A 6,570 días del levantamiento armado del EZLN (XIII)

27/02/2012
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III. En la Selva Lacandona
 
¡¡¡El Sub… sin pasamontañas!!!
 
¿Sensacionalismo? ¡No, qué va!
El Palomo, como lo conocía Martín Solares su ex alumno de Historia, se caracterizaba como una persona “brillante, sensible e idealista”. Claro que tampoco fue: “(…) el más peleonero, travieso, violento, guapo o simpático, y ni siquiera el más rebelde de sus hermanos. Era de temperamento tranquilo, dado a la introspección y sensible; siempre se le veía con un libro bajo el brazo. (…)” (La Jornada Semanal, 25 de febrero de 1996). Como ustedes saben, a Marcos se le da eso de la creatividad. Le encanta concebir y construir escenarios... hacer magia. Según su ex alumno, de niño: “Aprovechaba cualquier fiesta infantil para actuar como mago”. Se sabe que en las montañas del sureste mexicano montaba impresionantes representaciones para mostrar  a los cuadros de la Dirección Nacional de las FLN el progreso del EZLN. Eventos político militares semejantes al enorme escenario del Fitzcarraldo en el Aguascalientes de Guadalupe Tepeyac y al desfile de las bases de apoyo en la inauguración de la Convención Nacional Democrática (CND) en agosto de 1994. O aquella noche del 8 de diciembre de 1994 en Guadalupe Tepeyac cuando decenas de insurgentes formaron un enorme Caracol en la selva llevando en sus manos rajas resinosas de ocote en las manos. Marcos estaba en el centro de la espiral con una raja de ocote encendida, empezó a caminar y a su paso iba encendiendo las rajas de cada uno de los insurgentes. Era espectacular ese Caracol humano con llameantes brazos extendidos. Al salir, Marcos se dirigió hacia una mesa donde lo esperaban la comandanta Trini, Tacho y Moisés. Una enorme fogata iluminaba el escenario. Ahí, Marcos recibió de sus comandantes: granos de maíz, semillas de frijol, unos tiros, la Bandera Nacional, la rojinegra del EZLN y la Constitución del 17. Lo estaban nombrando Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Después anunciaría,  La campaña militar Paz con Justicia y Dignidad.
Bueno, todo este cuento como para explicar-me porque el acto de magia que nos dedicó el Sub  la noche del 4 de marzo. Estábamos cerca del dormitorio (Lupita, Giomar, la pintora Flora Guerrero, Alejandro, Hugo y yo) cuando llegó Irma y nos ordenó con firme delicadeza: “Al dormitorio y preparen de inmediato sus cosas”. Luego preguntó insistentemente si teníamos foco (lámpara de mano). Le respondimos que no. Repitió la pregunta, al menos, tres ocasiones… entonces entró Marcos diciendo festivo: “La revolución es un proceso maravilloso” a la vez que iluminó su rostro - en dos ocasiones -, con la llama de su chisquero como para encender el tabaco de su pipa mocha. ¡No mames! ¡El Sub no traía el pasamontañas!
Luego dijo: ¡Nos vamos! Dijo Marcos. Hace frío así que cúbranse bien y prepárense para aguantar los tumbosen el camión porque pa’delante el camino está de la chingada. Al salir Marcos del dormitorio, Hugo exclamó: “¡Era el Che Guevara! Me cae que era el Che”. A mi me cae que esa noche sólo habíamos fumado Alas Extra. Hace unos días, Alejandro me comentó que esa noche él también vio al Che. ¿Qué pasó? Una de tres: Tienen mucha imaginación,  quemaron mota y no invitaron o fue la magia del Sub.     
            Subimos al camioncito y de verdad que hacía frío. Quizás por las locuras de Marzo: días calurosos, sobre todo después de las 2 de la tarde y frío por las noche/madrugadas. En una de esas se detuvo el 3 toneladas y se subieron dos ateridos campesinos que regresaban de una fiesta. Giomar les prestó algo para que se cubrieran. Ya más cómodos, los campesinos empezaron con su platicadera. Al cruzar un río nos preguntaron si conocíamos a la Sirena del Río. Les dijimos que no. “De verdad que existe. Se para en el río. Canta. La hemos querido agarrar pero no podemos”… Quedé pensando: El Che Guevara, la Sirena del río, Marcos haciendo magia y una guerrilla en la lacandona… Yo sabía del mal de montaña pero no del mal de selva… éste era pior.
