Será un honor ser presidente de la SIP?
16/12/2012
- Opinión
Para un empresario de la comunicación social, ciertamente lo es. ¿Ser Presidente de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) es un gran honor? Quiere decir que para los empresarios de la comunicación social del continente americano (incluido Estados Unidos de Norteamérica) es un gran honor. Para el resto de los mortales, no lo es. Es que si consignamos los orígenes de la SIP, muy relacionada a la CIA norteamericana, y hoy en franca lucha porque el sistema neoliberal siga en vigencia, peor; mucho peor.
Me explico, aunque todos deben saber; no lo saben o se hacen que no lo conocen. La SIP nació en La Habana (Cuba) cuando reinaba (para variar) una feroz dictadura militar, comandada por Fulgencio Batista. Sin embargo de lo cual la SIP tuvo un inicio feliz, o por lo menos democrático. Fue una sociedad que nacía abierta a todos, especialmente a los periodistas que no eran dueños de un medio. A los que les cerró el paso el gran imperio (Estados Unidos) cuando en 1950 pretendieron ir al congreso convocado por los cuadros imperiales, y se les prohibió la entrada, como le sucedió a Carlos Rafael Rodríguez (de Cuba). Solamente entonces se descubrió que la SIP estaba muy cerca de la CIA. Por algo era “el más ágil” en formar la SIP, el oficial de la CIA, Jules Dubois, que fue uno de sus fundadores y cuyo nombre figura en la casa que tiene la SIP en Miami (Estados Unidos).
Para ello se valieron de dos artificios: el uno era que cada país tenga derecho a un voto por cada afiliado (el Ecuador tenía un voto aunque sus afiliados eran muchos: El Comercio de Quito, El Tiempo de Quito, El Universo de Guayaquil, el Expreso, el Telégrafo de esa ciudad, etc.) El segundo artificio fue que solamente podían participar los que demostraran que eran dueños de un medio (un periódico, en aquellos tiempos) Los gringos (EE.UU.) tenían muchos votos, muchos más que los latinoamericanos, mediante este recurso. Y los periodistas que habían gastado sus vidas en las columnas de algún diario, no tenían derecho a nada (ni a la protesta).
Así fue como comenzó a funcionar, en América Latina, la SIP. Está clara la relación con la CIA norteamericana; y todo el mundo sabe lo que significa la CIA norteamericana Tan cierto fue esto que la SIP nació como una hermandad de los dueños de los medios de comunicación de esos tiempos (la comunicación impresa) a la que se agregaría, poco después, la comunicación a través de la televisión y de las cadenas radiales. Es decir, se dejó sin piso a los periodistas realmente independientes. Y la SIP dejó a un lado los regímenes dictatoriales, que han sido los enemigos jurados de la libertad de expresión, piedra fundamental de nuestro oficio.
Con todas esas características, la SIP comenzó a operar en todo el Continente, menos en Estados de Norteamérica. La SIP pretendió imponernos lo suyo en América Latina; y como pocos le hicieron caso, recurrió a la Declaración de Chapultepec (México – 1994) mediante la cual se hundió mucho más. Porque pretendió desconocer las leyes y/o reglamentos adoptados por varias naciones de nuestro continente para regular nuestra profesión. Si alguien lee la tal Declaración (que la firmaron, entre otros, los presidentes del Ecuador que le siguieron a Abdalá Bucaram y que continuó hasta el doctor Palacio) En especial el señor que dicta clases en Harvard (EE.UU.) y que fue Presidente del Ecuador, el señor Jamil Mahuad contra quien una juez (a los 12 años) acaba de acordarse de que “jodió” al Ecuador entero y ha dictado orden internacional de captura. ¿Quién le hará caso si tiene la protección de Estados Unidos?
