A dos años de su partida:

Javier Diez Canseco cabalga por un mundo con justicia

30/04/2015
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Diego Gonzáles Tovar javier diezcanseco cuadro small
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Pintura de Diego Gonzáles Tovar, joven amigo con cualidades especiales

 

En un contexto latinoamericano con nubarrones intervencionistas en el horizonte y avanzando en varios países la aplanadora de la “restauración conservadora”, anunciada desde el año pasado por el Presidente Rafael Correa de Ecuador contra los gobiernos progresistas y de izquierda de Nuestra América, se conmemora el Segundo Aniversario del fallecimiento del dirigente socialista peruano, Javier Diez Canseco Cisneros.

 

La defensa del proceso revolucionario bolivariano en Venezuela, el apoyo al levantamiento de las sanciones injustas contra el pueblo cubano y a las conversaciones entre los gobiernos de EEUU y Cuba, la solidaridad militante en favor de una Paz justa y sin impunidad en Colombia y la solidaridad con los otros gobiernos que están siendo acosados por el neoliberalismo, el imperialismo y contra nuestros recursos naturales, en particular el agua, así como con el pueblo saharaui y los afroamericanos de EEUU contra la discriminación, son temas que serían de militante preocupación para Javier Diez Canseco y lo son para nosotros

 

Mi amigo y compañero de mil batallas nacionales e internacionales, Javier Diez Canseco Cisneros, nos dejó hace dos años gritando a todos los vientos: “Tengo una pasión por el Perú, por la justicia, por la verdad”. Javier fue un político no solo comprometido con el pueblo peruano, sino también un internacionalista, un hombre del mundo, cuya solidaridad con los pueblos oprimidos se extendía más allá de nuestras fronteras y recogía lo mejor de la tradición del socialismo: la lucha de los pueblos por la autodeterminación, la justicia, la paz y la integración.

 

Fue miembro fundador del Foro de Sao Pablo (FSP) y mantuvo una solidaria relación con organizaciones políticas, movimientos de liberación y sociales, ciudadanos e instituciones de América Latina y el Caribe, Europa, África, Medio Oriente y Asia. Al retornar de Quito en enero del 2013, en donde participó en una reunión del Grupo de Trabajo del FSP, nuestro compañero se internó en una clínica, falleciendo el 4 de mayo del 2013. La verdad es que nos dejó a todos y todas, como el título de un artículo del recientemente fallecido Eduardo Galeano: “El niño perdido a la intemperie”.

 

Se cumplen dos años de la irreparable desaparición de Javier y con este motivo sus amigos y amigas, así como su compañera Liliana Panizo, nos hemos organizado para rendirle homenaje, publicando sus escritos sobre temas internacionales bajo el título “Javier Diez Canseco el Internacionalista” (El Buho, 2015) que pronto estará en las librerías. Asimismo, develaremos un monumento a su memoria en Lima y realizaremos el 5 de mayo un Foro-Debate Internacional en el que participarán expositores de El Salvador (la legendaria Comandante y diputada Nidia Díaz), Chile (el dirigente allendista Esteban Silva) y, a través de sus representantes diplomáticos, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

 

Javier no fue de mucho publicar libros, aunque sí de bastante escribir artículos en diarios, revistas y periódicos militantes. Además de un intelectual orgánico, fue y sigue siendo, cual Cid campeador desde otras dimensiones, un entrañable amigo, maestro y tribuno de causas estratégicas. Por ejemplo, sobre el Socialismo escribió lo siguiente: “Si nos preguntan por qué persistir en el Socialismo, bastaría constatar que los problemas que le dieron origen siguen presentes y, en muchos casos, se agudizan. La desigualdad es mayor que nunca, la miseria es crónica en muchas regiones y el trabajo humano se ha precarizado. El Socialismo - enfrentando un balance crítico de su historia mundial y nacional, así como visiones sectarias y dogmáticas e ideas erróneas que condujeron a autoritarismos y modelos verticales que expropiaron el poder a las mayorías -, es una opción y una visión alternativa cuyos pilares de equidad, justicia, no discriminación, democracia participativa y ética de los productores mantiene vigencia y puede demostrar que “otro mundo es posible” si se entrelaza con las grandes mayorías y bebe de sus afanes”.

