Globalización, comunicación y movimientos sociales

29/11/2005
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En el presente trabajo abordamos la relación entre movimientos sociales y la comunicación y la experiencia de la Minga Informativa de Movimientos Sociales, pero previamente ubicamos el escenario comunicacional e informativo, lo cual es fundamental para definir las políticas y estrategias de comunicación.

 

Contenido

A. El escenario comunicacional

B. Es posible romper la hegemonía

C. Comunicación y movimientos sociales

 

A. EL ESCENARIO COMUNICACIONAL

 

En el mundo de la información y la comunicación, se registra en las últimas décadas un proceso creciente de concentración y monopolización a escala mundial y regional. El proceso de fusiones, reestructuraciones y adquisiciones transfronterizas ha dado lugar al nacimiento de unos pocos conglomerados multimedias que controlan los medios, la industria cultural y del entretenimiento, además de la Internet, etc. a nivel planetario. Entre ellas se puede mencionar a AOL-Timer Warner, Disney, News Corporation, Vivendi Universal y Bertelsmann, Microsoft. Estos conglomerados cumplen un doble rol: como agentes discursivos y como agentes económicos. En tanto actores económicos se inscriben en una de las actividades de mayor desarrollo y que más ganancias genera, a tal punto que desde ellas han surgido los mayores multimillonarios del mundo, como Bill Gates. Como agentes “discursivos” no solo “venden y legitiman el ideario global sino que también lo transforman en discurso social hegemónico, difundiendo visiones del mundo y modos de vida que transfieren al mercado la regulación de las demandas colectivas. La llamada gran midia fabrica el consenso sobre la superioridad de las economías abiertas, insistiendo en que no hay salida fuera de las recetas neoliberales” (1)

 

Aunque las transnacionales mediáticas asentadas en Estados Unidos tienen una gran influencia en la región, sus competidores de origen europeo, principalmente de España (como el grupo PRISA y Telefónica Móviles (2), están conduciendo a una diversificación de la dependencia y a un incremento de la subordinación cultural e informativa de América Latina y del Caribe. Las transnacionales del Norte controlan en la región la telefonía fija y móvil, los servicios de Internet, las comunicaciones satelitales y las redes de televisión. Las cadenas de televisión por cable (CNN, MTV, Cartoon Network, Discovery Channel), las agencias de información y sus servicios para radio y televisión de los países desarrollados, llegan con sus mensajes a millones de teleespectadores, radioescuchas o lectores, en asocio con los medios locales.

 

En América Latina también se produce un proceso de concentración mediática en los mismos grupos tradicionales dominantes que históricamente han detentado el poder económico y político, mismos que ha entrado en alianza, de manera subordinada, con el capital transnacional. Entre los conglomerados latinoamericanos de mayor influencia se puede mencionar a Televisa de México, O Globo de Brasil, el grupo Clarín de Argentina, el grupo Cisneros de Venezuela, el Mercurio de Chile y Caracol de Colombia, entre otros. “La concentración en pocas manos dificulta la entrada de nuevas empresas, estilos y contenidos en el mercado. Más aún: homogeniza el noticiero y estandariza el entretenimiento. Poderosos, los controladores son contrarios a la crítica y al cuestionamiento a sus procedimientos. En el caso de las emisoras de radio y televisión, que dependen de concesiones públicas para operar, el caso es peor, ya que la condición pública, los compromisos que se derivan de la concesión y las contrapartidas sociales son simplemente olvidados”. (3)

 

El proceso de monopolización también se reproduce en las redes globales de comunicación, particularmente en la Internet. En lo que se refiere al gobierno de Internet, Estados Unidos controla la red de redes a través de la Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN, por sus siglas en inglés), un organismo de derecho privado dependiente del Departamento de Comercio de Estados Unidos. “La ICANN es la gran controladora de la red. Se basa en un dispositivo técnico constituido por 13 poderosos ordenadores, denominados "servidores raíces", instalados en Estados Unidos (cuatro en California y seis cerca de Washington), en Europa (Estocolmo y Londres) y en Japón (Tokio)”. (4) (5)

 

EE.UU., durante los debates de la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), realizada en Túnez, mostró una tenaz oposición a perder la hegemonía de Internet, aunque, por la presión internacional, dio paso a la creación de un Foro sobre la Gobernanza de Internet, una instancia de deliberaciones que no alterará el control que mantiene sobre la red mundial de computadoras.

