Giro en Las Américas
- Opinión
Estamos viviendo el apogeo de un cambio histórico que involucra a las Américas, espacio continental que tiene una enorme importancia en el desarrollo de la humanidad, que se debate en la confrontación de infinidad de conflictos que van minando la consistencia del globo terráqueo, como espacio habitable para los seres humanos.
Con el advenimiento del nuevo siglo presente, y ya consolidado el proceso de la Revolución Cubana, que cambió la estructura y el destino de la lucha de los pueblos de este Continente por alcanzar su segunda y definitiva independencia, que permita garantizar el respeto a su soberanía, aplicación de los procesos de cambio que se dan dentro de las parcelas de la Patria Grande, nos acerca a ser presencia contemporánea de este apogeo que obligará a admitir la nueva correlación de fuerzas en la Séptima Cumbre denominada "de Las Américas", instancia que antes fracasó, mientras estuvo bajo el control y la égida de los Estados Unidos.
El Presidente de esta gran potencia, Barack Obama, ensayó la apertura de una puerta para que pudieran entenderse los pueblos y los gobiernos, reconociendo sin ambages, que 50 años de política de agresión contra Cuba habían fracasado.
Antes de entonces el Presidente ecuatoriano Rafael Correa asumió la decisión de no asistir a la Sexta Cumbre en Colombia, con el fuerte argumento de que no se prestaba para ser parte de un evento del que había sido excluida Cuba por decisión arbitraria y unilateral de los Estados Unidos.
Esta decisión tuvo efecto contundente porque la intensión norteamericana de aislar a Cuba empezó a dar como resultado que sean los Estados Unidos los que se estaban aislando de todos los países del continente, con mayor o menor fuerza,
USA intentó reemplazar en su equivocada política de aislamiento a Cuba por Venezuela, usando una ridícula argumentación de que la patria de Bolívar y de la revolución bolivariana constituía un peligro para la paz del poderoso e inmenso país del norte.
La reacción universal y particular de América Latina, fue lanzar una sonrisa rebelde y piadosa, constatando que, en adelante, el respeto a la soberanía y a la dignidad de cada país latinoamericano estaba por encima de manipulaciones polítiqueras y perversas, provenientes de quienes están ahogados de odio y de ideas fascistas.
La Patria Grande nunca estuvo dormida ni aceptó sin rebeldía los atropellos ofensivos de una política impositiva, agresiva, cruel y sanguinaria: lo que faltó fue unidad y comprensión colectiva de gobiernos y pueblos de este Continente.
Hoy, como es obvio, las cosas son distintas y el rol que puedan jugar los líderes de estos pueblos ya no pueden ser despreciados, destruidos o desacreditados en su batalla por ir construyendo aquel sueño realizable de Simón Bolívar y otros gestores de nuestra independencia, la construcción de una verdadera patria grande libre, digna, justa y soberana.
- Alfredo Vera es escritor y periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación, http://alfredovera-ecuador.blogspot.com
Publicado en El Telégrafo 15/04/2015
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