La mentira como información sipiana
07/06/2012
- Opinión
Una cosa es equivocarse; y otra, muy distinta, mentir. Para el primer problema comunicacional, hay un remedio: la correspondiente rectificación. Para la segunda, es muy difícil que un medio de comunicación rectifique sus mentiras; lo más seguro es que se las calle y, si hay la oportunidad, se ratifique en lo dicho. Jamás (salvado el caso de algo muy evidente) el medio puede reconocer que ha mentido.
Que los medios comunicacionales del sistema (neoliberalismo) vienen mintiendo, es un hecho que no admite discusión. Recordamos la cantidad de mentiras que se dijeron contra la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS) hasta que lograron su desaparición (1990 del siglo 20) No dicen nada de que la gran mayoría de rusos, ahora, vive mucho peor que antes. ¿Qué no dijeron y aún dicen de la Revolución Cubana? ¿Qué no dicen de Hugo Chávez Frías? ¿Y qué de Correa, o de Morales, o de Ortega y hasta de la Cristina? Según estos agoreros de la mentira, el señor López Obrador ya está derrotado en México por el candidato del PRI o la candidata del Pan; es decir por el mismo sistema.
Y, cada vez que alguien les desmiente, entonces es una “agresión a la libertad de expresión”. Esto lo vienen diciendo (los medios auto definidos como “independientes”) desde hace años, contra Correa, Chávez, Morales, etc. Y como no hay compostura, los medios siguen en la cantaleta. No importa, su propio desprestigio. Porque es evidente que, en muchas sociedades, ya les creen poco o nada. Y, si siguen creyéndoles, les exigen que por lo menos sean honestos. Y como es más que difícil esta honestidad (a medias), pues adelante. De lo contrario, basten y sobren los siguientes casos:
Hace semanas hubo un bombazo contra uno de los que fue ministro del señor Álvaro Uribe Vélez, el de los 1.800 “falsos positivos” (desocupados que les mataban en algún descampado, les vestían de guerrilleros y cobraban las ventajas de semejante “acción de armas”) y el de las fosas comunes, con más de 2.000 restos de los que un día fueron. Ni tan siquiera el señor Juan Manuel Santos (que fue su Ministro de la Defensa, ahora Presidente de Colombia) acusó a las FARC de ser culpables del atentado al que me he referido. Pero, El Comercio de Quito, sin más, editorializó y culpó a las FARC de ser las autoras del atentado. ¿De dónde sacaron esa afirmación? Pues de ellos mismos, que mienten y mienten. Y terminan por creerse sus propias mentiras.
Hace un par de semanas, aparecieron cadáveres de personas, en un pueblo de Houla (o Hula) cerca de Homs, en Siria. En principio, los medios sipianos (de la SIP-CIA) dijeron que se encontraron 92 cadáveres, de los cuales 32 eran de niños (ñas) Días después, comenzaron a hablar de 108 muertos de los cuales 36 fueron de niños (ñas) Sin más, algunos “analistas” del diarismo ecuatoriano (El Comercio de Quito, en primer lugar) comenzaron a hablar del horror que la población está pasando en Siria (Medio Oriente) y que el Consejo de Seguridad de las NN.UU. debía hacer “algo” para salvar de semejante “holocausto” como ya ocurrió en Afganistán, en Irak y en Libia.
Nadie de los sipianos dijo que el dato fue pasado por el Observatorio de los Derechos Humanos de Siria, que funciona en Londres (Inglaterra). Los diarios sipianos del mundo “dieron por cierta la versión” que fue emitida por Londres, a cientos de kilómetros de distancia de Houla. Tampoco dijeron nada sobre la diferencia de datos y solo acusaron al Gobierno de Siria de tal barbaridad. No hablaron de a quién beneficiaba que se haya encontrado, no 36 niños (ñas) bastaba con uno (a) como no sea a los enemigos del gobierno del señor el Assad. Solo dijeron que el caso era muy parecido al de Bengazhi, en Libia, mucho antes de que la OTAN mate a media Libia, incluido Gadaffi, en plena calle, para “salvar” a unos cuantos mercenarios. Y para que el cuento esté completo, la misma BBC de Londres utilizó una foto que la divulgó el 23 de marzo de 1963 (hace 50 años) La foto fue tomada por el periodista italiano Marco Di Lavor, quien casi se cae de la silla en que trabajaba cuando vio nuevamente la gráfica como si hubiese sido tomada en Houla. Pero, por supuesto, los diarios sipianos (y sus áulicos) no dijeron media palabra. Persistieron en la versión inicial.