 

En lo que se refiere a la industria del software es conocido el dominio monopólico de la estadounidense Microsoft, aunque su “imperio” informático está siendo cada vez más cuestionado por el movimiento de software libre que gana cada vez más terreno y por gobiernos que han adoptado el software de fuente abierta. De otro lado, algunos estudios indican que 14 empresas absorben el 60% del tiempo que los navegantes pasan conectados a la Internet. Con relación a los idiomas, el 80% de los contenidos difundidos en los sitios Web está en inglés, pese a que solo el 10% de la población mundial maneja este idioma. (6)

 

En América Latina y el Caribe aún está lejos de superarse la denominada brecha digital que es la expresión de las “brechas sociales, económicas, políticas y culturales, existentes dentro y entre las sociedades”. Aunque en la región, según datos de la CEPAL, el número de usuarios de la Internet se multiplicó por 12 entre 1998-2004 (desde 6 hasta 72 millones), esto representa solo el 14% de la población latinoamericana y caribeña, lo que contrasta con el 50% de los habitantes de los países desarrollados. El acceso a Internet se concentra en las capas de mayor nivel económico (7) y es usado más por hombres que por mujeres, en tanto que amplios sectores pobres del campo y de las ciudades, grupos étnicos y minorías forman parte del gran contingente que se está quedando fuera de los potenciales beneficios de las nuevas tecnologías.

 

Pero además del control global que ejerce EE.UU. sobre Internet y la llamada brecha digital, existen otros factores y tendencias en la comunicación que hacen ver las limitaciones y restricciones de la Internet y de las comunicaciones globales. Nos estamos refiriendo a los efectos negativos de los sistemas mediáticos sobre las identidades y las culturas; la emergencia de los regímenes de los “derechos de autor” y la erosión del dominio público del conocimiento global; los atentados a los derechos humanos en la campo digital, sobre todo después del 11 de septiembre de 2001, fecha a partir de la cual se han adoptado regulaciones más fuertes para la vigilancia electrónica a nivel global, atentando contra la privacidad y la libertad de expresión de los ciudadanos/as. (8)

 

Los factores señalados anteriormente permiten decir que el derecho a la comunicación que todos los ciudadanos y ciudadanas tenemos, se encuentra amenazado por un nuevo tipo de dictadura: la dictadura del mercado que ha transformado a la información en una mercancía, despojándola de su esencia fundamental que es la de constituir un bien público. La información ahora es la mercancía que permite la realización de la ganancia. Esta mercancía, por lo tanto, se encuentra sometida a las llamadas leyes del mercado: a la oferta, la demanda y la competencia. Sometidos al parámetro implacable del rating, los medios no escatiman ningún método para ganar audiencias. Todo o casi todo es válido en este campo: la pornografía, el sensacionalismo, la simplificación de la información, la programación de la televisión basura, el uso de la mentira, el chantaje y la manipulación. Fruto de todo esto, el sentido público de la comunicación queda gravemente golpeado e igualmente el derecho de los/as ciudadanos/as a estar debidamente informados, aspecto indispensable para poder participar plenamente en todos los aspectos de la vida democrática de un país, de un municipio o de una comunidad. Y esto no solo para las épocas electorales -que a eso se reducen las democracias formales- sino cuando se toman decisiones claves que tienen que ver con el presente y futuro de nuestros pueblos y países.

