Acerca de los imperios invisibles a los ojos
Una presidenta que desnudó tramas secretas
25/08/2010
- Opinión
Hay un poder que está por encima de los poderes del Estado, invisible a los ojos. Lamento desilusionarlos y no ser funcional a ellos. Dichos de la jefa de Estado argentina al denunciar los posibles delitos de lesa humanidad cometidos por una de los grupos mediáticos más poderosas del continente.
Tengo el sabor amargo de una certeza. Hay un poder que está por encima de los poderes del Estado, invisible a los ojos. Hace décadas que existe una subordinación ante determinados intereses. Lamento desilusionarlos y no ser funcional a ellos. La presidenta Cristina Fernández formuló así el diagnóstico y la promesa de ordenar la investigación en torno a los mecanismos de apropiación del monopolio productor de papel prensa por parte del Grupo Clarín y sus asociados, en complicidad con pasada dictadura militar y ejerciendo conductas pasibles de ser condenadas como delitos de lesa humanidad.
Concluyó con dos anuncios clave, que hicieron eje en la denuncia por la apropiación de las acciones de Papel Prensa por parte de los diarios Clarín, La Nación y La Razón durante la última dictadura militar. “Esperamos que la democracia pase esta prueba de ácido”, exhortó.
Tras hacer un pormenorizado y, por momentos, didáctico repaso de los puntos principales del informe Papel Prensa - La Verdad elaborado por la Secretaría de Comercio Interior y presentado el martes pasado en la Casa Rosada, la mandataria anunció que el trabajo sería enviado a la Justicia para que se profundice la investigación sobre supuestos delitos de lesa humanidad en el proceso de venta de las acciones de la compañía proveedora de papel. Efectivamente, el Poder Judicial ya está ejerciendo sus facultades.
Además, avanzó con una interpelación a la oposición en el Parlamento. Será mediante un proyecto de ley que el gobierno enviará al Congreso para declarar de interés público la producción de papel de diario en el país.
La presidenta formuló los anuncios durante un acto evaluado como “punto de inflexión político”. Por eso, Cristina Fernández estuvo acompañada por los ministros del Gabinete nacional, gobernadores, intendentes, el jefe de la Central Obrera CGT, Hugo Moyano, y referentes sociales como la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Sin embargo, no hubo presencias masivas del sector empresarial, sector este que, en general, acepto las presiones de los principales ejecutivos del Grupo Clarín para que no asistiesen a la alocución presidencial.
En primera fila, la escucharon Lidia Papaleo de Graiver, una de las protagonistas centrales de la historia que la presidenta resumió como “33 años de manejo oscurantista”. Viuda de David Graiver –socio mayoritario de Papel Prensa al inicio de la dictadura-, Papaleo sufrió primero la extraña muerte de su esposo en un accidente aéreo en México y luego las presiones para que se desprendiera de sus bienes y acciones en la compañía, según la crónica del diario porteño Tiempo Argentino.
“Firme o le costará la vida a usted y a su hija”, le dijo el principal directivo de Clarín, Héctor Magnetto, a Papaleo, según consta en la declaración que la viuda de Graiver realizó ante los redactores del informe. Después, llegaron el horror del secuestro, la tortura y la desaparición por cinco años.
“Quiero darle transparencia absoluta a este caso, quiero una democracia sin tutelaje para que no tengan miedo los políticos, sino también los empresarios. No es para controlar a nadie, es simplemente para que dejen de controlar a todos los argentinos y que la seguridad jurídica y las reglas del libre comercio puedan ser gozadas por todos”, razonó Cristina.
Sobre los aplausos del final, la viuda de Graiver se abrazó largamente con su hermano, Osvaldo Papaleo; y luego con el ex presidente Néstor Kirchner, en primera fila junto a Rafael Ianover, ex testaferro de Graiver en el momento de la apropiación.
El proyecto que el Ejecutivo enviará al Congreso constará de tres ejes centrales: la declaración de interés público de la producción, distribución y circulación de pasta de celulosa y papel de diario en la Argentina; la creación de un marco regulatorio del “insumo básico”, con un tratamiento “igualitario” para todos los diarios de la Argentina -esa cláusula incluirá el rechazo a importar papel – y la creación de una Comisión Bicameral de Seguimiento para que los legisladores participen como “observadores” en las reuniones de directorio de Papel Prensa con el objetivo de que “realmente haya control”.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
https://www.alainet.org/fr/node/143728
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