De Bananas a la noche de los muertos vivientes
28/07/2010
- Opinión
- Cualquier idea acerca de dónde nos dirigimos?
- han dicho que es San Marcos.
- ¿A favor o en contra del gobierno?
- La ClA no quiere correr ningún riesgo.
- Algunos de nosotros estamos con él y algunos de nosotros van a estar en contra .
"Bananas" Woody Allen
El 28 de septiembre del año pasado, Lewis Amselem, representante alterno de Estados Unidos ante la OEA, declaró que el retorno de Zelaya a Honduras fue "irresponsable e idiota", y haciendo alarde de su acervo cinematográfico agregó refiriéndose al defenestrado Manuel Zelaya que “debería cesar de actuar como si estuviera en una vieja película de Woody Allen”.
El "diplomático" Lewis Amselsem, al citar a Woody Allen hacía referencia a la película bananas, dirigida, escrita y actuada por Woody Allen en el año de 1971. Amselem previamente ganó notoriedad en el 1989, cuando como encargado de derechos humanos de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, adujo que las acusaciones de secuestro y violación de la monja norteamericana Diana Ortiz no eran más que alucinaciones de una lesbiana.
Veinte años después de la celebre insinuación sobre la monja Ortíz, el funcionario de la administración Clinton-Obama, contradiciendo las declaraciones de su jefa Hilary Clinton, la que previamente había concedido su beneplácito al retorno de Zelaya, asumió una posición critica, confirmando el papel ambiguo que jugó los Estados Unidos en relación al golpe de Estado en Honduras.
Como es de conocimiento publico, el papel ideológico que juega el cine de Hollywood y su enorme influencia en el planeta es indiscutible. Desde crear modas hasta fijar modelos de comportamiento es parte de la guerra de dominación planetaria emprendida por los Estados Unidos y avalada por los empresarios propietarios de sus eficientes y nada sutiles medios de comunicación.
La visión colonialista y la interpretación de América Latina queda plasmada en los primeros cinco minutos de la comedia "Bananas", los que transcurren en un escenario que puede ser el frontispicio del Palacio Nacional en Guatemala, en el cual se ejecuta el asesinato del supuesto presidente de San Marcos, mientras es transmitido a la usanza de un evento deportivo, por Howard Cosell, en la vida real un comentarista deportivo del país del norte.
Para los ciudadanos del primer mundo - es decir para los beneficiarios que se comen el 80% del banquete, no importa su ubicación geográfica o raza alguna - América Latina no es más que una mezcla de Cha cha cha y violencia, en la que el elemento humano poco cuenta, siempre, y cuando las ganancias se sigan acumulando en los bancos del norte y sus paraísos fiscales.
En la interpretación del celuloide de América Latina realizada por Hollywood, los derechos humanos de las poblaciones locales, no son tomados en cuenta como parte de la consideración moral. No obstante los avatares del cinema estadounidense, en las contadas ocasiones donde se llega a tomar en cuenta la oposición a la visión imperialista, no dejan de ser los héroes, fabricados a la imagen y semejanza de los productores de las películas, los que ocupan los papeles protagónicos, mientras "el otro" se plantea como una persona inútil, estúpido o dependiente.
El daño colateral
El golpe de estado perpetrado en Honduras el año pasado, se convertirá en un futuro no muy lejano en una película más de Hollywood, en la cual el héroe por supuesto, serán los agentes del imperio y sus buenos oficios para restablecer la democracia, que se encontraban amenazada por algún dictador vinculado al eje del mal, es decir: antagonista de los designios del imperio y su democracia tropical.
Mientras tanto Honduras ha entrado en la pesadilla de la “noche de los muertos vivientes". La sangría es lenta, si el día de hoy es el familiar de alguna ex funcionaria de la administración de Mel Zelaya, ayer fue un Lenca compenetrado con la resistencia, mientras el mes pasado sucumbieron los periodistas que se atrevieron a levantar su voz contra las ignominias de una clase empresarial del miedo.
El desangre causado por la guerra sucia decretada después del golpe, tiene todas las características de la que se viene dando en Colombia desde hace décadas. Para algo son los convenios de seguridad que se vienen firmando con uno de los pocos aliados que tiene la actual administración en América Latina. La súbita visita de Álvaro Uribe a Honduras y el posterior arribo de sus doce apóstoles de la policía de Colombia, son indicadores del mínimo respeto a los derechos humanos del pueblo hondureño y lo que implica aliarse con uno de los regímenes más sanguinarios del continente.