 

Si bien en el continente ya no se ejerce una abierta censura de prensa y ya no se queman libros en las calles como en las épocas dictatoriales, ahora, en el marco de las democracias formales, funcionan otros factores más sutiles que permiten a la elites privilegiadas “fabricar el consenso” y mantener el statu quo, como señala Noam Chomsky. Esos factores tienen que ver con el uso del marketing –que igual sirve para vender candidatos o camisas- , la sobreinformación, la apropiación privada del espectro radioeléctrico y en general con la utilización del sistema mediático para ocultar, desinformar, manipular o adormecer. Esto no quiere decir, no obstante, que no se empleen métodos autoritarios, retaliaciones económicas, recursos legales e incluso la violencia y el asesinato para acallar a medios y periodistas críticos. (9)

 

Ante el descrédito de los partidos políticos, los medios han adquirido “un inusitado nivel de poderío en la conducción de la existencia social. Esto ha ocurrido a lo largo de los tres últimos lustros debido principalmente a dos fenómenos. Por una parte, grandes avances telemáticos en las técnicas de comunicación que han contribuido en mucho a aumentar el alcance y la calidad de la información, así como a acentuar la concentración de la propiedad de los medios. Y por otra, con mayor peso aún que la innovación tecnológica, la profunda pérdida de credibilidad, de autoridad y respeto que han experimentado los partidos políticos por su deficiente desempeño en la conducción de los negocios públicos y por su generalmente impune envolvimiento en la corrupción en múltiples maneras” (10) La política ya no tiene como escenario las calles y las plazas, sino los sets de televisión, las cabinas radiales y las páginas de los diarios y las revistas.

 

B. ES POSIBLE ROMPER LA HEGEMONÍA

 

Si bien el poder de las corporaciones y de las empresas mediáticas es muy grande, sin embargo éste no es absoluto, presentándose fisuras, sobre todo en momentos de crisis en los que han sido severamente cuestionados. Esto se ha evidenciado, por ejemplo, en Venezuela donde los grandes medios han reemplazado a los partidos políticos convirtiéndose en agentes activos de la oposición al Presidente Hugo Chávez y al proceso bolivariano. Los grandes medios venezolanos han perdido credibilidad y legitimidad debido a su “labor” de manipulación y desinformación. La respuesta de los ciudadanos no se ha hecho esperar y han “castigado” a algunos periódicos, negándose a comprarlos, por lo que éstos han tenido que reducir drásticamente sus tirajes. Esto, igualmente, ha desarrollado la conciencia sobre la necesidad de contar con medios propios que permitan no solo contrarrestar la influencia del poder mediático sino de emprender procesos de comunicación pluralistas y democráticos.

 

Otro ejemplo de esto ocurrió en Ecuador, durante la “insurgencia” ciudadana que derrocó al gobierno presidido por Lucio Gutiérrez (abril del 2005), cuando los medios – y principalmente la televisión- enfrentaron duras críticas por no cubrir o minimizar las movilizaciones del pueblo quiteño. Los ciudadanos insistentemente llamaban a apagar la televisión y a permanecer en sintonía de radio La Luna, que servía de canal para difundir las informaciones y convocar a las movilizaciones.

 

Uno de los elementos más significativos –pero no el único- (11) para contrarrestar a los monopolios dominantes de la intermediación y transmisión informativa ha sido la apropiación del ciberespacio por parte de movimientos sociales y redes de la sociedad civil que descubren que la Internet permite disponer de canales propios para difundir sus ideas y sus reivindicaciones sin filtros, controles o manipulaciones de terceros. A comienzos del siglo XXI, encontramos una explosión de redes sociales y comunidades virtuales que producen, crean, intercambian y difunden información, imágenes, voces y opiniones utilizando herramientas como sitios Web, listas de correo electrónico, chats y foros, weblog, blogs o bitácoras, los teléfonos móviles, entre otros. “Hay todo un flujo de informaciones circulando por fuera de los sistemas formales, que indica que muchos millones de personas han escogido canales alternativos para informarse y opinar”. (12)

 

En el contexto de la resistencia a la globalización neoliberal, el uso de Internet ha sido decisivo para sensibilizar, promover y organizar grandes manifestaciones como la de Seattle contra la OMC en 1999, las marchas contra la guerra en Irak o los procesos de los Foros Sociales Mundiales, que comenzaron en el 2001 en Porto Alegre, las campañas mundiales contra la guerra, la deuda externa y el “libre comercio”, y muchas otras.