Tras algunas horas de camino llegamos a otro poblado, y que nos “acuartelan” en la escuela. El Sub nos presentó a los mandos y les dejó las instrucciones de rigor. A nosotros nos dijo: “Cualquier movimiento que hagan debe ser informado al mando”. Y de ahí pa’l real… con la escolta pa’todos lados. Cuando digo pa’todos lados es pa’todos lados. Ahí les platico.
Sentado el Sub, destapó una lata de jugo que le habían regalado y - aunque usted no lo crea -, sacó un sangüiche. De volada lo guardó pues no se podía levantar el pasamontañas frente a nosotros. Ja. Luego comenzó a hablar sobre varios temas: el diálogo, la guerra, la tregua, las elecciones, los partidos.
“Las comunidades dicen que es puro papel (los compromisos del gobierno federal), eso del diálogo… la estancia de la Cruz Roja Internacional depende de lo que diga el gobierno federal… No podemos aguantar mucho las pendejadas del Constantino (Kanter. Líder de los ganaderos en Altamirano)… (El gobierno) Nos dice que sí a todo… Lo que les interesa es que firmemos la paz… que no tenemos que entregar las armas… que si necesitamos más armas nos pueden dar… Para qué queremos más armas, si firmamos la paz no podemos usarlas… El obispo está muy entusiasmado… Las comunidades que están más metidas en la selva son las más pobres… En Los Altos hay muchas dificultades para la producción… En la selva hay lugares para buenas unidades productivas para mejorar las condiciones de vida de la gente… Ahora nos quieren dar todo, territorio, municipios y hasta chamba de guarda bosques… Dicen que en el articulo 4º se va a garantizar la posesión de la tierra y hasta reconocen la existencia de latifundios… dicen que tiene 200 mil hectáreas en un “fondo de tierras”… Lo que les interesa es que firmemos (la paz) como sea… Nos quieren dar el trato de una organización social armada.
El día anterior Marcos me había comentado eso. Que la gente de los pueblos decía que los compromisos del gobierno federal era “puro papel” y manifestó su malestar por el “optimismo del obispo” de que pronto se firmaría la paz: “Ya le mandé decir que no lo siga diciendo, de otra forma, tendría que desmentirlo públicamente”.
Quedé desconcertado y le pregunté a Marcos: Entonces, ¿Por qué dejaron en el ambiente la posibilidad de la firma de la paz? Tajante me contestó: “Qué no querías que saliéramos vivos de la Catedral”. ¿Van a retornar al diálogo? Pregunté. Marcos contestó: “El próximo diálogo será: el resto del mundo contra el gobierno federal.”
Atando cabos: a) Marcos afirmó el 1º de enero que sí iban a dialogar, b) Que con las armas en la mano, c) En febrero declaró a la prensa que les interesaba el diálogo con la sociedad civil, d) Realizó un intenso diálogo con diversas personas y agrupaciones de la sociedad civil, e) Durante los diálogos hicieron manifiesto los adelantos en las platicas de paz, f) Como eran una representación del EZLN, propusieron que los “compromisos” del gobierno se sometieran a “consulta” en los pueblos zapatistas, g) Marcos se retiró antes de que terminara la última conferencia de prensa que cerraba las actividades en la Catedral de la Paz, h) En la selva a Marcos le incomodaba el “optimismo” del obispo, i) Repetía que los compromisos del gobierno federal eran “puro papel”.  
