Hu Jintao en Estados Unidos

21/01/2011
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“La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre”: Mao Tse-Tung (1893-1976).
 
Bien recibido como jefe de Estado de altos vuelos por el presidente de Estados Unidos (EU), Barack Obama, el premier chino, Hu Jintao llegó de visita a ese país. Representante de la gran potencia oriental que es China, aparte de hacer diplomacia y anunciar inversiones, fue a demostrar buena voluntad con el asunto de los derechos humanos, entre otras cosas. Pero por encima de todo, a refrendar un “matrimonio” tan obligado como disparejo, que tienen y deben seguir ambas superpotencias tan disímiles pero obligadamente amarradas por la globalización.
 
Todo el mundo sabe, sobre todo en la parte occidental que lo tiene presente día con día y más desde que la crisis financiera arrasa con las economías otrora firmes y seguras, incluida la estadounidense, de la fortaleza de la economía china. Con tasas de crecimiento que rondan los 9 puntos en promedio desde hace algunos años, los productos procedentes de dicho país han hecho acto de presencia mercantil en todo el mundo.
 
Con una política de financiamiento estatal de las exportaciones, lo que a los occidentales no les place porque son subsidios para hundir al competidor —no obstante tratarse de una práctica común, aunque selectiva, cuando un sector de la economía les interesa—, China le ha ganado el mercado consumidor en muchas ramas productivas a las principales empresas de los países capitalistas desarrollados, incluido EU.
 
No sólo eso. A raíz de crisis que sacude a occidente, que no es únicamente financiera sino que arrastra al resto de la actividad económica, el Estado chino que dirige las políticas económicas internas y externas —con el aval siempre del partido único, ciertamente—, ese país oriental ha hecho grandes inversiones en los principales países occidentales.
 
Con o sin las presiones desde los propios EU para que devalúe su moneda, el yuan en un 15% todavía, los chinos han tratado de sujetar a los países resguardando en sus arcas grandes reservas monetarias extranjeras. Y así, por muchas presiones que le lleguen desde el exterior, los chinos pueden aguantar porque los tiene en un puño, incluido EU.
 
Además que el crecimiento económico le da la ventaja suficiente a Jintao para hablarse de tú a tú con Obama. De ahí que haya sido tan bien recibido en la Casa Blanca. Pero el asunto va por ahí. Es decir, China no está ni se siente obligada a cumplir demandas que tanto le “preocupan” a los estadounidenses. Ya se sabe que EU presiona en materia de derechos humanos como mero ardid publicitario y diplomático para interferir en los intereses vitales de otros países.
 
Pero en esta ocasión el presidente chino salió aireado del tema, y Obama se la creyó. No obstante China tiene asuntos graves pendientes en la materia. Tan sólo recuérdese el caso de la reprimenda de los lamas tibetanos por demandar la independencia regional, al igual que las detenciones como la del propio disidente Liu Xiaobo por las protestas todavía vigentes desde la reprimenda del Estado en Tiananmen, cuando los estudiantes exigían reformas democráticas, por citar tres de los temas más ingentes.
 
El caso es que el presidente Hu Jintao se la capoteó bien. Porque China fue a EU, no a acatar sino a reclamar su turno en la tirada de las piezas internacionales del ajedrez mundial. Está haciendo valer ese peso entre las estrategias de la geopolítica gringas. El asunto de las Coreas es un tema entrambos. Pero le preocupa especialmente a China porque está en sus fronteras. No obstante, Jintao fue a decir no sólo que su palabra vale, también que el bolsillo cuenta. Fue de compras.
 
Las inversiones constan de al menos 45 mil millones de dólares. Unos 33 mil 665 millones de euros. Todos en productos norteamericanos, que incluyen la adquisición de 200 aviones Boeing. Además de las telecomunicaciones, la computación, la energía y los tractores, porque también tienen un acuerdo en materia agrícola. Adquisiciones suficientes para la creación de por lo menos 235 mil puestos de trabajo en EU. No obstante también saltó el problema de la “piratería”, donde Hollywood, por ejemplo, exige compensaciones por los grandes volúmenes de CD pirata de sus películas.
 
El caso es que, más allá de las diferencias entre ambos países, y dada su importancia en la economía de la globalización, esta visita de Jintao no sólo resultará histórica sino que abre la puerta a un nuevo tipo de relaciones entre los dos países. Así, para Obama se trata de la llegada de una “amistosa competencia”, en tanto para Hu de “cimentar las bases de una colaboración y un desarrollo conjunto de largo plazo”.
 
No obstante que a China le interesa todavía más llevar la fiesta en paz. Pero el presidente asiático propuso, todavía más, “establecer un patrón de comunicación y diálogo al más alto nivel”, así como intensificar y agilizar el “intercambio entre los Ejércitos”, y facilitar también la relación directa entre las sociedades, “especialmente el diálogo persona a persona entre los jóvenes”, como reseñó en su edición internacional ayer el diario español, El País.
 
La queja, sin embargo de los empresarios estadounidenses persiste en que la economía china está demasiado cerrada. Demandan una mayor apertura comercial y la reducción de los controles burocráticos. Pero China no quiere arriesgar a sus empresas y ha dicho que emprenderá una apertura moderada.
 
El caso es que Hu Jintao fue a abrir puertas y a romper barreras. Prometió a Obama avances en derechos humanos pero sólo para salir del paso. EU cederá a las condiciones chinas porque le representa cuantiosas inversiones.
 
La relación EU-China dará mucho de qué hablar en el futuro mediato e inmediato. Por ahora la complacencia es de ambas partes, como quedó de manifiesto entre los presidentes. Pero el “matrimonio” obligado de las dos superpotencias puede durar tanto como se estire la liga, porque en algún momento los intereses serán más importantes, y no se ve por dónde hayan contraído un casorio bajo el régimen de bienes mancomunados. Mientras los legisladores de EU no vieron con buenos ojos la visita de Jintao, acusándolo de dictador.
 
Dos gigantes de la globalización, que más pronto que tarde se estarán disputando las inversiones, las ganancias y la supremacía mundial. Al tiempo.
https://www.alainet.org/fr/node/146946?language=en
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