Gran liquidación: oligopolios 2003

09/02/2004
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Según datos del Banco Mundial, para 2003 se mantuvo la tendencia que inició con el nuevo milenio: de las cien mayores economías del planeta, 51 son corporaciones trasnacionales y 49 son países. Según su producto interno bruto (PIB), los países que encabezan la lista son: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Italia, Canadá, España, México, India, Corea, Brasil, Holanda, Australia, Rusia, Suiza y Bélgica. Sigue la cadena de supermercados Wal-Mart, con ventas por valor de 246 mil 525 millones de dólares durante 2002. Es mayor que el PIB de Suecia, Austria o Noruega. Luego se encuentran General Motors, Exxon Mobil, Shell, BP, Ford, Daimler Chrysler, Toyota, General Electric, Mitsubishi, Citigroup, ING Group, IBM y otras. Las petroleras y fabricantes de automóviles han estado por décadas entre las mayores economías del planeta. Se sumaron hace años las firmas de electrónica y los grandes grupos financieros, como aseguradoras y bancos. Desde comienzos de siglo, Wal-Mart se ha mantenido como la empresa más grande del planeta, rebasando a las anteriores. Otros megasupermercados escalan rápidamente: Carrefour, SA, y Royal Ahold tienen volúmenes de venta mayores que el PIB de países como Perú y Nueva Zelandia. Le siguen de cerca procesadoras de alimentos y bebidas como Nestlé y Vivendi e hicieron su entrada a las cien mayores economías globales las trasnacionales farmacéuticas, con Merck & Co en el puesto 99, según las ventas de 2002. Durante 2003, la fusión de los gigantes farmacéuticos Pfizer y Pharmacia aseguró un puesto mucho más arriba en la escala, colocándose 40 por ciento arriba de Merck en volumen de ventas. Desde 1990 a la fecha, las fusiones y adquisiciones empresariales multiplicaron diez veces su volumen. Estas fusiones se han dado tanto verticalmente (entre empresas del mismo rubro) como horizontalmente (entre diferentes rubros relacionados), resultando grupos de fortísimo poder económico, capaces de controlar enormes sectores de mercado, sea por volumen o por la dependencia creada al controlar una cadena de productos. Se complementa con el control oligopólico de las nuevas tecnologías y su convergencia (biotecnología, nanotecnología, informática, neurociencias), tanto en investigación como en aplicaciones industriales. El poder de estas megacorporaciones sobre los países, sus economías (inversiones, empleos, recursos, infraestructura, tecnologías, comercio internacional) y la definición de políticas que las favorezcan es enorme, por medios legales o ilegales. Wal-Mart, con una política de no permitir sindicatos y pagar salarios de hambre, es la compañía de ventas directas al consumidor más grande de Estados Unidos, Canadá y México. Desde 1995 se han iniciado en Estados Unidos 65 procesos legales por actividades antisindicales. El New York Times opinó en un editorial que la "wal-martización de la fuerza laboral... amenaza con empujar a miles de estadunidenses a la pobreza" (NYT, 15/11/2003). En México es actualmente el mayor empleador, bajo los nombres de Bodegas Aurrerá, Superama, Suburbia, los restaurantes Vips, El Portón y Ragazzi, los almacenes Sam's Club, Wal-Mart y Home-Mart. En los recientes dos años se han hecho también públicos casos escandalosos de engaños de las corporaciones al público, trabajadores, accionistas y contribuyentes. Enron, WorldCom, Tyco International se presentan como "manzanas podridas", cuando en realidad la corrupción y la podredumbre son elementos estructurales del sistema corporativo. Claro que es más probable ver en las listas de corrupción a gobiernos del tercer mundo: ¡cuántas veces son los mismos ejecutivos que pagan los sobornos los que informan de la corrupción! El Grupo ETC ha venido siguiendo estos procesos desde la década de los 70, particularmente en los rubros agrícolas y alimentarios. Primeramente, las empresas químicas adquirieron las semillas, para lograr la dependencia del agricultor al vender la semilla y el agroquímico en un paquete. Luego se fusionaron o hicieron acuerdos de cooperación con los sectores farmacéuticos, sobre todo a partir de compartir la investigación en biotecnología. El "sueño" de la dependencia lo plasmaron en los cultivos transgénicos con tolerancia a herbicida incorporada: ahora tres cuartas partes de los transgénicos en campo. Los nombres de las mayores empresas de agrotransgénicos muestran claramente el proceso: Monsanto, Syngenta (Novartis más AstraZeneca), Bayer, Dupont, Dow, cuyas ventas de biotecnología en 2001 superaron los 3 mil millones de dólares. Estas mismas empresas han extendido su poderío mediante compras o acuerdos con empresas de productos veterinarios, de genómica, biotecnología y ahora inversiones en nanotecnología. En el rubro veterinario, las ventas mayores son productos para mascotas, superando los insumos agropecuarios. Los farmacéuticos para humanos son patentados con otro nombre alegando uso veterinario, y las empresas inventan afecciones en las mascotas. Novartis vende un antidepresivo humano, con otro nombre, para atender la "ansiedad de separación canina". El departamento de salud animal de Novartis afirma que más de siete millones de perros en Estados Unidos sufren de ansiedad por separación. Pfizer vende productos para el mal de Parkinson, rebautizados para perros con "problemas de vejez". Entre los productos anunciados, hay medicamentos para la incontinencia en gatos y la "fobia a los truenos" de los perros... La concentración ocurre también entre las empresas de alimentos y bebidas, y finalmente entre los que venden todos estos productos directamente al consumidor: los supermercados, quienes por su volumen y amplitud de oferta (alimentos, farmacias, vestimenta, herramientas, etcétera) son capaces de poner condiciones a todos los anteriores. *La autora es investigadora del Grupo ETC. Artículo basado en el informe Oligopoly, Inc. www.etcgroup.org
https://www.alainet.org/fr/node/109363?language=en
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