Mmmmmmmmh… Así que el Sub se la había rifado. Salieron a tantearle el agua a los camotes, es decir, a medir nuevamente al gobierno federal. Salieron para dialogar con la Señorasociedad civil y lo consiguieron con creces…. Sabían que se podía reeditar la Chinameca en San Cristóbal, es decir, que los podían traicionar, matar…, salieron y sobrevivieron. Entonces la consulta había sido un buen dispositivo táctico. Tres meses después, el 10 de junio de 1994 el EZLN responde: “(…) NO a la propuesta de firmar los acuerdos de paz del supremo gobierno, da por terminado el diálogo de San Cristóbal, reitera su disposición a seguir buscando una salida política que lleve a una paz con justicia y dignidad, y llama a todos los sectores progresistas e independientes a un diálogo nacional de paz con democracia, libertad y justicia.”
Además, el Sub ya traía algo entre manos. “El próximo diálogo es el resto del mundo contra el gobierno federal”.
La monocharla continuó: “La situación no es estable, dijo Marcos, vivimos una situación de guerra. Creo que una medida militar es que nos metan al fondo de la selva y que nadie se entere de lo que pase. Otra medida posible sería una operación quirúrgica para tronar, para acabar al mando y la comunicación. Lo que sí es cierto es que se viene una época difícil: la seca y la falta de comida. Los árboles se secan y nos secan y, la mostacilla (garrapatas recién nacidas) nos ponen unas madrizas...
(Conocía las madrizas de la mostacilla. Después de la matanza de Wollolchán había estado en finca de Captetaj, una finca que compró el gobierno del estado para revendérselas a los campesinos. Un manchón de cientos de minúsculos arácnidos chupa sangre se trepó cuando pasé por un potrero y mejor ni les platico hasta donde se llegaron a alojar ni de las noches de insomnio del putísimo  escozor. Sólo untando un poco de Astringosol “aliviaba” el malestar).    
Ahora le apostamos a la sociedad civil. Continuó marcos. Hace falta dar respuestas concretas y la sociedad civil debe levantar sus demandas pero la exigencia debe ser nacional. La tregua se tiene que prolongar hasta el 21 de agosto. Esperamos que no haya fraude porque si no, esto va a se un gran desmadre, pero tenemos que aguantar lo que se viene. Estamos convencidos que el conflicto no tiene una solución militar. Ninguno de los ejércitos, ni ellos ni nosotros, tiene la capacidad para poder resolver la situación por la fuerza. Luego comentó: Los partidos son torpes por eso no ganan una elección y está muy jodida su política de alianzas. (Antes, había escuchado otra versión: “En el PRD son re pendejos… no pueden ganar una elección).
(Para entonces ya le había comentado al Sub que durante los diálogos en Sancris, Carmelo Enríquez, un viejo compañero de lucha, ex militante de la Liga Comunista Espartaco, cofundador de la maoísta Organización Revolucionaria Compañero me había pedido que le informara que en el Frente Democrático Nacional se discutía la necesidad de una nueva Constituyente y de una nueva Constitución, y que querían saber su opinión. El Sub sólo dijo: “luego te digo”, “luego lo veo” o algo así.)   
Por fin soltamos una pregunta: ¿Qué pasó con Absalón Castellanos? Abaslón está vivo por un pelito porque se descompuso un (radio) trasmisor y él que lo tenía no sabía que hacer con el ex gobernador. Yo me enteré por el radio (comercial) del secuestro hasta el 4 de enero y entonces empecé a preguntar quién tenía a Absalón... Pasamos todo el día en la escuela del poblado. Después no enteramos que iba a ser la sede de una de las consultas. Vimos como iban llegando las bases de apoyo al lugar. 
El edificio estaba resguardado día y noche. Había un insurgente armado en cada esquinas del edificio  y otro en la puerta. Como saben, redepente uno tiene sus necesidades,  así que, cuando me dieron ganas le informé a la guardia. Me asignaron un escolta. Venía detrás de mí hasta que ubiqué un buen lugar…bueno eso creí, pues, seguramente fue ahí que me asaltaron las mostacillas, es decir, me agarraron como al Tigre de Santa Julia. El ataque fue masivo y sin piedad. Por la noche fue lo peor. La picazón era de la meritita chingada: tenía garrapatitas en los tobillos, en el empeine, entre los dedos de los pies, en las corvas, las nalgas, ingles y en mis… nobles partes.
