“Macondo”

14/08/2010
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Haciendo honor a su nombre (según la metáfora fatal y surrealista que Gabriel García Márquez le otorga al famoso pueblo de su memorable novela) (1), el cuantioso derrame provocado en el Golfo de México en el pozo petrolero denominado “Macondo” (operado por la BP desde la plataforma “Deepwater Horizon”), constituye el mayor desastre ecológico ocurrido en aguas marinas desde el fatídico “accidente” del “Exxon Valdez” (buque petrolero que encalló  en Prince William Sound, Alaska, en Marzo 24 de 1989).
 
En esta ocasión el desastre parece todavía mayor, y pasará mucho tiempo para que sepamos con exactitud la magnitud completa del daño provocado al ecosistema marino del Golfo, y los daños económicos, sociales, culturales y medio ambientales provocados a toda la región costera impactada.
 
De momento, nadie sabe el alcance real de tales daños. Se estima en alrededor de cinco millones los barriles de crudo derramados (2), y miles de pescadores de las costas de la Florida y zonas aledañas han visto seriamente afectadas sus actividades pesqueras y comerciales.
 
Por si ello fuera poco, nadie sabe a ciencia cierta hasta donde irán a desplazarse los restos del crudo derramado, y los millones de litros de sustancias químicas empleadas para intentar disolverlo.
 
Además, sabemos que la zona donde ocurrió el desastre (y de esto no se comenta nada en los medios), se encuentra dentro del circuito de las poderosas corrientes marinas que recorren buena parte de las costas del planeta entero. Dichas corrientes son conocidas bajo el nombre de “Gulf Stream”, que nacen en las costas africanas y atraviesan varios continentes.
 
Tan grave agresión al planeta no puede quedar impune. Por otra parte, nosotros tampoco podemos quedarnos con los brazos cruzados, limitándonos a quejarnos y a observar por televisión como las transnacionales destruyen el planeta y el futuro de nuestros hijos e hijas.
 
Por ello, es importante recordar que desde hace siete años (2003), un grupo interdisciplinario de prestigiosos científicos de distintas partes del mundo, decidieron crear la Academia Internacional de Ciencias del Medio ambiente (IAES por sus siglas en inglés), la cual tiene su sede en Venecia, Italia, y es presidida por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. En años recientes varias de sus iniciativas y campañas en beneficio del medio ambiente han recibido el respaldo de numerosas personalidades de renombre mundial (3).
 
Dos de estas iniciativas impulsadas por la IAES se refieren a la Reforma del Tribunal Penal Internacional (International Criminal Court –ICC-), la cual, como se sabe, fue creada mediante el llamado “Estatuto de Roma”. 
La primera de dichas iniciativas se relaciona con la Reforma de la Corte Penal Internacional, proponiendo se hagan extensivas sus funciones para juzgar los crímenes contra el medio ambiente, importantísima iniciativa que desde agosto del año 2007 ha sido hecha pública a través de sendos llamados y proclamas, realizadas tanto por el presidente de la IAES como por el XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatso (4).
 
La segunda de estas iniciativas dirigidas a la Reforma del Tribunal Penal Internacional (TPI en español), se vincula con la propuesta de crear una Corte similar con jurisdicción exclusiva al ámbito europeo propiamente dicho.
 
Estas propuestas son del todo pertinentes, concretas, viables y por sobre todo, cada día adquieren un carácter de mayor urgencia. Es importante señalar, además, que en el año 2003 y el 2006, la IAES suscribió la llamada “Carta de Venecia”, donde se promulgan los principios fundamentales que impulsan a través de su labor de defensa planetaria del medio ambiente (5).
 
Uno de estos principios seminales promovidos y establecidos en dicho documento indica que “quien contamina debe pagar”.
 
Por ello, en busca de la reparación parcial de los daños causados por la transnacional petrolera BP, y por sobre todo, antes de que ocurra el próximo desastre ecológico provocado por una nueva negligencia de alguna corporación transnacional, resulta crucial que elevemos nuestras voces de denuncia y en este caso particular, relativo a las iniciativas de reforma impulsadas por la IAES, podemos pasar rápidamente de la simple y estéril queja a la acción concreta, sumándonos y apoyando activamente dicha campaña mundial (6).
 
Notas:
 
1-Se trata de “Cien años de Soledad”, laureada novela del citado autor.
 
2-“Golfo de México, un mar de contaminación”: Laura Plitt; BBC Mundo: http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2010/08/100803_derrame_golfo_mexico_contaminacion_lp.shtml
 
3-“Desde su creación, la IAES se ha dedicado a impulsar diversos proyectos de protección al medio ambiente, ha realizado estudios e investigación de campo para identificar las causas y remedios para superar la degradación ambiental, tomando en consideración los estrechos vínculos existentes entre el medio ambiente y la salud de la humanidad” (Venice- IAES- World Forum 2009; Conferencia Internazionale; October 2nd – 3rd 2009).
 
4-Iniciativa que busca, entre otras consideraciones, el reconocimiento de los desastres ambientales como un crimen en contra de la humanidad (Llamamiento de Adolfo Pérez Esquivel y el Dalai Lama:-http://www.adolfoperezesquivel.com.ar/Adolfo%20IAES/llamamiento%20adolfo...).
 
5- “Carta de Venecia”: Ver texto completo en el sitio oficial de la IAES.
 
6- Información detallada de cómo apoyar activamente esta iniciativa se encuentra en; iaes.info/ o en; http://www.justiceforplanetearth.org/index.php?lang=3
 
- Sergio Barrios Escalante es Científico Social e Investigador. Escritor. Editor de la Revista Virtual Raf-Tulum.
 
https://www.alainet.org/fr/node/143390
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