La condena del pez gordo

16/12/2003
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Arnoldo Alemán
Foto: uniqentertainmentnews.blogspot.com
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La condena a 20 años de prisión al ex presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, por lavado de dinero, malversación de caudales públicos, peculado, asociación e instigación para delinquir y otros delitos marca un hito en la lucha contra la corrupción, más aún cuando se trata de un pez gordo que ha empleado todo tipo de artimañas para eludir la justicia.

 

Ganar las elecciones, entrar al poder y valerse de él para saquear los fondos públicos, es una fórmula que está en plena vigencia en estos tiempos neoliberales que corren por América Latina. De ello pueden hablar ampliamente decenas de mandatarios que tienen cuentas pendientes con la justicia como Menem, Fujimori, Collor de Melo, Mahuad, Bucaram, Carlos Salinas de Gortari, entre otros.

 

 Quizá por ello, la sentencia dictada por la jueza Juana Méndez condenando a Alemán sienta un precedente importante en la lucha contra la corrupción en la región, puesto que implica acabar con la impunidad y que los delincuentes de cuello blanco reciban el castigo que se merecen.

 

El fallo judicial dictamina que el ex mandatario nicaragüense no solo deberá pagar largos años de prisión por los delitos cometidos sino también una fuerte multa -17 millones de dólares- correspondiente al doble del valor de los bienes que fueron objeto del proceso, además de que dejará de ser diputado de la Asamblea Nacional durante el tiempo que dure la condena.

 

Pero la sentencia no deja a todos satisfechos por dos razones: el lugar de detención de Alemán no será una cárcel común y corriente sino su lujosa residencia ubicada cerca de Managua en la que goza de muchas comodidades. Esto por lo menos hasta que la jueza decida lo contrario basándose en un informe sobre su estado de salud que deberán emitir los médicos forenses.

 

El otro asunto que genera inquietud es que el brazo derecho de Alemán, Byron Jerez, fue absuelto argumentando que el solo cumplía órdenes de su superior, siendo que merece la misma pena de 20 años dictada por Méndez contra Alemán pues "hechor y consentidor tienen la misma cuota de responsabilidad", según dijo a la prensa el contralor general del Estado, Luis Ángel Montenegro.

 

Pero la trascendencia de esta sentencia deviene también de que Alemán no es un reo cualquiera sino un pez gordo con un enorme poder económico e influencia política en su país. Alemán rescató de las cenizas al Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en 1989 y en 1990 apoyó la candidatura de Violeta Chamorro, de la Unión Nacional Opositora, que venció al candidato sandinista Daniel Ortega. Fue alcalde de Managua y Presidente de la República (1997-2002) y en las elecciones generales de 2001 su partido volvió a ganar colocando en la Presidencia al actual mandatario Enrique Bolaños, el cual, sin embargo, se negó a seguir sus órdenes, generándose una rivalidad y un conflicto de liderazgo que se mantiene hasta la actualidad.

 

Como meteórica fue la carrera política de Alemán, de la misma forma fue la evolución de su fortuna personal. El patrimonio de Alemán aumentó de 26.000 a un 1 millón de dólares entre 1990 y 1997, según revelaba el ex contralor Agustín Jarquín en 1999, quien fue encarcelado por unas semanas por su "osadía" de abrir una investigación sobre los malos manejos de Alemán.

 

Otros datos, indican, sin embargo, que hacia el 2001 su fortuna había aumentado a 250 millones de dólares, según diputados liberales disidentes. Para acumular este gran capital, Alemán creó sociedades fantasmas en Panamá, ordenó la transferencia de fondos al exterior para comprar un helicóptero y financiar las campañas electorales del PLC, según denunció durante el proceso Byron Jerez, el antiguo socio de Alemán.

 

Mientras Alemán se embolsaba los dineros públicos, Nicaragua se sumía en la más grave crisis de su historia, con indicadores de pobreza, desempleo y necesidades insatisfechas que la han llevado a este país a descender a los últimos lugares del continente junto con Haití, Honduras y Bolivia.

 

Un pacto que le dio inmunidad

 

 Otrora enemigo declarado de los sandinistas, Alemán en el 2000 firmó un cuestionado pacto con la cúpula del FSLN presidida por Daniel Ortega para reformar la Constitución y la ley electoral que permitía, además de repartirse los cargos de las instituciones del Estado (Poder Judicial, Función Electoral, etc.) con los sandinistas, asegurarse inmunidad y una diputación vitalicia que en el futuro le será de gran utilidad.

 

En efecto, a comienzos del 2002, tras entregar el mando a su sucesor Enrique Bolaños, Alemán no solo se convirtió en jefe del mayor bloque de diputados sino que asumió la Presidencia de la Asamblea Nacional, desde donde movió cielo y tierra para salvarse. Tras ser procesado, desaforado de la Asamblea, y arrestado por la justicia, Alemán, continuó, desde su lugar de detención, dirigiendo, celular en mano, los destinos de su partido e influenciando en el Parlamento a través de sus testaferros.