 

Asimismo, necesitamos recordar los permanentes llamados a la UNIDAD de la izquierda peruana que Javier nos exigía y tanto requerimos en el momento actual. Como muchos pensamos y buena parte del pueblo nos exige, debemos luchar por “un solo frente, un solo programa y una sola candidatura”, con la finalidad de superar la dispersión, convertir en fuerza las diferencias y formar un gran río que nos permita derrotar al neoliberalismo, el retorno de la dictadura cleptocrática y genocida con careta democrática y el arrasamiento de nuestros recursos naturales por parte del extractivismo neoliberal salvaje.

 

Unas semanas antes de fallecer Javier escribió: No podemos perder la oportunidad ni rehuir a la obligación de responder a las necesidades de cambio que requieren miles de mujeres y hombres del pueblo que han llenado plazas agitando las banderas del cambio. No hay tiempo ni materia prima para construir escenarios en los que la victoria de grupos aislados sea posible. O bien avanzamos hacia la unidad o volvemos a perder la oportunidad histórica de hacer transformaciones significativas en nuestra sociedad”. (“El sentido de la solidaridad”, La República, lunes 18 de marzo del 2013).

 

Como no podía ser de otra forma, tres días antes del Día Internacional de los Trabajadores y seis días antes de su partida, Javier desde su lecho de moribundo escribió los siguiente en favor de los trabajadores y contra la discriminación laboral: “Como ustedes saben, atravieso una situación compleja y difícil, en la que está en cuestión mi vida misma pero –como indiqué públicamente a inicios de febrero– no la disposición a luchar por ella. Las extraordinarias muestras de solidaridad recibidas a lo largo de estas semanas me comprometen a persistir en esta batalla por la vida, y a seguir cumpliendo con el mandato que recibí de mis electores de contribuir a revertir la seria situación de desprotección en la que se encuentra la inmensa mayoría de las y los trabajadores peruanos: dos de cada tres en la informalidad, sin planillas y sin derechos, sin seguridad e higiene en el lugar de trabajo, sin seguridad social y sin sistema de pensiones y con remuneraciones de miseria. … La discriminación en todas sus formas es un cáncer que corroe nuestra sociedad y debe ser erradicada en todas sus formas y en todo lugar. Esto se ha logrado en muchos lugares y en el Perú no tiene por qué no ser igual. En el Día del Trabajo comprometámonos a conseguir las firmas necesarias para hacer realidad este objetivo”. (“Batallemos por el fin de la discriminación laboral”, La República 29 de Abril del 2013).

 

Con tu ejemplo venceremos, Javier.

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Javier Diezcanseco con Fidel

 

 

La Habana 1979. Cuando comenzaba la aurora sandinista, Javier Diez Canseco con los comandantes Fidel Castro y Daniel Ortega.

 

Tres años antes, junto a Esteban Pavletich - lugarteniente de César Augusto Sandino - y otros militantes internacionalistas del Perú, Javier fundó el Comité de Solidaridad con América y el Caribe (COSALC), que desarrolló una intensa y militante actividad de solidaridad para con la joven Revolución encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

 

No bien producido el triunfo de la Revolución Popular Sandinista. El 19 de julio de 1979, el 21 de julio de ese año Javier viajó desde Caracas a Managua y tuvo reuniones con los comandantes Tomás Borge, Henry Ruiz y Daniel Ortega. Les prometió enviar técnicos para apoyar la construcción de sus propuestas... y cumplió.

 

Cajamarca, 29 de abril del 2015

 

Hugo Cabieses Cubas

Socialista y economista

 

 

https://www.alainet.org/fr/node/169320
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