La hegemonía y prepotencia imperial
01/02/2015
- Opinión
El día 28 de enero, nuestro Presidente, Raúl Castro, pronunció un discurso en la Tercera Cumbre de la CELAC que estableció claramente los puntos a discutir con Estados Unidos en estos contactos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
En los primeros párrafos del discurso, dejo bien claro que bajo ninguna circunstancia, Cuba modificaría su política exterior. Lo planteado sobre Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia, el proceso de paz en Colombia, Rusia, los países africanos y lo inadmisible de la situación colonial que sufre Puerto Rico no dejo lugar a dudas que Cuba se mantendrá al lado de los que luchan contra el imperialismo yanqui.
Ante el fracaso de Estados Unidos, por la política seguida contra Cuba por más de cincuenta años, el gobernante de turno, Barack Obama, ha decidido cambiar el método, aunque los propósitos se mantienen inalterables. Además del reconocimiento del fracaso, dicha política sumió a Estados Unidos en un profundo aislamiento, que se manifestó en la Organización de Naciones Unidas y en otros foros internacionales y regionales.
En el propio discurso el compañero Raúl expresó que Cuba y Estados Unidos deben aprender el arte de la convivencia civilizada, basada en el respeto a las diferencias entre ambos gobiernos y en la cooperación en temas de interés común, que contribuya a la solución de los desafíos que enfrentan el hemisferio y el mundo.
En su discurso se mantuvieron los principios políticos de independencia y justicia social, sin claudicar en uno solo de ellos, ni ceder un milímetro en la defensa de la soberanía nacional.
Esto se detalló específicamente, para que los negociadores, tuvieran una clara idea de los asuntos que Cuba planteará, incluyendo aquellos que deben ser resueltos antes de poder decir que hemos restablecido las relaciones diplomáticas.
En esta negociación, los estadounidenses han tratado de imponer su hegemonía y prepotencia, como en toda acción que realizan, sin embargo han tenido una respuesta rápida y adecuada ante sus pretensiones. Existen problemas pendientes que deben solucionarse de inmediato, antes de dar nuevos pasos y otros que deben quedar bien claros como la futura actuación de los diplomáticos estadounidenses en la Habana, donde de acuerdo con las Convenciones de Derecho Diplomático y Consular, les está prohibido involucrarse en los asuntos internos del país ante el cual están acreditados.
Para los que tenían esperanzas de que el restablecimiento de relaciones diplomáticas se efectuaría en breve plazo, les aconsejamos revisar los planteamiento de Raúl, que estableció estas serán, el inicio de un proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, lo cual no será posible, mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo, no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales y no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que ha sufrido.
Las medidas tomadas por la administración Obama en relación con Cuba fueron decididas y determinadas por Estados Unidos, sin consultar cual sería nuestro interés, sino en función de lo que ellos consideraban sería más beneficioso para la imagen de Estados Unidos. Me refiero con esto a los viajes a Cuba, las remesas, el envío de tecnología informática y otras. Es como si Cuba tuviera que aceptar todas las decisiones tomadas por el gobierno yanqui, e aquí el pensamiento hegemónico y preponderante.
En otros asuntos, de verdadero interés para el Gobierno Revolucionario, las medidas tomadas fueron limitadas o se mantienen las ya exitentes, como la prohibición de créditos, el uso del dólar en nuestras transacciones financieras internacionales; la adquisición en otros mercados de equipos y tecnologías que tengan más de un 10% de componentes estadounidenses y las importaciones a Estados Unidos de mercancías que contengan materias primas cubanas, entre muchísimas otras.
Si quedaba alguna duda sobre los reales intereses de Estados Unidos, esta se despejó con la actuación y las expresiones de distintos voceros del gobierno estadounidense al precisar que cambian ahora los métodos, pero no los objetivos de la política, e insisten en actos de injerencia en nuestros asuntos internos, como las reuniones, en plenas negociaciones, de la señora Jacobson con un grupo de desafectos, algo que no vamos a aceptar
Las declaraciones del señor OBAMA, cuando se refiere a estas negociaciones, están referidas a la acción de las mismas sobre el pueblo de Cuba, lo cual implica nuevamente la injerencia en nuestros asuntos internos. El gobierno Revolucionario de Cuba es el representante del pueblo cubano y deberá ser con él y no con otra entidad con la que se establezcan relaciones. Como se ha planteado, respetuosas de la soberanía y la determinación de cada una de las partes.
A pesar de las profundas diferencias ideológicas entre ambos gobiernos, puede encontrarse una vía de convivencia civilizada fundamentada en el respeto y la cooperación que elimine la constante hostilidad que ha existido entre nuestras dos naciones. Esto requiere inteligencia, buena voluntad y mucha paciencia.
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