 

Desde que asumió la Presidencia Bolaños, el caso Alemán ha copado la atención pública y ha sido objeto de forcejeos y negociaciones entre las distintas fuerzas políticas que gravitan en la vida política nicaragüense. La lucha contra la corrupción es una demanda fuertemente arraigada en la sociedad civil.

 

Bolaños , con el apoyo de Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales, hizo de la política anticorrupción uno de sus ejes centrales, aunque su propuesta no ha tenido mayor credibilidad pues él también ha estado "enlodado" en los escándalos de corrupción. "Si Bolaños acusaba a Alemán y a los suyos de lavar dinero, Alemán le acusaba a Bolaños y a los suyos de beneficiarse de la lavandería", es decir, de sobresueldos y fondos que llevaron a Bolaños y a los suyos al poder, decía en su entrega 246 (septiembre 2002) la revista Envío de la Universidad Centroamericana.

 

 Si bien análisis periodísticos indican que Bolaños sería uno de los beneficiarios de la condena a Alemán en la medida en que éste quedó fuera de los círculos de poder y que el mandatario podría conseguir apoyo político de los diputados liberales afines a Alemán, esto no ha contribuido a mejorar sustancialmente su imagen ya que, según una encuesta revelada el 9 de diciembre, un 87% de la población calificaba a la gestión de Bolaños de regular o mala, mientras que un 77% pensaba que es un personaje ambiguo en sus acciones.

 

Cabe indicar que durante su mandato de casi dos años, Bolaños ha respondido dócilmente a las demandas de Bush en el caso Irak -incluso con el envío de tropas a ese país- y ha cumplido las exigencias del Fondo Monetario Internacional, intentando acceder a la Iniciativa de Alivio a Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC) para reducir la deuda externa que asciende a 6.400 millones de dólares.

 

Mientras tanto, las políticas de corte asistencialista impulsadas a través de la Estrategia Reforzada de Crecimiento Económico y Reducción de la Pobreza 2001-2015 no logran, ni de lejos, resolver los agudos problemas sociales. Los indicadores señalan algunos retrocesos: en 2003 quedaron fuera de las escuelas unos 840.000 niños/as, el desempleo llegó al 13% de la población económicamente activa y el subempleo involucró al 36% de la misma, lo que quiere decir que la mitad de la población carece de empleo estable con salario justo. El gasto público en salud descendió de 50 dólares por habitante en 1983 a 16 dólares en 2000. Se incrementó la desnutrición y la mortalidad infantil. Por otro lado, la balanza comercial registró un déficit de 100 millones de dólares, que es cubierto con préstamos, cooperación y remesas de más de 1 millón de nicaragüenses que trabajan y viven en el exterior (*).

 

Libertad no negociable

 

El papel jugado por el FSLN ha sido clave en el caso Alemán, pues este partido mantiene un importante peso en la Asamblea Nacional (con 38 escaños) y en el Poder Judicial, a tal punto que la jueza que condenó a Alemán es de filiación sandinista. Si bien el FSLN jugó un papel importante en el desaforo, el procesamiento y condena a Alemán, sectores críticos del propio FSLN y de la sociedad civil han cuestionado las negociaciones que emprendió Daniel Ortega con Alemán a través de las cuales se pretendía llegar a un pacto político para seguir manteniendo las cuotas de poder en las distintas instituciones estatales, en momentos en que Bolaños, apoyado por Estados Unidos, maniobraba para desmantelar la influencia que el FSLN mantiene en el poder Judicial. Fue precisamente el rompimiento de estas negociaciones, lo que precipitó la decisión de la juez Juana Méndez de dictar sentencia en este caso.

 

La ex diputada sandinista Mónica Baltodano dijo que Daniel Ortega actuó de manera oportunista en todo el proceso contra Alemán para sacar provecho propio. "La condena a Alemán cierra una etapa importante de la lucha anticorrupción con sabor amargo porque fue enturbiada por una lucha intestina entre el gobierno, el PLC y el FSLN", agregó Baltodano.

 

El ex vicecanciller Víctor Hugo Tinoco, uno de los miembros de la dirección del FSLN que no forma parte de los allegados de Ortega, fue más lejos y le dijo al Nuevo Diario de Managua que Daniel Ortega se olvidó que después de Somoza, Alemán es el símbolo más repudiado por el sandinismo y por un sector de la población no sandinista, agregando que "el FSLN ha rozado la línea de la traición a sus principios. Se ha acostumbrado a que todo es negociación y eso es un grave error. La libertad de los corruptos no es negociable y menos cuando eso se hace sin consultar a las bases del FSLN".

 

(*) Datos extraídos de Nicaragua. Entre la corrupción y la exclusión, de Luis Sierra, Nueva Sociedad, No 187, Caracas septiembre-octubre 2003

 

https://www.alainet.org/fr/node/109284
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