Grandeza y miseria
12/09/2008
- Opinión
Quito
Si los pueblos y las sociedades están integrados por seres humanos de variada conducta simultánea y el misterio de la naturaleza de este animal racional es que, al mismo tiempo, sea capaz de albergar sentimientos y actitudes de grandeza y de miseria, no debemos llenarnos de histeria, ni rasgarnos las pocas o muchas vestiduras que poseamos, al pasar revista de los acontecimientos que culminan con la inobjetable y contundente victoria del SI en el Ecuador.
Grandeza de esa mayoría ecuatoriana que no se dejó robar la esperanza, a conciencia de que la tarea de aplicar un nuevo modelo revolucionario ciudadano, recién comienza; que las alforjas se van a ir acomodando en el camino, y que unidades porcentuales, en más o en menos, obtuvo una cuarta victoria electoral consecutiva.
Grandeza de que una muy grande parte de esa mayoría, siendo practicante de la fe católica y religiosa, no se dejó embaucar por las cúpulas que se alinearon políticamente con la extrema derecha económica, para descalificar todo el texto constitucional, sin excepcionar ni un artículo.
Grandeza de los equipos promotores del SI encabezados por el liderazgo de Rafael Correa, que no se dejaron provocar, como era la intención de los ultraderechistas para manchar de sangre el proceso.
Grandeza de las instancias del Estado encargadas de llevar con transparencia y limpidez, eficacia y eficiencia, un proceso electoral que no pudo ser manchado por falsas acusaciones.
Corolario de una grandeza individual, los gestos que hoy tuvo Correa para visitar a Alberto Acosta y el llamado a la oposición sensata, no a los envenenados por el odio y el miedo, a aunar esfuerzos para construir una patria nueva.
Miseria la de los promotores de la campaña sucia, los propaladores de las mentiras sobre el abortismo, los matrimonios gay, la agresión a la educación religiosa, la despenalización del tráfico de drogas y que culminó en las ultimas horas con una hemorragia de llamadas piratas a los teléfonos estacionarios para atemorizar a los ciudadanos.
Miseria politiquera del chantaje propiciado por Nebot, pretendiendo conseguir adhesiones al minúsculo no, bajo la amenaza de renunciar con piola de la Alcaldía, que de todas maneras se le acaba, si en Guayaquil ganaba el SI. Y ahora que el SI le ganó al no empieza, impúdica y mañosamente, a sumar votos que no le pertenecen (nulos y blancos), para evadir el compromiso público de irse si perdía ¿y perdió o no?. Estamos frente a un nuevo lleve como el de la Perimetral, ahora el de la fe pública.
Miseria de robo y explotación de imagen, la que hicieron los envenenados al deportista olímpico, Jefferson Pérez, demostrando que no respetan a nadie.
Miseria comunicacional, pues no aparece indicio alguno de intento de rectificación de los actores políticos enquistados en los medios y que fueron el centro y líderes de la descarada oposición, cacareando neutralidad: Veamos si algo de pudor, aunque sea falso, modifica la conducta de Jorge Ortiz, Carlos Vera, Emilio Palacio y Alfredo Pinargote o de una vez se candidatizan para representar a la amargada y derrotada derecha.-
- Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación
http://alfredovera-ecuador.blogspot.com
Si los pueblos y las sociedades están integrados por seres humanos de variada conducta simultánea y el misterio de la naturaleza de este animal racional es que, al mismo tiempo, sea capaz de albergar sentimientos y actitudes de grandeza y de miseria, no debemos llenarnos de histeria, ni rasgarnos las pocas o muchas vestiduras que poseamos, al pasar revista de los acontecimientos que culminan con la inobjetable y contundente victoria del SI en el Ecuador.
Grandeza de esa mayoría ecuatoriana que no se dejó robar la esperanza, a conciencia de que la tarea de aplicar un nuevo modelo revolucionario ciudadano, recién comienza; que las alforjas se van a ir acomodando en el camino, y que unidades porcentuales, en más o en menos, obtuvo una cuarta victoria electoral consecutiva.
Grandeza de que una muy grande parte de esa mayoría, siendo practicante de la fe católica y religiosa, no se dejó embaucar por las cúpulas que se alinearon políticamente con la extrema derecha económica, para descalificar todo el texto constitucional, sin excepcionar ni un artículo.
Grandeza de los equipos promotores del SI encabezados por el liderazgo de Rafael Correa, que no se dejaron provocar, como era la intención de los ultraderechistas para manchar de sangre el proceso.
Grandeza de las instancias del Estado encargadas de llevar con transparencia y limpidez, eficacia y eficiencia, un proceso electoral que no pudo ser manchado por falsas acusaciones.
Corolario de una grandeza individual, los gestos que hoy tuvo Correa para visitar a Alberto Acosta y el llamado a la oposición sensata, no a los envenenados por el odio y el miedo, a aunar esfuerzos para construir una patria nueva.
Miseria la de los promotores de la campaña sucia, los propaladores de las mentiras sobre el abortismo, los matrimonios gay, la agresión a la educación religiosa, la despenalización del tráfico de drogas y que culminó en las ultimas horas con una hemorragia de llamadas piratas a los teléfonos estacionarios para atemorizar a los ciudadanos.
Miseria politiquera del chantaje propiciado por Nebot, pretendiendo conseguir adhesiones al minúsculo no, bajo la amenaza de renunciar con piola de la Alcaldía, que de todas maneras se le acaba, si en Guayaquil ganaba el SI. Y ahora que el SI le ganó al no empieza, impúdica y mañosamente, a sumar votos que no le pertenecen (nulos y blancos), para evadir el compromiso público de irse si perdía ¿y perdió o no?. Estamos frente a un nuevo lleve como el de la Perimetral, ahora el de la fe pública.
Miseria de robo y explotación de imagen, la que hicieron los envenenados al deportista olímpico, Jefferson Pérez, demostrando que no respetan a nadie.
Miseria comunicacional, pues no aparece indicio alguno de intento de rectificación de los actores políticos enquistados en los medios y que fueron el centro y líderes de la descarada oposición, cacareando neutralidad: Veamos si algo de pudor, aunque sea falso, modifica la conducta de Jorge Ortiz, Carlos Vera, Emilio Palacio y Alfredo Pinargote o de una vez se candidatizan para representar a la amargada y derrotada derecha.-
- Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación
http://alfredovera-ecuador.blogspot.com
https://www.alainet.org/fr/node/130044
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