verbitsky juntamente con la obra: “Iglesia y Dictadura” de Emilio Fermín Mignone, hombre que fue actor del periodo dictatorial dedicado a la defensa de los Derechos Humanos y muchas veces premiado por esa labor.

No es ajena, para las autoridades del Vaticano una toma de posición política muchos de ellos bendecían las armas fratricidas desde muy antiguo. La historia de los Papas es la historia del poder, así lo demuestra sin tapujos una excelente caricatura de Al-Azar, cuyo poder de síntesis envidio.

Es diferente recibir un abrazo de hermano a hermano que tienen el mismo objetivo y caminan por la vida por el mismo sendero. Lamentablemente la llegada del Papa a nuestro país, nos acarreó algunos rasgos de la colonialidad, y con los tufillos de la vieja realeza que mantiene el Vaticano.

¿Será que todavía se mantienen ritualidades heredadas de los tiempos monárquicos? Debemos tener certeza que hemos estado frente a un humilde pastor y no frente a un monarca colonialista y poderoso.

La práctica es siempre depositaria de la verdad, no por la forma solamente (no vivir en palacios, caminar en lugar de trasladarse en autos blindados, etc.) sino por los actos transformadores de la realidad.

Eso lo vimos en Francisco quien rompió esa estructura del poder alcanzando uno a uno su mano como afirmando su discurso: “Hay que salir afuera” y desde ahí entender a los pobres, motivo central de la misión de cumplir esa buena nueva en esta tierra, no allá en los cielos.

Así, con esa actitud y testimonio de un hombre que nos provoca cambios, mis viejos recuerdos, de la década del 70, de una práctica religiosa verdadera y comprometida junto a Pedro Basiana, Federico Aguiló en Cochabamba, Gabriel Siquier en Charagua y al Padre Ricardo en el Barrio de San Pedro de Potosí, serán avivados.

Camilo Katari es escritor e historiador potosino