Pero la vieja SIP o dijo muy poco o pasó desapercibidas las dictaduras de Pinochet, en la sufrida Chile, que duró 17 años; o la bestialidad cometida en Argentina, por la llamada Junta “de salvación” militar que, en menos de 8 años, desapareció o botó al mar a argentinos y argentinas, menores de 30 años; y se repartieron los críos que nacieron en prisión, entre las “buenas“ familias de los militares. Y desconoció también la SIP otras dictaduras que en esta parte del continente latinoamericano se produjeron dentro del Plan Cóndor. De ahí vienen las dictaduras de Strossner, en Paraguay; de Fujimore, en Perú; de Uribe Vélez, en Colombia, etc.
Por eso me río (es lo menos que puedo hacer) cuando periódicos que estuvieron muy cerca de las dictaduras nos hablan de democracia: como El Mercurio, de Santiago de Chile, que estuvo muy cerca de Pinochet; de La Nación y Clarín, de Buenos Aires, que estuvo muy junto a la dictadura del Flaco Videla; de El Tiempo, de Bogotá; de El Comercio de Quito y de Lima, etc. O cuando “periodistas” como Carlos Alberto Montaner (cubano terrorista) y Danilo Arbilla (uruguayo, por más señas) que tienen en El Comercio de Quito un infaltable espacio semanal desde hace muchos años. El señor Arbilla se cansó de ser dirigente de la SIP en el continente, pero nadie recuerda que este señor fue Secretario de la Junta Militar que azoló Uruguay junto al dictador Bordaberry.
En todo ese tiempo (más de medio siglo) ¿cuántos periodistas por la libre fueron asesinados o desaparecidos? ¿Dijo la SIP algo al respecto? Repito, de vez en cuando, para disimular, una débil condena que la mayor parte de la “gran prensa” continental, no dijo ni pío. Y en ese mismo tiempo se creó con bombos y platillos la GDA (Grupo de Diarios de América) del cual El Comercio de Quito es un adicto. Solo que el GDA reproduce lo que el gran imperio dice que reproduzca, todos contra Cuba, Venezuela y, actualmente, contra Ecuador, Bolivia o Argentina.
Pregunto: ¿Han leído ustedes alguna condena de la SIP por lo que está haciendo “la gran prensa” de ese país contra la libertad de expresión? No, no lo leerán, nunca jamás. Solo que en el gran país del norte (más de 360 milllones de personas) dominan la gran prensa 10 enormes financieras (y publicistas) cada una más “radical” que otra. ¿Han leído ustedes alguna vez que la SIP haya condenado porque en Estados Unidos, anualmente, se ignoran por lo menos 25 noticias enormes; y nadie dice nada. Miento: el señor Phillipis, más algunos profesores y muchos estudiantes de la Universidad de Sonoma (California) publican (o publicaban. Con muchas dificultades económicas) el “Proyecto Censurado” (en español) mediante el cual se ignoran o se echan a la papelera de inservibles, por lo 25 noticias grandes. Por lo que se dice con propiedad, que el público más desinformado del planeta tierra, es el norteamericano.
Es decir, para el gran imperio del norte no corren las noticias intencionalmente censuradas, como lo dice el Proyecto Censurado Sin embargo, la SIP pudo condenar los asesinatos de los periodistas mexicanos, que le superó a Colombia, en este asunto. Eso que en Colombia, ¿ha leído usted una condena de la SIP, en esta materia, por los 15 años de cárcel a los que fue condenado el periodista independiente Freddy Muñoz Altamiranda, acusado de espionaje (¿) por haber sido el primer corresponsal de Telesur, en ese país? En fin. ¿Ha leído usted que la SIP ha condenado el asesinado o por lo menos la respectiva investigación, por la muerte de más de 20 periodistas, en la “nueva” Honduras al mando del señor Lobo? No es cierto que no. Y tampoco lo leerá.
Eso que la SIP ha tenido varios presidentes norteamericanos. El último, se llama Milton Coleman, que representaba al Washington Post. El señor Marroquín, que es dueño de la mitad de diarios de Guatemala, se cansó de ser el prioste mayor de la SIP. Ahora (a los 61 años) se elige a un periodista ecuatoriano (el Director del diario HOY) ¿por qué será?
Diciembre 15/2012
Alberto Maldonado S.
Periodista – Ecuador
https://www.alainet.org/fr/node/163371?language=en
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