Choque de titanes

11/10/2010
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Estados Unidos y China se enfrentan en una guerra por el tipo de cambio que puede derivar en una oleada de protección comercial. Hace una semana el gobierno norteamericano aprobó una ley en la cámara de representantes que permite tomar represalias contra China por mantener su moneda subvaluada respecto del dólar y así promover sus exportaciones. Aunque falta la confirmación por parte del Senado estadounidense y la consecuente respuesta china, la herida ya está más que abierta a la hegemonía del libre comercio.

Lo que la derecha económicamundial llama medidas proteccionistas, que empezaron a proliferar desde que comenzó la crisis global con la quiebra del Lehman Brothers (LB), hace poco más de dos años, no es otra cosa que una evidencia más de que lo que está en crisis es el software o parte blanda del modelo de crecimiento actual.

Las ideas mismas sobre las que se expandió el neoliberalismo en el mundo: que el mercado se regula solo, que el libre comercio es el motor del desarrollo, que el Estado no debe intervenir en la economía y sólo debe tener programas sociales, o que debemos tener lo más abierta que se pueda la economía nacional y entregarnos a la competencia mundial, son las que están puestas en cuestión, no sólo desde la academia y movimientos sociales, sino, principalmente, desde la realidad.

Tras la caída del LB el 15 de setiembre del 2008, la economía mundial pasó a un nuevo periodo. El crac del siglo XXI hizo que la famosa “Ronda de Doha” de la Organización mundial del Comercio pasara a la congeladora y que diversos gobiernos en todo el mundo empezaran a poner en marcha medidas a fin de proteger su producción nacional frente a los productos foráneos.

En los primeros meses del 2009, países como Indonesia, india, RusiaFrancia,Argentina, Brasil, Ecuador y muchos más, estudiaban o hasta incluso empezaban a aplicar medidas para frenar las importaciones. Pocos como el Perú, intensificaban más suscripción de Tratados de Libre Comercio (TLC), lo que le valió un nuevo reconocimiento de economía con grado de inversión (el tan mentado Invesment Grade) como premio, por parte de las agencias calificadoras de riesgo, por no moverse un pelo del modelo económico en pleno terremoto de las finanzas y el comercio internacional.

Licencias especiales, nuevas tasas, aumento de aranceles, control de capitales junto a campañas mediáticas de “compre lo que el país produce” empezaron a generar alarmas en los principales organismos multilaterales. El Banco mundial alertó sobre la posibilidad de un auge proteccionista y el Grupo de los 20 (G-20), que reúne a las economías desarrolladas y mercados emergentes más poderosos para dar una salida a la crisis, se declararon a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo. No obstante que muchos de los miembros de este espacio practicaban la doble moral.

Guerra entre grandes

Pero en el primer semestre del 2010 la cosa empeoró. Hasta ese momento, el poder económico toleraba el manejo del tipo de cambio para promover las exportaciones. Sin embargo, las luces de Europa con recesión en marcha y de EEUU con una tibia y momentánea recuperación, se pusieron sobre China. Ya no toleraban que la moneda oriental (renminbi o yuan) siga en el suelo frente al dólar y al euro. Y el manejo del tipo de cambio empezó a verse como una medida de la cual hay que protegerse.

Esas presiones hicieron que el Dragón tuviera algunos gestos con sus socios comerciales. Así fue que en junio, el gobierno chino permitió que el yuan flotara libremente en una banda estrecha, lo que hizo que se revalúe 2% hasta el momento.

Esto no alcanzó para contentar a EEUU y a propósito de la reciente reunión en Nueva York de los representantes de todos los países para discutir el tema de las metas del Milenio, el presidente Barack Obama advirtió al primer ministro chino, Wen Jibao, que si no revaluaba en serio su moneda (diversos especialistas sostienen que por lo menos se tiene que hacer en un 24%), EEUU tomaría sus propias medidas para protegerse. Wen Jibao no respondió enfáticamente pero más tarde aclaró que es imposible que ellos revalúen más de lo que ya han hecho, pues eso pone en peligro el empleo en su país.

Ahí nomás, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos dio luz verde para que el gobierno nacional ponga restricciones a las importaciones procedentes de países que manejen su política monetaria para favorecer a sus exportadores. Y en esa lista no sólo está China, sino también Japón y como apuntó Mirko Lauer en su columna del miércoles, el Perú, lo que puede afectar los beneficios del TLC que hemos firmado con EEUU.

Ahora sólo falta la decisión del Senado norteamericano, el mismo que deberá tomar en cuenta que si bien China mantiene un tipo de cambio bajo y con ello inunda de productos a todo el mundo, especialmente a EEUU con quien tiene una balanza comercial superavitaria; también es el mayor comprador de bonos del Tesoro Norteamericano, es decir, los financia, y tiene en su territorio a varias transnacionales gringas que podrían verse afectadas.

Muchos países utilizan este mecanismo cambiario y casi ninguno se escandaliza si es que a otro se le pasa la mano, como a Japón que sólo en setiembre compró más de 23 mil millones de dólares en su mercado de divisas para hacer bajar al yen y ser más competitivo en sus exportaciones. Pero de igual modo no muchos se escandalizan por lo que pretende hacer Estados Unidos hoy y seguramente Europa le seguirá, y si ese tipo de políticas de protección se generaliza podríamos estar asistiendo al fin de la era del libre comercio. ¿Qué seguiría? ¿La denuncia de los TLCs?

La ley del embudo

Lo que llama la atención es que el proyecto de ley aprobado en EEUU ha sido producto de un consenso no tan común entre demócratas y republicanos. Los segundos eran los mismos que junto a George W. Bush promovían a toda costa la suscripción de Tratados de Libre Comercio hace no mucho tiempo. Ahora todos reclaman protección frente a unacrisis que no termina.

Cuando los países del sur reclamaban medidas contra los subsidios agrícolas de EEUU y Europa porque no era posible competir, estos países se negaban siquiera a revisar su política de incentivos a la producción nacional. Ahora que las cosas han cambiado, que son precisamente EEUU y Europa los más endeudados y con los mayores déficit, frente a economías emergentes superavitarias, con reservas y deudas muy controladas, piden revisar lo que en buena cuenta es un subsidio al exportador. ¿Y dónde quedó eso de la libre competencia en el comercio internacional?

Esta es una guerra ahora entre titanes, pero tiene de fondo la ideología sobre la cual se apoya todo un modelo.
DETALLE

Según el informe semanal de Política Exterior N° 715, editado por Estudios de Política Exterior “las intervenciones del banco central chino en el mercado de divisas para mantener bajo el valor del yuan se estiman en unos 1.000 millones de dólares diarios. China se lo puede permitir. Entre 2006 y 2010, su participación en las exportaciones mundiales pasó del 7% al 10%, mientras que su tasa de ahorro está sobre el 56% del PIB, la más alta del mundo. En junio, el valor de las reservas de divisas chinas alcanzó los 2,5 billones de dólares, el 30% del total mundial, y equivalente al 50% de su PBI.” Por su parte, en Brasil, el gobierno de Lula autorizó este miércoles la adquisición ilimitada de dólares en el mercado de cambios para neutralizar el alza del real que está perjudicando las exportaciones brasileñas y su desarrollo industrial.

- Carlos Bedoya, Redacción
 
 
https://www.alainet.org/fr/node/144780
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