Bienvenido al mundo real, Sr. Oppenheimer

El resurgimiento indígena es invencible

17/04/2005
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  • Opinión
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Es un buen indicador del imparable avance del movimiento indígena continental, que el afamado periodista Andrés Oppenheimer haya dedicado su programa televisivo del 03 de abril al tema: ¿Se viene la rebelión indígena masiva en Latinoamérica? ; y poner en la pantalla de muchos millones de televidentes hispanohablantes de América a líderes indígenas como Juan León de Guatemala, Salvador Quishpe de Ecuador y al abogado indígena Diego Cadenas de Chiapas, México, a los cuales es necesario también felicitar porque ese día demostraron el porqué la madurez política y el avance en el discurso indígena contemporáneo está consiguiendo grandes avances en las movilizaciones y organización de nuestros pueblos. Pero habría que aclarar algunas sutilezas del famoso periodista, como de otro de sus invitados, el Sr. Carlos A. Montaner, ambigüedades que se deben evitar en estos importantes diálogos interculturales. “Bienvenido al mundo real... todos los presidentes prometen lo contrario de lo que van a hacer...”, Andrés Oppenheimer parece repetir el tema recurrente que tanto mortificó a los “pieles rojas” cuando firmaban los tratados de paz con el hombre blanco y después de “traicionados” se percataban que “el mundo real”, no era aquel que exigía guardar cierta congruencia entre la conciencia del ser humano y la realidad objetiva, sino que “mundo real” para el hombre blanco es el que él impone a sangre y fuego y en el que la mentira y el engaño, si son políticas, son herramientas válidas, legítimas y hasta “éticas”. Pero esta “bienvenida” de Oppenheimer al Diputado Quishpe del Ecuador, parece reforzar otro principio de gobernabilidad, que el “hombre blanco” latinoamericano sostiene y no quiere cambiar sobre su precaria “democracia representativa” inherente a sus Estados criollos; en palabras también de Oppenheimer en aquel programa del domingo 3 de abril: “...la democracia representativa es eso... es, representativa, el Presidente electo, los congresistas electos, son representantes del pueblo para firmar tratados con quien quieran... sobre lo que quieran... por eso cada cuatro años, cada seis años hay elecciones”. En resumen: es justo y normal que primero, mientan como candidatos y luego de elegidos, ¿pueden hacer lo que les da la gana?...¡que ridícula sería la democracia occidental!. Pero, reconocer esto del “poder absoluto” como base del contrato social y de la democracia, es retroceder hasta mediados del siglo XVII en que T. Hobbes y Espinoza, defienden la delegación del poder en forma absoluta y a contra corriente de la reforma calvinista que publicó en 1579 en Ginebra las “Vindiciae contra Tyrannos” que sostenía la doctrina del contrato social como reivindicación del derecho del pueblo para rebelarse –es decir violentar “el orden”de todo rey o Estado “tirano” que no cumpla las obligaciones del “contrato originario”. Posteriormente Locke, Hume, Rousseau, Kant, Hegel y muchos otros desarrollan el fundamento de la moderna democracia, con un concepto de representatividad siempre condicionado al cumplimiento contractual de obligaciones y compromisos constitucionales, de lo contrario se legitimaba el derecho del pueblo a la insurgencia. Esto es lo que diferencia a las democracias modernas, del absolutismo, de las autocracias y del despotismo político, que usan las minoritarias oligarquías políticas criollas que han monopolizado los Estados en Latinoamérica desde su creación. Contra ese poder ilegítimo de representantes de minorías; y peor aun, de cartas constitucionales que no han tomado en cuenta y han excluido flagrantemente a los pueblos indígenas, es que ahora, nuestros pueblos insurgen legítimamente, exigiendo contratos sociales no excluyentes. En estos programas de “diálogo de culturas” de gran alcance internacional el conductor debería cuidarse de no caer en extremos o extremismos. Claro que la sutileza mediática nos puede hacer comulgar con ruedas de molino. Por ejemplo, el nombre mismo del Tema: “¿Se viene la rebelión indígena masiva?”, pregunta que de tanto repetirla parecía ya una afirmación alarmista; o también “¿porqué los indígenas están pidiendo