 

En América Latina se han desarrollado igualmente experiencias importantes de apropiación y utilización de las TIC en el contexto de las luchas sociales y democráticas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que salió a luz en 1994, justo el día en que debía entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ha sido uno de los pioneros en el empleo estratégico de la Internet para comunicar sus mensajes al mundo y convertirse en un referente de la lucha global contra el neoliberalismo. En las movilizaciones sociales y “cacerolazos” del 19 de diciembre de 2001, que culminaron con la salida del entonces presidente argentino Fernando de la Rúa, fue decisivo el “uso cívico de Internet”. La difusión de información a través de los chats y los mensajes a través de los teléfonos móviles sirvieron para que nuevas personas se sumaran a las protestas. Durante las semanas siguientes, varias herramientas tecnológicas como sitios Web, listas electrónicas y foros de discusión sirvieron para debatir sobre los problemas del país, reemplazando de alguna manera a las hojas volantes o a las publicaciones partidarias que tradicionalmente eran utilizadas para informar aquello que los medios ocultan. (13)

 

En Venezuela, como es conocido, el 11 de abril de 2001 se produjo un golpe de Estado fallido que intentó derrocar al Presidente Hugo Chávez, siendo restituido dos días después en el poder por el pueblo que se lanzó a las calles. En la autoconvocatoria y la repuesta inmediata del pueblo venezolano destaca la conformación de una red que permitió romper el cerco informativo impuesto por los grandes medios utilizando no solo la Internet sino los celulares, las radios y la televisión comunitaria por cable, además de la comunicación cara a cara o los mensajes que llevaban y traían los motociclistas que tanto abundan en Caracas.

 

Durante la insurrección boliviana que culminó con la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003, la radios comunitarias de la cadena ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia) vinculada a la Iglesia, jugaron un rol clave para difundir informaciones y organizar las protestas, lo cual se combinó con la comunicación electrónica. “Los dirigentes sociales hacían sus convocatorias a la movilización llamando a las radios, que les permitían salir al aire con sus mensajes no censurados. Los vecinos de las principales ciudades bolivianas no solo sintonizaban las cadenas radiales más comprometidas con la lucha social, sino que también oficiaban como reporteros espontáneos, ayudados de los teléfonos celulares. Las transmisiones radiales desde los mismos lugares donde se producían masacres de las fuerzas armadas y bloqueos de los pobladores, generalizaron un clima de indignación que finalmente forzó la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada”. (14)

 

C. COMUNICACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

 

En la última década, han ido surgiendo o reactivándose articulaciones regionales y continentales de resistencia a la globalización neoliberal y a sus políticas de exclusión, inequidad y aniquilamiento de las diversas formas de vida. Entre los espacios aglutinantes destacan la Campaña Continental contra el ALCA, el Grito de los Excluidos, las campañas por la anulación de la deuda externa y contra la militarización, y el propio Foro Social Mundial.

