La paz y la negociación: la hora de las definiciones
05/03/2014
- Opinión
La coyuntura del país está marcada definitivamente por la negociación del conflicto armado, por las expresiones a favor y en contra del proceso que no sólo redujeron a su mínima expresión a la campaña electoral para el Congreso de la República sino que han puesto en el primer plano de la escena nacional la confrontación que se da entre los amigos del proceso y quiénes se oponen a él con todas las estrategias posibles. La agenda nacional no dejó mayor espacio para el debate electoral que deberá culminar en esta primera fase con las elecciones del próximo nueve de marzo para Congreso de la República. La campaña no logró concentrar la atención del país en la elección de un Congreso que tendrá en sus manos los temas centrales del acuerdo que eventualmente se logre en la Mesa de Negociaciones de La Habana entre las FARC y el Gobierno Nacional. Tampoco los grandes problemas relacionados con la educación, la salud, el modelo de desarrollo y aún el propio proceso de Paz.
La agenda fue copada por las chuzadas, las denuncias por la corrupción en la contratación que se realiza en las Fuerzas Armadas y en el último acto –quizás no sea el último acto- con las chuzadas de las cuentas y correos personales del Presidente de la República.
La agenda pública nacional en las últimas cuatro semanas se ha movido en torno a las movidas de los llamados enemigos agazapados de la Paz. Las interceptaciones de las comunicaciones de los negociadores en la Mesa de La Habana culminan con la publicación de correos privados del presidente, Juan Manuel Santos, y con la llamada a calificación a servicios de seis generales del Ejército y de dos generales de la Policía Nacional.
Santos pide ayuda para las investigaciones a los servicios de inteligencia de Inglaterra, Israel, España y Corea del Sur, con lo cual quiere un garante de que las investigaciones lleguen al fondo, avaladas por la comunidad internacional. Una movida que ya había hecho cuando solicitó la intervención del FBI de los Estados Unidos para indagar por los autores del atentado al ex ministro Fernando Londoño Hoyos. Esta medida es importante pues encomienda a la comunidad internacional para que ayude a esclarecer el fenómeno de las chuzadas en los que él mismo es víctima. Como hemos dicho la clave de las indagaciones tiene que responder a la pregunta de a quién se dirigían las informaciones obtenidas por las interceptaciones ilegales. Con ello Santos está dando un mensaje claro al pretender averiguar los alcances de la infiltración en los organismos de seguridad del Estado. La extrema derecha que tiene un sector importante en las Fuerzas Armadas y en sectores políticos opuestos al proceso de Paz, quedan notificadas que el gobierno quiere mantener el control sobre las fuerzas institucionales del Estado.
Ahora bien, la clave del asunto reside ahora en la respuesta que den esas fuerzas de la extrema derecha a las medidas que tomó Santos. Serán suficientes las medidas tomadas para aconductarlas y conducirlas al respeto por la institucionalidad y las reglas del juego existentes en el Estado Colombiano. Si esta fuera la decisión, estamos seguros que la negociación transitaría por caminos menos inseguros. La otra alternativa es la de escalar el conflicto como lo han hecho en el pasado. Atentados y acciones que busquen que el proceso se reviente. Magnicidios, publicación de informaciones que comprometan al Jefe de Estado, todo ello también es posible. En este clima de incertidumbre se desenvuelve la coyuntura del país. Lo que sí es claro es que esta fue una campaña lánguida en que lo que predomina es la compra de votos, el pago por anticipado de los favores electorales a cambio de la contratación pública, falta de propuestas contundentes frente a los problemas que agobian a la población colombiana. Los altos registros del voto en blanco reflejan esa indignación del país que no encuentra alternativas para vislumbrar un cambio de políticas en asuntos cruciales que agobian el día a día de los ciudadanos de a pie.
Por el lado de la izquierda democrática los desaciertos en el manejo de la coyuntura son evidentes. El Verde presenta una lista de aspirantes al Congreso con buenos candidatos y lo propio sucede en el Polo Democrático. Pero, en materia de candidaturas presidenciales la debacle es muy grande. El Verde presenta una consulta entre un precandidato Enrique Peñalosa que representa un discurso tradicional y dos precandidatos que no son real competencia. Peñalosa no es un candidato que mueva al centro izquierda mientras que Clara López aparece como una candidatura muy ligada a lo que queda en el Polo con grandes afinidades con el MOIR. No fue posible una convergencia amplia de estos sectores que podrían de ir unidos ser una alternativa al modelo neoliberal representado por Santos cuya única novedad es que se está jugando a la negociación política del conflicto armado.
Los tres sectores en que podría resumirse el espectro político no van unificados a la confrontación política en la elección presidencial en su primera vuelta el 25 de mayo. Los uribistas opuestos al proceso ahora con menos radicalidad tienen dos precandidatos si es que el Consejo Nacional Electoral no decide dejar por fuera del juego a la candidata Martha Lucía Ramírez del Partido Conservador. Ninguno de los dos precandidatos despega. Oscar Iván Zuluaga no remonta para atraer al voto de derecha y Martha Lucia Ramírez aparece con un 4% en las intenciones de voto por debajo de Oscar Iván Zuluaga que tiene una intención del 8% de los votos en primera vuelta. Ambos son superados por Enrique Peñalosa con un 9% en la intención de voto y Clara López, con una intención de voto del 7%, aparece en el cuarto lugar. El presidente Santos ya en campaña tiene un 31% en la intención de voto que supera de lejos a sus competidores, pero sin los arrestos suficientes para ganar en primera vuelta. El voto en blanco es el segundo con un 27% del electorado.
Santos ha decidido jugar una carta vice presidencial a la derecha de él mismo con Germán Vargas Lleras de Cambio Radical, el partido más duramente golpeado en términos porcentuales por las investigaciones de la llamada parapolítica. Santos decide morder el electorado de derecha del uribismo con Vargas Lleras desdeñando el electorado de centro izquierda. Las cartas electorales están jugadas. Pero, el escepticismo hasta ahora sigue siendo la norma. La pregunta es si la Paz y la negociación del conflicto le darán los votos suficientes a Santos para reelegirse.
Pedro Santana Rodríguez
Presidente Corporación Viva la Ciudadanía
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 389
Semana del 28 de febrero al 6 de marzo de 2014
Corporación Viva la Ciudadanía
https://www.alainet.org/es/articulo/83641
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