Cuba y su Revolución, consolidada por más de 5 décadas, a base de firmeza, creatividad y consecuencia ideológica, lograron vencer a su solitario enemigo persecutor: la política ultraderechista afincada o manipulada desde esa poderosa tendencia a los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos que ensayaron desde la invasión militar, pasando por el sabotaje terrorista, hasta llegar al bloqueo comercial y social.

Todo resultó inútil como lo reconoció el propio Presidente Obama quien asumió con valentía, con la ayuda de Canadá y el Papa Francisco, la reversión de esa política imperialista y colonialista, para pasar al diálogo reconstructor, amistoso que se está poniendo en marcha.

Durante 25 años en el seno de las Naciones Unidas se condenó casi por unanimidad de los Estados miembros esa medida del bloqueo por ilegal, inmoral e injusta y el Imperio hizo caso omiso a esa condena.

Obama comprendió que se iba a aislar y quedar en solitario ante todo el continente latino americano que de ¨patio trasero¨, como lo venían considerando desde todo el siglo precedente, podía convertirse en un área explosiva demandando su Segunda Independencia: recordaba Obama que en la Cumbre de Las Américas ya hubo un Presidente, el ecuatoriano Rafael Correa, que se abstuvo de concurrir en señal de protesta por la exclusión de Cuba por la orden norteamericana y un gran alboroto surgido entre los restantes gobernantes: seguro que no habría la Cumbre de Panamá si Obama insistía en bloquear la presencia de Cuba y se produjo el giro de 180 grados que hoy vive el Continente.

Asustaba la imagen de que América Latina se alborotaba por la iniciativa en trampolín gestada por Hugo Chávez que impulsó, junto con otros colegas, la unidad continental materializada en las organizaciones del ALBA, UNASUR y CELAC, herramientas que frontalmente reclaman el derecho a la autodeterminación y la soberanía, así como el trato respetuoso de igual a igual entre los grandes y chicos.

Lo importante, aleccionador e histórico es que la pequeña isla de Cuba luchó con valentía y sin dar ni pedir tregua alguna: derrotó militarmente en horas la invasión en la Bahía de Cochinos; Superó el terrorismo con bombas en los hoteles para ahuyentar el turismo; Enfrentó y doblegó la crisis que llamaron Período Especial vinculado   a la suspensión de abastecimientos por la desaparición de la Unión Soviética.

Mientras tanto Cuba mantuvo latente su política para solidarizarse con todos los pueblos que requirieran médicos y especialistas, enviando profesionales a los países con catástrofes o formando a miles de jóvenes en la profesión médica: siempre con la consigna de que no se solidariza dando lo que les sobra sino lo que los beneficiaros necesitan, como las brigadas heroicas que fueron a enfrentar la epidemia del Ébola.

Cuba revolucionaria victoriosa sigue enseñando el camino de la lucha para América Latina. Y Venezuela, junto al resto de países, ya conocen la lección y el caminos a seguir.

- Alfredo Vera es escritor y periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación, http://alfredovera-ecuador.blogspot.com

Publicado en El Telégrafo 21/04/2015