Una seguridad bastante frágil

15/07/2010
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Recientemente pude leer algunos de los artículos que escriben esos que en nuestro país se auto titulan “periodistas independientes”, principalmente en los que hacían referencia a los que los enemigos de la revolución cubana denominan “presos políticos”.
 
Realmente las narraciones que hacen esos “periodistas” parecen sacadas de una novela de terror y las mentiras llegan a ser de tal tamaño, que es imposible de creerlas. Después la realidad objetiva se encarga de eliminar toda duda sobre las falacias publicadas. 
 
Cualquiera que vea las fotos de los cuatro “presos políticos” que llegaron a Madrid hace pocas horas puede ver semblantes y cuerpos que no han salido de campos de concentración como los que tenía la Alemania nazi.
 
El sistema penitenciario tiene sus características acorde al país que lo implanta y regula, algunos son más severos, otros menos.
 
Tomemos por ejemplo un país en el que a los presos durante años se les puede negar visitas, e incluso llamadas telefónicas a sus familiares. En el que funcionarios del gobierno puede impedir que los presos informen a los reporteros de noticias sobre el maltrato o abuso de que son objeto. Imagínese un país en el que los presos que son ciudadanos extranjeros pueden ser privados del derecho a reunirse con funcionarios consulares de su país de origen, garantizado por los tratados internacionales.
 
La Oficina Federal de Prisiones de ese país, que no es otro que Estados Unidos, a partir del año 2006 implantó lo que se denomina “Unidad de Gestión de las Comunicaciones en la prisión federal de Terre Haute, Indiana. En el año 2008 la implantó en la prisión de Marrion, Illinois, el estado del Premio Nobel de la Paz. Se plantea que en los próximos meses se continuará implantando hasta poner bajo control los 200,000 presos federales existentes en el país.
 
En abril de este año, se publicaron las normas propuestas para el funcionamiento de estas Unidades que se pondrán en funcionamiento en todas las cárceles de Estados Unidos. Estas normas sólo dejan claro lo que la administración Obama tiene en mente: un régimen aún más draconiano del que existe actualmente. A los prisioneros se les permitiría sólo una llamada telefónica de 15 minutos por mes, la cual será solamente con "familiares directos " (padres, cónyuges, hijos y hermanos). Una visita de una hora por mes, sin contacto, con miembros de la familia, y una carta por semana, "a discreción del Jefe", limitada a tres hojas de papel, desde y hacia un único destinatario.
 
Las normas propuestas representan una severa violación a los derechos, tanto de los prisioneros como de aquellos en el exterior - familia, amigos, periodistas, clero, y otros - que quieren comunicarse con ellos, garantizados por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.   Igualmente violan las obligaciones de Estados Unidos en virtud de los tratados firmados bajo lo establecido en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, ratificada por los Estados Unidos en 1969.
 
Estas medidas que se ponen en vigor con los presos federales son adicionales a las ya existentes, pues en la actualidad los funcionarios de las prisiones pueden controlar y limitar la correspondencia de los reclusos, además de abrirla y leerla. En cuanto a las llamadas telefónicas todas son interceptadas para conocer de que habla el recluso y con quien.
 
Las autoridades de la Oficina Nacional de Prisiones han expresado que la implantación de estas normas adicionales resulta necesaria para poder garantizar la Seguridad Nacional. De acuerdo con eso, 200.000 personas pueden poner en riesgo la Seguridad Nacional de Estados Unidos, por lo que es indudable que la misma es bastante frágil.
 
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.
https://www.alainet.org/fr/node/142834?language=es
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