George Romero, director de cine de la ciudad de Nueva York inició en los años 70 una serie de películas con un soterrado contenido y crítica social, que cada día es más inexistente en el cine del imperio. Desafortunadamente la vida real suele imitar en muchos casos al arte y en Honduras se está dando a través del miedo un control social con el que se pretende callar los reclamos incesantes del pueblo. El título de la película de Romero encaja perfectamente con la realidad inmediata que vivimos: La noche de los muertos vivientes.
El terror que se viene implementando como política de estado nos recuerda el viejo lema de campaña del actual presidente Pepe Lobo y su puño de hierro, el que ahora ha sido maquillado como humanismo cristiano. No es nada raro que ciertos grupos de cristianos fundamentalistas y las denominadas camisetas blancas sugieran que los muertos son un acto de caridad política, y como el caso de al menos media docena de periodistas acribillados, no existe trasfondo político, sino un complot para desprestigiar a la actual administración.
Los vampiros parece ser que están de moda, o por lo menos así lo hacen creer los medios de comunicación del imperio. En Honduras algo similar está sucediendo: la elite de poder del país se ha comportando como una raza de vampiros que suelen hacer prácticas hematófagas y viven a expensas de la pobreza que impera y que ellos mismos han diseñado para mantener el status quo.
Una de las cloacas - perdón periódicos - promotoras del golpe de estado, propiedad de Carlos Flores Facusse, publicó recientemente un artículo intitulado “Honduras el país con más desigualdades en Latinoamérica", basado en informaciones publicadas por el Banco Mundial (1). Es bastante interesante que la cloaca de Flores Facussé, señale las disparidades económicas y sociales que existe en el país, cuando el golpe de estado está dirigido a mantener el status quo existente promovido por las pocas familias que controlan la economía nacional y los Estados Unidos que vio su integridad territorial menoscabada ante los reclamos del retorno de la Base Aérea Alfonso Cano (Palmerola) que la administración Zelaya pretendía convertir en un aeropuerto civil.
Como en las películas de corte Hollywood, Hillary Clinton impuso los acuerdos de San José, al estilo de un final feliz. Y ahora existe según el guión escrito en el Departamento de Estado una supuesta Comisión de la verdad, encargada de maquillar la bondadosa intervención del imperio mientras el desangre continua gota a gota; además de una incorporación súbita a la OEA (léase el ministerio de las colonias) con el dulce propósito de salvar el bipartidismo oxidado que existe en estas honduras y el cual es clave para preservar el status, tan preciado por la democracia estadounidense.
Los Expandibles
El próximo 13 de agosto está anunciado el estreno de la última aventura de Hollywood y en esta ocasión Venezuela es el país señalado por los "vigilantes" del imperio como el lugar destinado a salvar el pueblo de un dictador feroz. "Los expandibles" cuenta con un elenco de sicarios sometidos a una fuerte dosis de esterorides y sus cerebros reducidos. Casualmente la película se estrena en el momento que la tenaza se cierne sobre Venezuela y las próximas elecciones parlamentarias que se efectuaran en ese país. La trama de la película es la habitual de Hollywood, con un mensaje ideológico destinado a un público infantil con severos problemas de discernimiento.
Por supuesto que Hollywood descarta la existencia del proceso democrático que se ha venido dando en Venezuela, mientras tanto el golpe en Honduras pasa a ser según los medios de comunicación del sistema, simplemente una sucesión constitucional. La farsa de las rasgaduras de las vestimentas con que suelen aparentar los procónsules, la inocencia de los Estados Unidos y el opacamiento con que respondieron al golpe - al cual ellos lo interpretan como una simple sucesión constitucional - Honduras sigue siendo el modelo de plantación (léase maquila) el cual consiste en el legado de Samuel Zemurray, padre de la actual república bananera.
Mientras tanto la academia estadounidense continúa analizando el laboratorio político en que se ha convertido las honduras. Es una especie de reconocimiento del terreno humano, para aprender de esta forma como evitar futuros colapsos de la democracia, y así lograr frenar el avance del ALBA o cualquier otro intento de repudio al sistema neocolonial que nos impone un imperio moribundo.
Nota
La Ceiba Atlántida 29 de Julio del 2010
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
La Ceiba, Atlántida.
https://www.alainet.org/fr/node/143131
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