El regreso de los sicarios económicos
08/07/2010
- Opinión
Hace seis años, el estadounidense John Perkins escribió Confesiones de un sicario económico. Él lo fue. Un sicario es un asesino a sueldo. Los 'sicarios económicos' perpetraban delitos económicos, crímenes que transgredían leyes y principios de mercado y competencia, que tanto dicen venerar los neoliberales. Los sicarios económicos de antaño alteraron las situaciones económicas de países ricos en recursos naturales y los hicieran fluir torticeramente hacia corporaciones y bancos estadounidenses. Tal conducta delictiva fue perpetrada “utilizando sobre todo la manipulación económica, la estafa, la intoxicación informativa y el fraude”, confiesa Perkins.
Hoy los medios utilizados parecen diferentes y los actuales sicarios económicos no sirven sólo a la clase privilegiada estadounidense sino a la clase privilegiada global: unos escasos millones contra 6.500 millones de ciudadanos.
Quienes perpetran hoy los crímenes económicos son más heterogéneos. Esos nuevos sicarios son políticos profesionales, están en periódicos y televisiones, en agencias de calificación, en bancos centrales, ministerios económicos, consejos directivos de bancos, comités directivos de grandes empresas y corporaciones...
La mayoría de sicarios económicos (parte de la minoría privilegiada y a su servicio) utilizan prioritariamente la desinformación, la ocultación y, sobre todo, el miedo. En eso coinciden con los sicarios económicos precursores. Con el miedo, el rumor y la falsedad los nuevos sicarios económicos logran grandes beneficios para pocos. Han hecho suya aquella letra de la canción: “guarda ese miedo que lo vela todo”. Miedo y engaño. Por ejemplo, las ruinosas hipotecas basura hicieron ganar mucho dinero a los directivos de la banca Goldman Sachs. ¿Qué sistema económico es el que permite obtener ingentes beneficios con el fracaso y la mentira?
El profesor Juan Torres nos ha contado la película protagonizada por los nuevos sicarios económicos. Fue así: Los bancos privados pudieron emitir deuda (una forma de crear dinero). En las últimas décadas, la banca emitió más deuda que nunca. No para financiar la economía real: para comprar y vender deuda; para especular con la deuda. Nada que ver con financiar la creación de productos y servicios. Nada que ver con la economía real.
No satisfecha, la banca inventó nuevos modos de vender la deuda por medio de la denominada ingeniería financiera o contabilidad imaginativa. Y difundió su basura por todo el mundo, aunque sabían que los nuevos productos especulativos de deuda no tenían la menor garantía. Y, como nadie controlaba nada ni ponía freno alguno, la banca hizo crecer y crecer la bola de nieve. Y los riesgos eran cada vez mayores. Al mismo tiempo, la banca ocultaba todo con la imprescindible complicidad de las agencias de calificación. Así engañaron al mundo simulando que toda esa basura financiera era rentable. Pero sabían que no era así. Los nuevos sicarios económicos crearon e hicieron crecer la enorme bola de nieve de la deuda. Pero detrás sólo había humo y aire.
Y al final, estalló.
Y en ésas estamos sin poder avanzar ni un paso para salir del lodazal. Ahora la nueva forma que toma la crisis es la falta de liquidez de muchos bancos. ¿Y qué respuesta se da desde la zona oscura de los sicarios económicos? Recortes públicos y sociales más una fe histérica en reducir el déficit público. La muy neoliberal Comisión Europea, por ejemplo, abrirá el fondo de emergencia de ayuda al euro (750.000 millones de euros, que son casi un millón de millones de dólares) para que cualquier país de la Unión Europea pueda recapitalizar sus bancos. Más de lo mismo.
Por cierto, el Nobel de economía Stigtliz dijo hace unas semanas que si con los muchos billones de dólares y euros con los que los gobiernos han rescatado bancos se hubiera reinstaurado una banca pública, ya estaríamos saliendo de la crisis.
En fin, según el diccionario de la lengua española, estafar es “provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño con ánimo de lucro para conseguir dinero con artificios con ánimo de no pagar”. ¿Está claro? En el Código penal español, por ejemplo, la estafa se castiga con penas de prisión de cuatro a ocho años y en otros es similar ¿Para cuándo la utilización del derecho penal como medio imprescindible contra los sicarios económicos para salir de la crisis?
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor
https://www.alainet.org/fr/node/142687?language=es
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