Riesgos de crisis financiera en América Latina

Moratoria de Bonos Brady

14/09/1999
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En el mundo globalizado de ahora, quizá las mujeres indígenas de Otavalo, una ciudad a dos horas de Quito, no se habrían imaginado que su caminata a mediados de julio, realizada para exigir la revocatoria de las medidas económicas, habría de tener importantes repercusiones a nivel internacional. Un mes después de esta acción política, el gobierno ecuatoriano era el primero en toda América Latina, que se vio obligado a declarar una moratoria no explícita de los Bonos Brady y una renegociación de su deuda externa. Esta marcha indígena fue la culminación de dos semanas de protestas a inicios del mes de julio, en las que participaron, de manera diversa, distintos sectores de la sociedad civil y que finalizaron cuando el gobierno demócrata-cristiano de Jamil Mahuad decidió dejar sin efecto los paquetes de medidas económicas impulsados para affrontar la crisis. El presidente Mahuad ha tenido que enfrentarse con la peor crisis en lo que va del presente siglo: a los factores externos como la caída de los precios internacionales del petróleo, el fenómeno climático del Niño, los efectos de la crisis financiera internacional, sobre todo la de Brasil, habrían de sumarse los errores en la conducción y manejo de la crisis. La banca gana A inicios de año, el gobierno, en un acto de grave irresponsabilidad, decidió sacrificar cerca de un 40% de su Reserva Monetaria para salvar de la crisis a uno de los mayores bancos del país, el Filanbanco. Tomando en cuenta que dentro del modelo macroeconómico vigente, el tipo de cambio está íntimamente vinculado a la inflación y a la tasa de interés, esta decisión gubernamental auspició la especulación sobre la moneda nacional que, en apenas dos meses, perdió su valor en más de un cien por ciento, disparando la inflación al 65% y elevando las tasas de interés sobre el 90% anual. Pero al Filanbanco habrían de sumarse uno a uno casi todos los bancos del sistema financiero. En los medios de comunicación, la ciudadanía contemplaba la manera por la cual se había construido el poder de los grupos financieros a través de dolosos y fraudulentos manejos financieros. La figura utilizada por los bancos era la de los "préstamos vinculados", es decir, préstamos que el banco realizaba en condiciones bastante ventajosas a empresas de propiedad de sus accionistas. La lógica subyacente era la de fortalecer y consolidar el poder económico de los grupos financieros que controlan la economía del país, y cuyo marco jurídico de acción fue concebido, justamente, por uno de los personajes más importantes del gobierno de Mahuad, Ana Lucía Armijos, ex-Ministra de Finanzas. Urgencia de recursos Frente a este escenario de crisis financiera y urgencia de recursos para cumplir los servicios de la deuda externa e interna, el gobierno de Mahuad, decidió un paquete de ajuste económico que incrementaba mensualmente el precio de los combustibles, además de futuros incrementos en los precios del gas de uso doméstico e incrementos en el impuesto al valor agregado. Pero las jornadas de julio, que incluso pusieron en peligro la estabilidad democrática del país, frenaron los afanes de socializar el peso de la crisis a través de medidas fiscales. Sin embargo, la necesidad de recursos para enfrentar la crisis constituye para el gobierno de Mahuad su prioridad más importante. La crisis de los bancos significa gastos por 1.600 millones de dólares, esto es, aproximadamente, un 8% del PIB. Además, el régimen necesita alrededor de 90 millones de dólares para cancelar los intereses de la deuda vencidos a fines de agosto, y cerca de 437 millones de dólares para cancelar los intereses de los Bonos Brady, hasta diciembre de este año. Si el gobierno no cancela estos valores de acuerdo a la programación establecida por los Bonos Brady, sería el primer país en declarar la moratoria de los Brady y el fantasma de una crisis financiera a nivel regional parecería inminente. De hecho, durante la segunda semana de julio y cuando las protestas arreciaban en Ecuador, el periódico norteamericano The Wall Street Journal, preveía ya los riesgos económicos y financieros de la crisis política de Ecuador. Los nuevos papeles Los Bonos Brady se constituyeron justamente para otorgar seguridad a los inversores institucionales y a los mercados financieros internacionales. Concebidos