 

El antecedente directo de estas articulaciones constituye la Campaña Continental 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular (1989- 1992) que se constituyó en una primera instancia de articulación regional, al mismo tiempo que se derrumbaba el Muro de Berlín y el “socialismo real”, adoptando la consigna de “unidad en la diversidad”. El protagonista de la misma no fue el movimiento sindical sino otros sectores igualmente golpeados por las políticas neoliberales: los pequeños campesinos, los pueblos indígenas, las comunidades afroamericanas, las mujeres, los pobladores de los barrios populares Cabe indicar que fue en este marco que se procesó “la formación de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas (RMAA) y la Asamblea del Pueblo de Dios (APD); la creación de espacios de coordinación de los pueblos y mujeres indígenas y de organizaciones y afrodescendientes; la reactivación del Frente Continental de Organizaciones Comunales; la conexión entre organizaciones de mujeres, de jóvenes y de derechos humanos” (15)

 

En estas redes y articulaciones ha ido surgiendo la necesidad de intercambiar información e ideas, debatir problemas comunes, coordinar acciones, buscar salidas. De ahí que se plantean la comunicación como un asunto práctico que deviene de la necesidad de intercomunicarse en forma regular y difundir los pronunciamientos y comunicados. Es por esta razón que tempranamente se comienza a explorar y a utilizar el correo electrónico a comienzos de la década de los 90, pues resultaba más barato que el teléfono y el fax. Pero también se va ubicando la importancia de la comunicación para influir en la opinión pública con el objetivo de “sensibilizar y ganar simpatizantes para la causa”. Esto supone superar la visión instrumental de la comunicación, “circunscrita a la utilización del medio, del instrumento, que lleva a sobredimensionar la relación e incidencia en los medios tradicionales, como transmisión de información o como un mecanismo de relaciones públicas o promoción de la organización o de los dirigentes”. (16)

 

De manera intuitiva, varias organizaciones se acercan a una visión de la comunicación como un proceso participativo, democrático, horizontal, multidimensional y articulador que implica diálogo e interacción. Pero el aporte fundamental de los movimientos sociales a la comunicación es que éstos la asocian con sus propuestas de diversidad cultural y lingüística, con su identidad, solidaridad, intercambio y defensa de lo colectivo, en contraste con la cultura del individualismo, el consumismo y la competencia, tan en boga en las últimas décadas.

 

Poco a poco, en las organizaciones y movimientos sociales del continente se presenta la necesidad de definir estrategias y políticas de comunicación entendidas como un conjunto de principios, voluntades y decisiones que definen y orientan el rumbo de la comunicación de una organización. En términos prácticos, las definiciones estratégicas se concretan cuando las organizaciones y movimientos sociales deciden crear medios propios, lo cual es visto como la única posibilidad de romper o al menos disminuir la dependencia con los grandes medios tradicionales que frecuentemente recurren al ocultamiento, la manipulación o a la estigmatización de los movimientos sociales. La decisión de crear medios propios implica comunicarse “con voz propia”, tanto con sus bases como con la sociedad, sin filtros ni intermediarios que puedan distorsionar sus mensajes. Pero además implica priorizar, buscar y dedicar recursos –siempre escasos- tanto para asegurar el funcionamiento de los medios propios como para la formación de los cuadros que se harán cargo de éstos. En el caso de Brasil, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra ha montado varias radios en los acampamentos, el periódico Journal Sem Tierra que surge con el mismo Movimiento, la revista Sem Terra que se dirige a un entorno interesado en la Reforma Agraria, el sitio Web http://www.mst.org.br/. Además participa, junto con otras fuerzas sociales, en el proyecto del semanario Brasil de Fato. El MST también emplea otras formas de comunicación que son igualmente importantes como son la comunicación cara a cara, las asambleas, las representaciones teatrales y la música.

 

En aquellos países en donde no es posible la creación de medios propios, los esfuerzos se han centrado a contratar y producir programas principalmente en las radios comerciales y a buscar alianzas con periodistas y medios alternativos.