privilegios?”, ¿Acaso se puede proponer el contrasentido de que los indígenas intenten pasar de su situación de extrema pobreza, de miseria, a una situación de privilegio?, o también, “¿Porqué los indígenas quieren decidir fuera del ámbito del voto?”, esto hace pensar inevitablemente que los indígenas –en general- están pensando en la lucha armada; u otra pregunta con sabor a alarma: ¿Se esta gestando en Latinoamérica un movimiento fundamentalista?. Por favor, es ridículo asemejar a Evo Morales con Bin Laden, porque para comenzar este último fue producto de la CIA norteamericana; ¿Acaso “sembrando” estas semejanzas la intención es generar “vacunas” o fobias anti-indígenas? En este tema, como en muchos otros, no hay porqué ser alarmista; pero tampoco exageradamente triunfalista, como el Sr. Montaner que en un arranque de entusiasmo eurocéntrico, dijo que todo el mundo será pronto “occidental”, porque “esa tendencia es imparable... la unificación (sic) del planeta en torno a una cultura, como estamos viendo en china, en la india, puede ser (sic) muy conveniente para terminar con la pobreza y la postergación...”. Esta frase última es una muestra de que el refinado fundamentalismo occidental es una corriente que funge de invisible. También dijo Montaner que Chile por su experiencia en TLCs es el país “más exitoso desde el punto de vista económico en AL”; ¿Desconoce acaso los graves conflictos que tiene el pueblo Mapuche con el Estado chileno, denunciados últimamente en la ONU? Pero lo pésimo de Montaner fue combinar las exageraciones con las afirmaciones de mala fe; por ejemplo cuando afirma: “El Estado no puede financiar particularismos étnicos...”; ¿Cómo que no puede? y entonces ¿Qué han hecho los Estados L.A. desde su creación sino engordar las arcas de los criollos excluyentes y centralistas? ; ¿A dónde ha ido a parar la mayor parte de la ingente deuda externa que pesa sobre L.A., sino a las cuentas bancarias de las oligarquías criollas? Pero la pregunta mas sutil y absurda de Montaner fue: “¿No hay una cosa terriblemente peligrosa en darle a la sangre, a la herencia biológica un valor que realmente nos puede llevar al fascismo...no hay un peligro en eso?. En primer lugar la reivindicación indígena no es asunto “zoológico”, o sea, no es racial, ni lo mas importante es lo étnico, es fundamentalmente una reivindicación histórica, cultural y civilizatoria. Con justa razón el Diputado Quishpe calificó la intervención de Montaner como una “provocación”. Y sí pues, las sociedades Inka, Azteca y otras sociedades indígenas americanas, SON CIVILIZACIONES y junto con sus pueblos no están muertos y esto no es para asustarse, sino todo lo contrario, la supervivencia del ser humano requiere proteger y potenciar la biodiversidad dentro de la cual la diversidad cultural es parte fundamental. Las razones y argumentos les sobran a los expertos en el tema y seria excelente que el Sr. Oppenheimer dedique uno o varios programas a este tema interesantísimo, para despejar ese fundamentalismo que anida en ciertos occidentales que creen que la homogeneización cultural, sería una buena eutanasia para los 5,700 millones de humanos postergados y excluidos de la llamada globalización y que por sus vicios inherentes, solo beneficia a una minoría. Pero antes de pasar a este tema de fondo sobre lo planteado por Evo Morales y repetido en el mencionado programa, quisiera escribir algunas palabras sobre el tema esbozado por Oppenheimer al tratar de identificar a: “Indigenistas” como “dirigentes politizados” y como “peligrosos ingenieros sociales” (en el concepto “gancho” que uso Montaner), que según dijo: “... tratan de llevar a los grupos contra su propia voluntad a un terreno a donde no quieren ir, o tratan de disgregar a los grupos, porque suponen que les conviene mas vivir de una mejor o peor manera... ” Suponemos que están hablando de algunas iglesias, religiones o grupos “socialistas” fundamentalistas como el Sendero Luminoso. Pero, es que acaso siguen creyendo que ¿Los indígenas no saben lo que quieren? o que ¿Se puede llevar como “borregos” a pueblos enteros y en masa por caminos que no sean los suyos propios?. Pensar así, fue el trágico error del Sendero Luminoso que costo mas de 70,000 muertos a los pueblos indígenas del Perú, sometidos al fuego cruzado de dos fuerzas que no