a inicios de los años 90 por el entonces secretario del Tesoro Americano, Nicholas Brady, el plan recogía las experiencias realizadas a mediados de los ochenta por James Baker, y establecía nuevas reglas de juego para la deuda latinoamericana. Los préstamos sindicados de la deuda externa se traducían en un nuevo papel, que reemplazaba a los anteriores, y que se denominó como bonos cupón cero, y que estaban colateralizados, es decir, respaldados por el tesoro americano. Estos nuevos papeles de la deuda habrían de conocerse como Bonos Brady, y sobre los cumplimientos de estos papeles las bancas de inversión calificaban las nuevas emisiones de bonos y de papeles que realizaban los gobiernos latinoamericanos. Si un gobierno quería que los papeles o los bonos que emitía sean calificados como triple "A" por estas bancas de inversión, una condición fundamental, definitivamente, era el cumplimiento irrestricto en los pagos de los bonos Brady. El más mínimo retraso o la más mínima amenaza de incumplimiento significaban un serio riesgo para las emisiones de papeles y bonos, lo que significa, de hecho, un riesgo para cuaquier gobierno que busque recursos frescos. De ahí que durante toda la década, los gobiernos se cuidaban al máximo de cumplir con el pago de los Bonos Brady. Es sobre esta seguridad, que los inversores institucionales, esto es, los Fondos de Pensiones, los Mutual Funds y las Compañías de seguros, principalmente, negocian los Bonos Brady de la deuda externa latinoamericana. Los Bonos Brady se suman de esta manera a las opciones de portafolio que tienen los agentes financieros especulativos internacionales, como por ejemplo: los stock options, las acciones, y las más de cuatrocientas variedades de productos derivados. Se trata de un juego especulativo en el cual cuentan las mínimas diferencias de tasas de interés, del diferencial de tipo de cambio, de los anuncios de megafusiones entre empresas multinacionales, etc. Al menor riesgo, los inversores institucionales venden sus papeles y compran otros más seguros y tan rentables como los anteriores. De hecho, ante el anuncio realizado por el gobierno ecuatoriano, los papeles de Argentina, y Brasil han descendido de valor al igual que sus monedas. ¿Nueva crisis financiera en la región? El anuncio de moratoria sobre los Bonos Brady tiene un peso significativo sobre la finanza especulativa mundial, pues ella entraña la presencia de un riesgo sobre un mercado frágil y altamente volátil, el mercado latinoamericano. Para los inversores especulativos los Bonos Brady perdieron la seguridad de antaño. Su búsqueda de seguridad les hará procurar nuevas inversiones sobre mercados más seguros y confiables. Para retener estas inversiones financieras y para asegurar los flujos de recursos a la región los países latinoamericanos deberán hacer atractivas las inversiones y esto se realiza básicamente incrementando la tasa de interés de las nuevas emisiones, esto es, ofreciendo, a pesar del riesgo, un margen mayor de utilidad. Pero el incremento en las tasas de interés va a provocar una profunda recesión en los ya golpeados mercados internos de la región, incrementando la conflictividad social interna y prolongando la crisis. Así, la movilización social ecuatoriana del mes de julio, y tal como lo preveía The Wall Street Journal, ha obligado al gobierno ecuatoriano a una moratoria tácita sobre los Bonos Brady y se constituyen en la posibilidad de constituirse en el desencadenante de una nueva crisis financiera en la región. No en vano el mismo FMI ha considerado la inclusión, por vez primera en toda la historia del ajuste económico, de una cláusula social para el Ecuador. Si Ecuador logra la ayuda del FMI y del Banco Mundial, al mismo tiempo que reestructura su deuda externa de los Bonos Brady, indicaría el camino para que otros países lo hagan e incluso presionen por mejores condiciones. Tal es el escenario y tales son los intereses que están en juego. Definitivamente, aquella marcha de ciento veinte mujeres indígenas de Otavalo está provocando un sismo en la finanza especulativa mundial. Las unidades del ejército ecuatoriano que se habían desplegado a lo largo de su camino no solo estaban cuidando la estabilidad del gobierno, también cuidaban la fragilidad de ese enorme casino en el que se ha convertido el planeta entero.
https://www.alainet.org/fr/node/104486
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