IV Asamblea Mundial de la Vía Campesina:
Profundas soluciones para grandes problemas
17/06/2004
- Opinión
La existencia de la Vía Campesina tiene mucho que ver con
la globalización y las amenazas que esta coloca para el
mantenimiento de la vida en el campo, un ejemplo de ello
es la desaparición de una finca por minuto en Europa,
donde la Política Agraria Común pone en jaque todas las
formas de pequeña producción rural, para priorizar los
grandes intereses mercantiles.
Entre los resultados de este tipo de políticas que, con
distintos matices, se aplican en el mundo entero,
figuran: la evicción masiva de la población rural, el
desempleo, el empobrecimiento, y las consecuentes
migraciones, internas y externas.
La implantación de la llamada agricultura científica, es
decir desarrollada con semillas producidas en los
laboratorios de biogenética -las transgénicas u
Organismos Genéticamente Modificados –OGM-, socava toda
posibilidad de desarrollo propio y conjura contra el
desenvolvimiento del conocimiento campesino, ahora
privatizado a través del régimen de patentes –APDIC-, que
la Organización Mundial de Comercio impone.
África, Asia, Latinoamérica y el Caribe, están
condicionados, a través de distintos mecanismos, entre
ellos la rescisión de eventuales créditos de las
instituciones financieras internacionales, a apresurar su
incorporación total al enfoque neoliberal. El apuro en
la adopción de las reglas del libre comercio, tiene que
ver con el apremio de control absoluto de las zonas
rurales por parte de las corporaciones transnacionales y
del gran capital.
Bajo esas reglas de juego, estos últimos ganarían un
control absoluto, no sólo sobre el conjunto de la
producción alimentaria, sino también sobre los recursos
naturales, y hasta los elementos vitales: tierra, agua,
aire y energía, y colocaría, además, a toda la humanidad
en una situación de total dependencia.
De allí que, desde su fundación en 1993, la Vía Campesina
ubicó la lucha contra la globalización neoliberal y sus
instituciones al centro de sus preocupaciones. Al
concebirse como un movimiento internacional orientado al
desarrollo de una visión integral del mundo rural, basada
en la justicia social y la igualdad, el respeto de las
culturas campesinas y la ética humana, la solidaridad y
la autonomía, esta organización viene contribuyendo a
generar alternativas de alcance universal.
Para poner en práctica esta propuesta, la Vía Campesina
(que lleva a cabo su IV Conferencia del 14 al 20 de junio
en Sao Paulo) ha forjado conceptos y principios, tales
como el de soberanía alimentaria o el de reforma agraria
integral, y desarrollado iniciativas amplias como lo son
la campaña por la defensa de las semillas como patrimonio
de los pueblos, o las acciones directas contra la
mercantilización que imponen las transnacionales.
Según Rafael Alegría, Coordinador internacional, una de
las fortalezas de la organización ha sido su claridad en
la identificación de sus luchas, causas, propuestas y,
también, enemigos. La OMC es la primera en la lista de
estos últimos, pues su visión mercantil y su adhesión
incondicional a los intereses del capital y las
transnacionales, pone en alerta roja el mantenimiento del
campo como entidad social, para convertirla en una
fábrica de transgénicos, que emplaza todo principio de
vida humana y ecológica.
La reivindicación de mantener la agricultura fuera de la
OMC constituye una causa en sí y una fuerza movilizadora,
cuyas victorias acumuladas suscita incluso el desarrollo
de propuestas similares por parte de otros movimientos:
el de la pesca, la cultura, los servicios y otros, señala
Alegría.
Las propuestas y acciones directas de lucha contra las
transnacionales han generado la adhesión de distintos
movimientos sociales, que se suman a las campañas
convocadas por la Vía Campesina; iniciativas como la de
detener las negociaciones de la OMC y realizar una
auditoria social, han tenido un amplio eco en la
sociedad. Entre las victorias de esta lucha figura el
fracaso consecutivo de las negociaciones de la OMC, como
se vio en Seattle y Cancún.
Así, el balance es positivo, la Vía Campesina se ha
convertido en un referente de lucha contra la
globalización, su enfoque y análisis de contexto, en
actualización en el presente IV Congreso, se robustece
ahora con nuevas ideas y propuestas estratégicas, sobre
la Política Agraria Común europea, las luchas universales
contra el libre comercio, las resistencias a la
transnacionalización, las acciones de defensa de los
recursos y la diversidad, la igualdad de género y la
justicia para el mundo rural.
https://www.alainet.org/fr/node/110104
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