En la escuela pasamos todo el día. Giomar aprovechaba el tiempo haciendo preguntas sobre la lucha campesina y ahí estoy soltando la sopa sin saber que la pinche güerita tenía el proyecto de escribir un libro. En una de esas El Comején me calló golpeando el muro de tablas de la escuela: ¡Ya cabrón! 
De cuando en cuando y de improviso llegaba Marcos comentaba algo y se iba. Nunca sabíamos si iba a regresar. Una noche o madrugada algo nos despertó. Me senté. Mmmmmmm. Era el Sub. ¿A que hora duerme este cabrón? Me pregunté. (Ya Gloria Muñoz había reportado que en Sancris Marcos se aventaba jornadas de 19 horas seguidas).  Ayudado con la luz de una pequeña lámpara que sostenía con la boca, revisaba nuestras acreditaciones. Al vernos despiertos inició la charla. No paraba. Guiomar tomó su cuaderno y se puso a escribir a escondidas. Ta’ba cabrón pues tenía muy cerca al Sub que, luego,  intentó quitarle el cuaderno: “Con qué  llevando información militar”, comentó y dejó de forcejear con la, ahora, encabronada  periodista. Aproveché la ocasión para pedirle entrevistas, grabar, filmar. Permiso para recorrer el poblado y conocer un campamento zapatista. (Desde el descubrimiento del campamento insurgente Las Calabazas  en 1993, andaba con ganitas de llegarle a uno.) Marcos no contestó y se empezó a quejar de los periodistas: “No preguntan sobre la primera etapa del EZLN, la de la sobrevivencia”, como la define el guerrillero, “ni sobre la cuestión militar”.
Cuando amagó con retirarse insistí para que nos permitiera ir a uno los campamentos:
-¿Quieren conocer el centro de operaciones de Marcos? ¿Una reunión con el CCRI? Bueno. Pero si lo haces público voy a decir que ese encuentro nunca se dio. Está a dos días de camino. En lo profundo de la selva. Hasta Guatemala.
Sonriendo y llevándose la a su frente exclamó: ¡Chin, ya la regué! Bueno lo vamos a organizar. Nos vemos mañana. Descansen.
Yo pensé: ¡Ya la hicimos gacha!
Guiomar se quiso apuntar. Marcos ataja y le dijo: “Tú no vas”.
Ya imaginarán el berrinchón de la periodista.                         
Flora Guerrero le pidió una entrevista para difundir el movimiento en Morelos. Ella conocía a don Félix un ex combatiente y compañero de Rubén Jaramillo.
-          Mañana a las 10:30, le dijo Marcos.
-          Pero que sea a esa hora. Reclamó Flora.
Como ven los berrinches, reclamos y exigencias al Sub iban subiendo de tono. De verdad que nos tuvo paciencia.
Por la mañana del día siguiente (parece que era 5 de marzo), la insurgente Amalia, una subteniente alegre y platicadora nos llevó el desayuno: alubias, frijol negro, sopa, tortilla y café. La historia y motivos de Amalia para su incorporación al EZLN eran semejantes a lo que nos habían contado sus compañeras: la pobreza de su familia, el sufrimiento de sus gentes. Ella participó en la toma de Ocosingo y sobrevivió a los combates, abusos y crímenes del Ejército federal.
Fuera del aula escolar había una pequeña construcción de madera y de no más de 2 metros por lado, techada con lámina de zinc y tres lados descubiertos. Contaba con una banquita de madera. Ahí el Sub le dió la entrevista a Flora. A las 10:30 vimos venir a Marcos con su escolta. Se venía vistiendo en el camino. Sus asistentes llevan su camisola y cananas. Venía en camiseta.¡No lo hubiera hecho frente al montón de víboras que tenía enfrente! Nos quedamos viendo. Empezamos a sonreír y empezó  el chusmerío: “Ta bien flaco” “Pa’ Caballero de la Triste Figura nadie le gana” “No qué un hombre fornido” “Si hasta pancita tiene”, “Es pura chamarra”, etc... Algo escuchó o adivinó Marcos que sin quitarse la pipa de la boca dijo: “Ya empezaron a caer los mitos… dejen que me quite el pasamontañas y ya verán.” Para entonces, Marcos ya portaba un pasamontañas light, propio pa’ tierra caliente pues.