 

Además de la prensa escrita, la radio y otras formas y mecanismos de comunicación, las organizaciones se apropian de la Internet de forma paulatina y de manera diferenciada en cada país. Esta apropiación reviste características especiales, pues la Internet, al inaugurar la comunicación electrónica multimedia, establece diferencias sustanciales con las formas anteriores de comunicarse. En efecto, la comunicación multimedia permite sintetizar en una sola plataforma digital la comunicación escrita, auditiva y audiovisual, que antes se desarrollaba en soportes separados, por lo que ha dado origen a un nuevo modelo de comunicación que cambia las formas de recoger, producir, distribuir y utilizar los mensajes informativos.

 

La Red de redes coloca a disposición de las organizaciones sociales –como del público en general- la posibilidad de una comunicación inmediata, casi instantánea, permitiendo conectar a la velocidad de la luz los distintos puntos del planeta y enlazando en tiempo real, la esfera local a la esfera global. Asimismo, los sitios Web están disponible las 24 horas del día y pueden ser modificados y actualizados permanentemente.

 

Potencialmente, las nuevas herramientas tecnológicas permiten a las organizaciones sociales crear sus propios medios de bajo costo, de alcance universal, con un espacio casi ilimitado para archivar y colocar informaciones. Esto, sin embargo, depende de las posibilidades de acceder a la red, del equipamiento con que cuentan, de la comprensión y de las capacidades para manejar la tecnología y del grado de importancia y de los recursos que éstas le otorgan.

 

Más que por “novelería” o por “un efecto contagio”, las organizaciones van incorporando la Internet para responder a las demandas que implica su participación en espacios y procesos internacionales como foros, campañas, luchas conjuntas. El hecho de que las luchas sean cada vez internacionales debido a que los efectos de la globalización neoliberal afectan a todos, determina la necesidad de dar respuestas conjuntas -por ejemplo, en el caso de los tratados de “libre comercio”- superando los niveles locales y nacionales. En este marco, se intensifican los intercambios y los flujos de información bi y multidireccionales y el empleo de la comunicación electrónica se vuelve una necesidad sino se quiere quedar aislado.

 

En este contexto, “el acceso a Internet ha llevado a las organizaciones a redefiniciones dentro de sus procesos comunicativos, no solo porque ha reemplazado el uso que antes hacían de otros medios y recursos técnicos (como el fax, la máquina compouser, etc.), sino por la nuevas posibilidades que brinda, tanto en el marco de las interrelaciones (internas y externas). Así el uso del correo electrónico, de las listas de intercambios y distribución y de las páginas Web ha pasado a ser parte de sus quehaceres cotidianos para intercambiar informaciones, compartir ideas y propuestas, organizar eventos y manifestaciones públicas, denunciar y expresar solidaridad. Todo ello, obviamente de manera muy singular en cada organización y conglomerado”. (17) Para las organizaciones sociales, las TIC traen nuevos desafíos para gestionar las informaciones y poder discernir cuáles son útiles para sus propósitos y deben ser compartidas en un medio en que la sobreinformación es la regla.

 

Cabe agregar que estas redes sociales se diferencian de las redes virtuales porque estas redes sociales reales, que incluso han existido antes del aparecimiento de la Internet, se apropian de la tecnología en función de sus propias dinámicas y necesidades.

 

En este contexto surge la Comunidad Web de Movimientos Sociales/Minga Informativa, cuyo medio de difusión es el portal Web: www.movimientos.org , el cual se complementa con la lista electrónica Pasa la Voz. En esta participan las siguientes coordinaciones y redes sociales:

 

- La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC.

- El Frente Continental de Organizaciones Comunales (FECOC)

- La Red de Mujeres Transformando la Economía (REMTE)

- El Grito de los Excluidos/as.

- La Asamblea de Pueblos del Caribe (APD)

- El Diálogo Sur-Sur GLTB.

- La Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas (RMAA).

- El Enlace Indígena.