Sin embargo, los periodistas sipianos ya “dieron su veredicto” que para eso están. Comentarios, editoriales y más se dieron en torno al caso sirio, clamando porque el organismo de seguridad de las Naciones Unidas, intervenga en Siria, lo mismo que hizo en Libia. Para ellos no vale nada un simple razonamiento: ¿a quien favorece que se encuentren niños y niñas muertos, en Houla? ¿A los que se cobijan en el membrete de Consejo Nacional Sirio (CNS) que espera una intervención y millones de euros, tipo Libia, pero en Londres, o al gobierno sirio, que trata de salir del apuro?
Los sipianos que respaldan al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al parecer, no reparan que esa es una nueva forma del colonialismo, de estos tiempos. Desde luego, no pueden (o no quieren) aparecer invadiendo un país soberano y libre, como le ocurrió al Irak de Hussein. Desde lo de Libia, se introdujo en el mundo una nueva disculpa: que un país es invadido por el imperio y los imperitos si hay un foco de insurrección, como en Bengazhi, de Libia. Entonces el gran imperio puso la “primera piedra” de la invasión y se valió de la OTAN, que seguía subsistiendo por ahí, para darle trabajo. Y esta Otan fue la que llevó a Libia los “vuelos humanitarios” hasta que arrastraron al propio Gadaffi a quien, meses antes, le recibieron con todos los honores, en París.
Según va ocurriendo en estos tiempos, la nueva forma del colonialismo es por la vía de la ocupación vía militar. Para ello buscan un grupo que se oponga al gobierno de turno, que se alce en armas; y enseguida va el imperio y los imperitos en su ayuda. Tal lo hicieron en Libia; y ahora le toca el turno a Siria, que linda con Israel y que está muy cerca de Irán. Es decir, tratan de matar no uno sino tres pájaros de un tiro: tratan de apropiarse del gobierno Assad, tratan de aliviarle a Israel que tiene semejante vecino y tratan de allanar el paso a Irán, país al que el gran imperio no perdona desde hace años, desde que el Ayatola derrumbó al Sha de Irán.
Y esto puede pasarle a cualquier país de América Latina. Con Cuba han pretendido aquello, solo que en Cuba la dirigencia no ha permitido tal foco, llamado puente civil, para tal propósito. Ahora pretenden contra Venezuela de Hugo Chávez, No importa que hayan perdido la gran batalla del 2002 y la gran huelga petrolera que le siguió. Chávez sigue vivito y tratando de imponer su socialismo siglo 21. Tras él (del socialismo siglo 21) van Correa, Evo Morales y la Cristina.
Solo falta que alguna provincia olvidada (Esmeraldas, Loja, Sucumbíos, etc.) para que intervenga el gran imperio y lo que queda del TIAR. Y a lo mejor, antes de irse los Fundamedios de la CIDH (Comisión de Derechos Humanos de la OEA) y la relatora para la comunicación de esa Comisión, doña Catalina Botero (por más señas colombiana y partidaria del señor Álvaro Uribe Vélez) Solo entonces sabremos lo que es el colonialismo siglo 21. No ven a la Gran Bretaña (el imperito mayor europeo) con el caso Malvinas. Que ni siquiera quiere discutir un mandado de las NN.UU. Yo digo, pobres Naciones Unidas, a este paso. Más bien el curuchupa que dirige ese país (neo conservador, desde luego) dice y asegura que es la Argentina la que tiene vocación colonial. ¿Y ellos?
A propósito, bien vale el caso para decir algo que, de lo contrario, será juzgado como “irredento enemigo de la libertad de expresión y de prensa” que para ellos da lo mismo. No toman en cuenta que los países árabes (musulmanes) no conocen los “adelantos y los deleites” de la democracia occidental y cristiana. Solo se sabe que el señor Assad está en el poder más de 30 años y que lo heredó del papi, que murió hace rato. Y de Siria no saben sino que está junto a Israel, a un pasito de Irán, que es el verdadero propósito del imperio y de los imperitos europeos. Automáticamente, las mentiras sipianas como que obligan a la defensa del gobierno del señor Assad. Lo mismo que en Irak, sin saber mucho, nos obligó a la defensa del gobierno de Sadam Houseim, a pesar de que después se supo que este señor trabajó para la CIA de EE.UU.
Esto de mentir, mentir y mentir, no es nuevo para los medios sipianos del mundo entero. Solo que en esta vez, se trata de que a Siria le quieren dar el mismo tratamiento que le dieron a Libia. En palabras más sencillas: se está ensayando a nivel mundial un método que caracteriza al imperio y a los imperitos en el mundo de hoy. Desde luego, ya no pueden ir y ocupar un país, así en directo (salvo que sea IRAK) sino que buscan formas y métodos que por lo menos les disculpe de tal atropello.
Como dice Galeano, si esos países sembraran y cosecharan rabanitos, no les pasara nada. Pero tienen petróleo.
Quito, junio 8 del 2012
Alberto Maldonado S.
Periodista – Ecuador
https://www.alainet.org/fr/node/158541
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