Marcos se viste la camisola, acaricia su vieja gorra y nos cuenta como fue sumando estrellas hasta llegar al grado de Subcomandante Insurgente. La gorra está desgastada, descolorida y llena de remiendos. Nostálgico y festivo comentó: “La tengo desde hace 10 años. Fue la que tomó San Cristóbal”. Al terminar su entrevista, Flora pide permiso para hacer unas fotos. Estoy sentado al lado de Marcos, pasa su brazo sobre mis hombros. Bromeando dijo: “A él si lo abrazo. Se lo merece después de la chinga que le puse con la carta que le mandé.”
El Sub nos presentó a una combatiente que sufrió serias heridas por el impacto de esquirlas en su espalda. Ella también estuvo en la toma de Ocosingo. A diferencia de la platicadora Amalia ella responde con un si o un no a las preguntas. Su rostro, su lenguaje corporal y respuestas verbales denuncian el choque emocional que le habían provocado estar bajo el fuego del enemigo, las heridas en su cuerpo y estar expuesta a la muerte. La entrevista fue corta. No podía ser de otra manera.
Después escuchamos las noticias de que otros pueblos piden su incorporación al EZLN. Al parecer, es otro momento de acumulación de fuerzas resultado del levantamiento y de la presencia nacional que adquirieron los rebeldes. Escuchamos, también, sobre las movilizaciones de apoyo del Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas (CEOIC) al EZLN. La red de comunicación zapatista funciona.
Este día, el arroz, la sopa y los frijoles estuvieron acompañados de sabrosas carnitas de coche (cerdo). Hace dos días que la mostacilla nos come y que empezamos a arrancarnos  las costras. Para entonces ya no estaba el Hugo. En un rato de lucidez recordó que lo habían mandado por el pan y la leche así que salió en chinga de la selva. Lupita y Flora - que ya había conseguido su entrevista – aprovecharon el viaje en le vochito.
Empezaron a llegar algunos periodistas. Un par de ellos, así como llegaron salieron por cuerdas. Se les ocurrió llevarse las chelas pá la calor. Capaz que eran de La Prensa. No habían terminado su chelita cuando entró Marcos en-ca-bro-na-dí-ci-mo. ¿¡Qué no saben que estamos en guerra!? Reclamó y salió. Los insurgentes les decomisaron la cerveza y otros los sacaron de la escuela para expulsarlos de la cañada. “¿¡A dónde nos llevan!?”, decían los espantados periodistas. Por ahí llegó una persona con una carta de presentación de algún Ayuntamiento español. Marcos, casi sin ver el documento le dijo: “Aquí esto no vale”. Bueno, casi nadie sabíamos de la existencia de la “ley de la selva” - como dijera alguna vez Frank -.  No sabíamos de las Leyes Zapatistas. Del amado periodista JR no se tenía noticias y la Guiomar se veía compungida, íngrima, y al Sub no le faltaron motivos para encabronarse con las visitas. Estaban entrando más. La comunidad estaba proporcionando la alimentación pero,  resulta que los recién llegados dejaban mucha comida en las tazas. Creo que eso le encabronó a Marcos mucho más que lo de las chelas. Si algo falta en la selva es el  alimento y toda esa bola de urbanos nos dábamos el lujo de desperdiciar. Le expliqué a Marcos que en parte ese hecho se debía a que las raciones eran muy abundantes.  En fin.    
            Por la tarde le preguntamos a Marcos si vamos a bajar al campamento zapatista. Con su habitual humor e ironía contestó: “No. Van a subir y con ustedes se hace el doble de tiempo. La salida es por la tarde para que no los seque el calor. Ya recibirán instrucciones. Si quieren pueden ir arreglando sus cosas.”              
 
¿Adivinaron qué sigue?
IV. En la Selva Lacandona
En la ¡puta loma! Rumbo al campamento zapatista
 
https://www.alainet.org/fr/node/156152?language=es
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