El Papa Francisco y el ecumenismo

20/03/2014
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 492:  Francisco y los signos de los tiempos 10/06/2014
“En el diálogo entre las religiones no debe haber el concepto de mayoría o minoría, sino el de fraternidad”.  Así comenzó el diálogo con el Papa Francisco en noviembre pasado cuando nos recibió en audiencia privada al Comité Ejecutivo de Religiones por la Paz.  Es demasiado pronto para hablar de si el Papa Francisco le dará nuevos impulsos a las relaciones ecuménicas.  En cambio, sí podemos hablar de cómo Jorge Mario Bergoglio, Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, con una personalidad sencilla y carismática cultivó las mejores relaciones con iglesia y Comunidades Religiosas.  Me explico.  La Iglesia Católica Romana siempre se ha sentido más cómoda en el diálogo interreligioso con las Comunidades Judías, Musulmanas y Ortodoxa que con las Iglesias Protestantes y la Episcopal de la Familia Anglicana.  Hay sin duda razones históricas al no entrecruzarse en el a veces complejo proceso de la evangelización.  Pero es igualmente cierto que Jorge Mario Bergoglio como arzobispo tuvo las mejores relaciones con dirigentes de las Iglesias Luteranas, Metodistas, Reformadas, Anglicanas, entre otras Iglesias Protestantes, y además que interactuó con expresiones evangélicas de origen más reciente y muchas de ellas con características carismáticas.  A todas ellas en sus encuentros les ha dicho lo mismo: Oren por mí.
 
Por lo que hemos visto en estos primeros meses como Papa, Francisco no ha cambiado su actitud dialogal con las Iglesias y Religiones; de hecho muchas de esas expresiones de fe han sido recibidas en Roma y se han mantenido largas conversaciones sobre las necesarias relaciones de respeto y comprensión.  En el encuentro citado al comienzo, nos compartió su angustia por el proselitismo religioso en nuestras comunidades, expresando que esto ocurre porque no le estamos hablando a los fieles un mensaje atractivo para que llegue al corazón, y agregó: el diálogo es un elemento muy importante para construir la paz.  En este sentido el Papa Francisco reúne las virtudes necesarias para construir relaciones ecuménicas estables: respeto hacia otras expresiones religiosas y disposición para el diálogo, a pesar de ser el jefe de una de las expresiones religiosas más grandes (unos mil doscientos millones de fieles), puede decir que en el diálogo no debe haber mayorías ni minorías.  Esa actitud abre la esperanza que juntos podamos construir la casa común (Oikoumene) en la que todos tengamos espacio para vivir en armonía.  La unidad se construye en la diversidad y la unidad de la iglesia siempre debe ser símbolo de la unidad de los pueblos, como lo afirma el Consejo Latinoamericano de Iglesias en sus objetivos institucionales.
 
Teniendo ese concepto en mente, es necesario replantearse el concepto de la Oecumene en los siguientes aspectos:
1.  La unidad entre las iglesias debe contemplar la oración conjunta.  En esa oración no nos estamos mandando mensajes, sino que estamos implorando al Dios de los cristianos que se haga su voluntad, conscientes que la voluntad de Dios puede ser distinta aún de nuestras convicciones religiosas, por eso decimos en el Padrenuestro: “…Hágase tu voluntad…”
2.  Si la unidad de las iglesias debe ser un símbolo de la unidad del pueblo, nuestras relaciones deben enfocarse en los temas que deben ser superados y que afectan la dignidad de las personas y los pueblos.  Por ejemplo, la no discriminación por razones de color, nacionalidad, raza, religión o posiciones políticas; emprendimientos conjuntos en la defensa de niños y niñas que por razones sociales están impedidos de vivir con dignidad y el pleno acceso a la educación de calidad; acompañar a los pueblos indígenas en sus luchas por mantener sus tierras, cultura, lengua y religión; impulsar acciones a favor de un estado laico.
 
Si las relaciones ecuménicas contemplan estas dos dimensiones: la unidad espiritual (diálogo, oración conjunta, respeto a la diversidad) y el trabajo conjunto en temas como los mencionados, estaremos hablando de una unidad que no quede encerrada entre paredes de los templos.
 
El Papa Francisco ha sido sensible a estas situaciones como Arzobispo de Buenos Aires y en su rol actual ha mostrado sensibilidad hacia las situaciones humanas como el gesto de visitar a los inmigrantes en Lampeduza o las favelas en Río de Janeiro.
 
Los ritmos institucionales son distintos y es necesario respetarlos con el mismo respeto a las diferencias doctrinales y de prácticas religiosas.
 
Si las iglesias y comunidades religiosas nos reunimos para construir relaciones ecuménicas creativas, es un comienzo necesario, porque la construcción de consensos estables requiere también de relaciones humanas de confianza, para que juntos concluyamos que no es suficiente el respeto y las consideraciones eclesiales, sino que hace falta también respetar al ser humano sin discriminación de ninguna índole.  Por eso puede decir el Papa: “quién soy yo para juzgar a los homosexuales…” o hablar de la importancia de un estado laico.  También es frecuente escucharle hablar contra la idolatría, especialmente aquella relacionada al dinero como bien supremo.
 
En el 2017 se cumplirán quinientos años de la Reforma Protestante de Lutero.  En el mundo luterano se están realizando los preparativos para recordar ese acontecimiento no solo religioso sino también social y político.  Ese será un momento para un diálogo entre estas dos comunidades para superar una etapa más de sus relaciones.
 
Concluyendo: las relaciones ecuménicas entre las iglesias y comunidades de fe requieren que cada uno de los interlocutores tenga su identidad definida, evitando que ésta sea un muro infranqueable para un diálogo edificante.  El diálogo debe darse para crear confianza y construir la casa común en diversidad.
 
Nunca ha sido más actual decir: si quieres ir rápido, ve solo; si quieres ir lejos vayamos juntos.  Ese es el camino para construir conjuntamente la casa común para cuidar este mundo que es el único que tenemos.
 
Felipe Adolf es Presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
https://www.alainet.org/es/articulo/84141?language=es

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