- La Agencia Latinoamericana de Información (ALAI)

- La Red COMPA (A través del Centro Memorial Martín Luther King de Cuba)

 

Nacida en el 2000 a partir de una lógica de pool o trabajo colectivo en la cobertura de eventos internacionales, tales como el Congreso del MST y el Grito de los Excluidos en el 2000, el Foro de las Américas contra el Racismo y la Conferencia Mundial contra el Racismo y Congreso de la CLOC en 2001, el Foro Social Mundial y la Jornada Continental contra el ALCA en 2002, la CWMS/Minga Informativa se ha venido reafirmando como una de las expresiones más relevantes de los movimientos sociales en el campo de la comunicación. Su trabajo informativo, que se basa en una lógica de cooperación y solidaridad y no de competencia, surge para dar una respuesta práctica a la necesidad de alcanzar mayor fluidez informativa e incursionar con voz propia, destacando el protagonismo de los movimientos sociales, y sin supeditarse a lo que digan los medios de información.

 

El trabajo de comunicación colectivo en la cobertura de campañas, foros y eventos durante años ha repercutido positivamente tanto al interior de las redes y organizaciones como fuera de ellas, pues ha demostrado, que es factible concretar “la otra comunicación” bajo nuevos métodos y parámetros. La CWMS/Minga Informativa fortalece la capacidad comunicacional de las instancias participantes, a la vez que plantea la construcción de una agenda social en esta materia.

 

Para concluir se puede decir que, reconociendo el aporte de la Internet para desarrollar la capacidad comunicacional de las organizaciones sociales, es preciso adoptar un enfoque crítico que permita establecer los límites de esta herramienta y desmitificar el discurso tecnologista y mercantil que aprovecha el deslumbramiento general que ha provocado la Internet para “vender” la globalización neoliberal. “Este discurso promocional pretende atribuir a Internet características propias como si fueran inherentes –transparencia, horizontalidad, interactividad, acceso ilimitado al conocimiento, etc.- cuando no pasan de ser potencialidades (entre muchas), cuya realización efectiva está supeditada a los intereses, juegos del poder y contradicciones sociales que inciden en las formas que vertebran su desarrollo y sus usos”. (18)

 

Más allá del fascinación que provocan las tecnologías de la información y de la comunicación y del discurso que sobredimensiona su papel, el reto es definir estrategias y políticas de comunicación, lo que implica asumir compromisos programáticos y políticos para “democratizar la palabra” y luchar por los derechos de la comunicación que son la base y están interrelacionados con los demás derechos humanos. En este camino, es indispensable impulsar una plataforma que valore diferencias y la diversidad, desenmascarar el discurso hegemónico, impulsar la creación de regulaciones y la fiscalización del sistema mediático, promover los medios comunitarios y de servicio público, promover y apoyar la labor de las veedurías y observatorios ciudadanos de la comunicación y la información, en definitiva apuntar a cambiar la estructura del sistema mercantilizado de información, como son los postulados de la Campaña Continental por los Derechos de la Comunicación en la que participan asociaciones, redes y agencias de información latinoamericanas y caribeñas.

 

El reto es construir un tejido comunicacional propio y apuntar a la construcción de una fuerza social organizada que exija derechos en este campo y que reivindique los espacios públicos, intentado frenar las políticas neoliberales de privatización y liberalización que favorecen a los conglomerados mediáticos y a sus aliados locales.

 

- Eduardo Tamayo, periodista e investigador de ALAI.

 

- Ponencia presentada en el encuentro “Colombia: diálogo cultural y TIC para el fortalecimiento de los procesos comunitarios”, Santiago de Cali, Colombia, 24 y 25 de noviembre de 2005.

 

Notas

 

(1) De Moraes, Dénis (2003) O capital da midia na lógica da globalizaçâo, Por uma outra comunicação, midia, mundialização cultual e poder, Río de Janeiro, Editora Record.

