La farándula como arma mediática

22/02/2014
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Juanes y Montaner sumados a guerra mediática contra Maduro


Ayer lo dijo Nicolás Maduro, una perversa campaña mediática contra la Revolución Bolivariana, se ha agudizado con el apoyo incondicional de los grandes medios de comunicación, tales como CNN, Univisión, Telemundo y otros, quienes manipulan los actuales sucesos desestabilizadores en Venezuela y fomentan la indisciplina social, tratando de impostar una crisis similar a la ucraniana en el país.

 Maduro no tuvo reparos en cantar la verdad ante el mundo, al manifestar: "Los dueños de estos medios son unos empresarios muy vinculados a los intereses del poder estadounidense y de la derecha venezolana. Eso no hace efecto aquí en Venezuela porque nuestro pueblo tiene grandes defensas contra la guerra psicológica, pero hace efecto en el exterior para desfigurarnos".
 
 
Está claro que sobre Venezuela se cierne una amenaza golpista, cuya antesala, o fase previa, es la deslegitimización de la gobernabilidad de Maduro mediante golpes mediáticos, que van aumentando sus incidencias dentro de la guerra ideológica y sus diversos discursos políticos.
 
Esta guerra mediática ha ido perfilando un novedoso diseño, empleando a figuras de la farándula internacional como grandes voceros de la desinformación, quienes están vinculados a los grandes medios televisivos y quienes son usados como replicadores del discurso político anti bolivariano. El manejo de artistas de renombre internacional, persigue sembrar en las grandes masas matrices de opinión que forman parte del rejuego mediático, apoyándose en el efecto que los mismos pueden ejercer sobre sus fans o seguidores. No importa, desde luego, el grado de diversa o certera apreciación de estas figuras sobre la realidad venezolana, su desconocimiento total o no de esta realidad, su buena fe o no, pues muchos de ellos se suman a campañas en las redes sociales y el mundo comunicacional, muchas veces presionados por los compromisos establecidos con las cadenas televisivas que los promueven y quienes se encargan de mantenerlos en la dudosa cima de la popularidad.
 
En los últimos días el mundo del espectáculo ha manifestado una alineación con el discurso de los grandes medios opuestos a Maduro y su gobernabilidad, usando diversos matices que van desde la simple preocupación como ciudadanos hasta mensajes claramente contestarios e incitaciones a la desobediencia civil, convirtiéndose en alentadores del golpismo y sostenedores de la ideología violenta de la derecha venezolana.
 
De esta forma, muchos artistas han sido usados dentro de la guerra ideológica, sumándose a la batalla, olvidándose de aquel valedero refrán que dice: "El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones".
 
Los enemigos de Venezuela han sabido aprovechar las repercusiones de hechos que vinculan a famosos y usarlos, calculada y bochornosamente, como elemento desestabilizador y punto de partida para impostar campañas anti gubernamentales encaminadas a la satanización y al cuestionamiento. La antesala más cercana fue el lamentable asesinato, en enero pasado, de la ex Miss Venezuela Mónica Spear Mootz y de su esposo, Henry Thomas Berry, a manos de unos desalmados y vulgares delincuentes a un lado de la carretera de Puerto Cabello, en el estado de Carabobo. De inmediato se manipuló el hecho criticando una supuesta debilidad del gobierno bolivariano ante la criminalidad y se distorsionaron las cifras relacionados con el enfrentamiento a la misma en el país. Nadie fue capaz de reconocer que el enfrentamiento la violencia es responsabilidad no solo del estado, sino que el mismo ha de involucrar a la sociedad toda. Sin embargo, el barullo mediático fue impresionante.
 
Este vil asesinato sirvió para que los enemigos de Maduro, particularmente los especialistas en guerra mediática de la CIA y el Departamento de Estado norteamericanos, midieran el nivel de impacto internacional de sucesos que involucran a figuras públicas de la farándula y el mundo artístico en las grandes masas. Sirvió también para diseñar nuevas estrategias para la manipulación comunicacional como elemento de guerra ideológica y la ventaja de involucrar de diversas maneras a artistas y prestigiosas figuras en la misma, manipulándolos a su antojo y sumándolos a sus sucios objetivos. Muchos de ellos, sinceramente, han sido también víctimas de la desinformación, de compromisos con sus contratistas y, en algunos casos, de un sincero apego a la solidaridad dentro del gremio farandulero.
 
Todo el terreno estaba preparado para atentar contra la vida de otra figura mediática y emplear la violencia contra ella para desatar conmoción, reproches, críticas y vil manipulación. Las preguntas salen por sí mismas: ¿Quién estaba realmente interesado en el asesinato de Génesis Carmona, joven y bella ex Miss Turismo del estado central de Carabobo? ¿Beneficiaba realmente su lamentable muerte al gobierno de Maduro y a las fuerzas del chavismo? Evidentemente, no.
 
Las respuestas al penoso incidente que segó no solo su vida, sino la de otros venezolanos, ha sido punto de mutuas acusaciones entre el gobierno y la derecha venezolana. Yo considero que las circunstancias de la muerte de cada venezolano deben ser investigadas con eficacia y diligencia, aplicando todo el peso de la ley a quien haya cometido tal crimen. Sin embargo, la suspicacia me hace pensar que el asesinato de Génesis fue perpetrado por elementos violentos de la derecha, quienes la seleccionaron con anticipación, con vistas a levantar un hervidero de acusaciones contra Maduro.
 
Génesis fue escogida como víctima para ser asesinada y usarla con fines mediáticos, como bandera para desarrollar una fabricada campaña contra la Venezuela bolivariana. No cabe duda que los autores intelectuales de este crimen, así lo habían diseñado. Luego se encargarían de desarrollar el ataque mediático, usando a una farándula consternada y de fuerte impacto comunicacional.
 
Una a una se fueron sumando las figuras a la campaña mediática, adoptando discursos políticos con diferente grado de polarización, pero varios coincidían en deslegitimizar al gobierno de Maduro y otros, simplemente, hacían un sincero llamado a la paz y a la concordia. Madonna, Rubén Blades, Calle 13, Rihanna y Jared Leto, decenas de reinas de belleza venezolanas –quienes usaron las redes sociales con los hastags #Misses4Peace, #SOSVenezuela y #missesporlapaz-, Ricky Martin, Julieta Venegas, Carlos Baute, Ricardo Montaner, Juanes, Marc Anthony, Chino y Nacho, Marco Antonio Solís, William Levy, Jencarlos Canela, Gaby Espino, Luis Fonsi, Carlos Mata, Wilmer Valderrama, Cher, Carlos Vives, Prince Royce, Chiquinquirá Delgado, Pedro Moreno, Oscar D'León, Steve Aoki, Paris Hilton y otros.
 
Otros, sin embargo, se alinearon contra la manipulación, como los casos de los norteamericanos Oliver Stone y Danny Glover, quienes desmontaron la finalidad golpista contra Venezuela por parte de su país.
 
La nueva modalidad de ataque mediático, elaborada por los grandes medios de comunicación constituye un fuerte desafío para las fuerzas revolucionarias en Venezuela. Confío en que muchas de estas figuras comprendan la realidad de lo que sucede hoy y aplaudo la convocatoria de Maduro al diálogo, no solo para aislar a los grupos generadores de terror, sino para buscar, sinceramente, aquellas coincidencias entre los venezolanos para poner fin a una innecesaria violencia. Si la derecha no se suma al diálogo, demostrará cuáles son, en realidad, su perversas intenciones.
 
 21/02/2014
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