lograban ponerlos bajo su control. Pero adjudicar esos mismos métodos a los dirigentes indígenas y con esto tratar de deslegitimarlos, es absurdo (los dirigentes indígenas no deben ser confundidos con los “indigenistas”, ya que estos constituyeron un fenómeno social diferente, ajeno a nuestros pueblos). Entonces están demás las preguntas absurdas como ¿Qué es lo que más les conviene a los indígenas, la asimilación o la profundización de la cultura indígena? , como si esta última opción solamente fuera una aspiración de los dirigentes “politizados” o presuntamente motivados por “ingenieros sociales”. Y sería bueno, si quieren una respuesta normal, que les pregunten a los argelinos, a los palestinos, vascos o judíos, a los ingleses, Kurdos o Pakistaníes, o a cualquier otro pueblo digno, ¿Habría algún motivo o justificación para que algún pueblo quiera o “le convenga” su disolución a favor de otra identidad? Esta pregunta es impropia e inadmisible para un pueblo digno. Los indígenas no aspiramos sino a la igualdad de derechos entre los pueblos. Pero esto parece que es mucho pedirles a los occidentales. Acerca de los “disparates”, que según Andrés Oppenheimer, dijo Evo Morales; si analizamos una y otra vez el video del programa, NO HAY las palabras que luego “siembran” en la boca de Evo; pues el líder indígena dijo textualmente: “...hay una confrontación de dos culturas, una cultura de muerte representada por la cultura occidental y la cultura de la vida representada por los indígenas... entonces nosotros no somos enemigos de occidente, sino que occidente debe cambiar de modo de vida...” antes de terminar de decir esto ya los editores del programa insertaron un cartelito en la parte baja de la pantalla que sentenciaba lo que Evo no dijo: “La cultura de occidente, es la cultura de la muerte”. Para cualquier buen escucha o buen lector, Evo está hablando de modelos de vida “representados”, como cuando la iglesia católica dice “luchar por una cultura de paz, representada por la iglesia”; de lo contrario Evo no tendría porque haber dicho: “...entonces nosotros no somos enemigos de occidente”. En conclusión, si alguien dijo un “disparate total” en aquel programa fue su mismo conductor. Querer destruir la opresión de una civilización sobre otra, no es querer destruir esa civilización, salvo que esta redunde en su intolerancia de no compartir el espacio con “otras culturas diferentes”. Es decir, no son pocos los autores y filósofos occidentales que sostienen que esta intolerancia y belicismo es la esencia más profunda de la civilización occidental. Y muchos indígenas creemos que la raíz de todo espíritu excluyente y fundamentalista es característica común a toda cultura monoteíca y patriarcal (Ver: “Una visión indígena de la violencia occidental”). Felizmente, y tal como aclaró el embajador guatemalteco y hermano Maya Juan León, ante un sorprendido Oppenheimer, la búsqueda de la complementariedad esta en la base de nuestra filosofía, lo cual aleja a nuestros pueblos indígenas de todo fundamentalismo y costumbres belicosas. Pero Occidente no debe sobre-estimar nuestra, paciencia histórica y probada capacidad para soportarlos. Finalmente los indígenas de la subregión andina tenemos muchas razones para estar contra el TLC-USA, porque de aplicarse el TLC en nuestros países su consecuencia directa será cuadriplicar el problema del aumento de las áreas sembradas de coca y como consecuencia la ampliación del narcotráfico; esto se explica porque los subsidios norteamericanos a sus alimentos que son vendidos a bajísimos precios en la subregión, compiten deslealmente con los precios de los productores locales, desplazando así a los campesinos serranos a la siembra masiva de coca, con lo que se amplían cada vez mas las chacras cocaleras. Esta parece ser una política conciente de los EEUU para generar el despliegue del Plan Colombia en toda el área andina y con esto una guerra de ocupación directa. De lo contrario ya habrían aparecido en el senado norteamericano las leyes que prohíban los ingentes subsidios a sus agroexportaciones. Que es otro interesante tema que sugerimos investigue y denuncie el Sr. Andrés Oppenheimer en su importante programa televisivo continental.
https://www.alainet.org/fr/node/111780?language=es
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