 

(2) Tras la compra de la filial de Bellsouth en Argentina a mediados de enero del 2005, la empresa española de telecomunicaciones completó una operación de dominio en diez países latinoamericanos que arrancó en marzo de 2004. Ver: OMAL “Telefónica Móviles afianza su estrategia de expansión en Latinoamérica”, http://alainet.org/active/7547〈=es, 2005-01-21

 

(3) Rogério Christofoletti, “Dez impasses para uma efetiva crítica de mídia no Brasil”, http://www.saladeprensa.org/ 2004-01-31

 

(4) Ramonet Ignacio, “El control de Internet”, http://www.mondiplo.com/isum/Direct.jsp?ISUM_Shortcut=MONDIPLO_EDITORIL

 

(5) El vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, Néstor Busso señala que la ICCAN maneja cuatro áreas básicas: 1) adjudica los nombres de dominio (es decir, las terminaciones .com, .org, .edu, .gov, etc.) y el código de cada país, 2) Concede los números de protocolos de Internet (llamados IP), que son 12 dígitos que llevan cada computadora para ser reconocida por otra; 3) Controla los “servidores raíz” que analizan las equivalencias de los IP y los dominios para que el tráfico fluya en orden y 4) Controla los “standards técnicos” para asegurar la interoperatividad de toda la red. Busso Néstor, “Estados Unidos Vs. el Mundo terminó en empate”: http://alainet.org/active/9778〈=en, 2005-11-16)

 

(6) “Obstáculos planteados por el orden internacional vigente”: http://www.cubaminrex.cu/Sociedad_Informaciom/Cuba_TIC/Obstaculos.htm

 

(7) El 20% más rico de la población mundial acapara el 93,3% de los accesos a Internet, frente al 20% más pobre que apenas tiene el 0,2% de las líneas, PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU 2004, Ediciones Mundi-Prensa.

 

(8) Seán Siochrú, “Los derechos a la comunicación y la campaña CRIS”, América Latina en Movimiento, N° 399-400, Quito, ALAI, 2005-10-12.

 

(9) Decir la verdad se paga con la vida. Durante 2004, en el mundo fueron asesinados 117 trabajadores de la prensa, de los cuales 20 correspondieron a América Latina. En los primeros cuatro meses de 2005, el número de reporteros latinoamericanos muertos ascendió a 8, según la Federación Latinoamericana de Periodistas. Uribe Hernán, “En 2004 asesinaron a 117 periodistas. Veinte de ellos de América Latina” http://alainet.org/active/7391〈=en 2005-01-09

 

(10) Beltrán Salmón Luis Ramiro, “La ética periodística en Bolivia: situación y perspectivas”, http://www.saladeprensa.org/ 2004-02-27

 

(11) En las últimas décadas se ha desarrollado en la región una serie de iniciativas para democratizar las comunicaciones que incluyen: redes de comunicación alternativa y comunitaria, veedurías y observatorios de medios, movimientos de software libre, grupos que promueven la diversidad y la equidad de género, el movimiento de las radios comunitarias o populares que luchan por la democratización del espectro radioeléctrico, los movimientos de consumidores, las redes que promueven los derechos a la comunicación, iniciativas periodísticas para defender el rol de la comunicación como servicio público, iniciativas de alfabetización mediática, redes de videastas jóvenes, entre otros.

 

(12) Burch Sally; León Osvaldo; Tamayo Eduardo (2005) “Comunicación en movimiento”, Quito, ALAI, abril.

 

(13) Ibid, p. 23

 

(14) Zibechi Raúl, “La comunicación nomade”, América Latina en Movimiento, N° 399-400, Quito, ALAI, 2005-10-12.

 

(15) Burch Sally; León Osvaldo; Tamayo Eduardo (2001) “Movimientos sociales en la red”, Quito, ALAI, septiembre.

 

(16) Burch Sally; León Osvaldo; Tamayo Eduardo (2005) “Comunicación en movimiento”, Quito, ALAI, abril, p. 38

 

(17) Ibid, p. 184

 

(18) Ibid, p. 224.

 

 

 

https://www.alainet.org/fr/node/113648
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