Hacia una nueva victoria del FMLN?
16/01/2014
- Opinión
Ocho de las últimas diez encuestas realizadas en El Salvador, de cara a los comicios del próximo 2 de febrero, colocan en primer lugar al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), otorgándole, en promedio, una ventaja de seis puntos -38% a 32%- sobre el conservador Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Estos números, sin embargo, plantean la necesidad de realizar un ballotage entre ambas fuerzas para dirimir quien gobernará el país hasta el 2019. ¿Qué se puede esperar de una nueva victoria del FMLN? ¿Cuál es el programa de gobierno de Salvador Sánchez Cerén?
Bajo el título “El Salvador adelante. Programa de gobierno para la profundización de los cambios”, el FMLN presentó, meses atrás, su plan de acción para gobernar el país durante el período 2014-2019. La introducción misma del documento afirma que este programa fue “construido desde la gente”, en consultas territoriales y mesas sectoriales, contando con la participación de más de 300 mil salvadoreños.
En primer lugar se recuperan los cambios efectuados, principalmente en salud y educación, por parte del gobierno de Funes, al afirmar que este “marcó un rumbo de transformación social en beneficio del país, especialmente en favor de la población más pobre y vulnerable”. Luego se enumeran tres “grandes objetivos estratégicos” para el periodo 2014-2019: la profundización y ampliación de dichos cambios para lograr una mejora en la calidad de vida de las mayorías; la consolidación de la democracia y el Estado constitucional; y la aceleración y profundización de la integración regional y latinoamericana.
El eje participativo también tiene un rol destacado en la plataforma. Así, se propone “promover el ejercicio de consultas populares de carácter vinculante, por iniciativa de la ciudadanía o de los organismos del Estado, en asuntos de alto interés nacional o territorial”. Hay que destacar que la candidatura de Salvador Sánchez Cerén significa una mayor “organicidad” en el propio FMLN que lo que supo expresar Funes, quien desde su papel de periodista se permitía una mayor autonomía respecto al andamiaje partidario –incluso captando el apoyo de sectores que no votarían al FMLN de no ser por su presencia en la fórmula presidencial-.
La campaña de ARENA: Seguridad, austeridad estatal, y el “Dios” mercado
En tanto, la Alianza Republicana Nacionalista ha centrado su campaña en el combate a la inseguridad. Así, las gráficas para la candidatura de Norman Quijano remiten casi exclusivamente al tema, con frases como “No nos robarán en los buses”; “Estaremos seguros en los parques” y “Jugaremos tranquilos en las calles”, entre otras.
La obsesión de ARENA con el tema ha llegado a tal punto que, en el marco del primer debate televisivo entre los cinco candidatos, Quijano llegó a afirmar que “vamos a hacer uso de todos los poderes que nos otorga la Constitución para poder militarizar la seguridad pública". Así, otros ejes importantes para los salvadoreños, como la creación de empleos y una necesaria mejora en la educación y la salud pública, han quedado rezagados frente a esta absoluta primacía de propuestas de “mano dura”.
En lo relativo a la economía, la propuesta de ARENA es trabajar “por la inversión y el crecimiento económico de la mano de un plan de austeridad”. La “austeridad” que propone ARENA parece estar basada en la ortodoxia neoliberal: avanzar en un recorte estatal, a contramano de lo que viene sucediendo en diversos países de América Latina y el Caribe. ¿Cómo justifica ARENA la necesidad de avanzar en ese plan de austeridad? Con citas del mismísimo Banco Mundial en su plataforma electoral -Plan País-, donde además se deja constancia de que “el mercado es el mejor mecanismo para alcanzar los objetivos del desarrollo (…) Asegurar que los mercados funcionen libremente, sin controles de precios explícitos o implícitos, es una función del Estado”.
Crecimiento e integración autónoma, los retos del nuevo gobierno
Uno de los principales desafíos del nuevo gobierno será el del crecimiento económico y la inclusión social de las mayorías. El gobierno de Funes deja asentado un Estado que efectivamente ha intervenido activamente en el plano económico en los últimos años -algo que, como hemos visto, se contrapone con el ideario propuesto por ARENA-. El FMLN rechazó las exigencias de recortes de “subsidios” internos que puedan impactar de forma negativa en el bolsillo de las mayorías –exigencias realizadas por el FMI, entre otros-. Sin embargo, el desempleo y la desigualdad aún se sienten fuerte en el país, y los grandes empresarios han eludido cualquier suba en impuestos que pueda aportar a una redistribución mayor. ¿Podrá el FMLN, de acceder a un nuevo período, avanzar en este sentido, gravando a estos sectores mediante una reforma tributaria de carácter progresivo?
La integración regional será otro reto. Acá hay un tema importante: si bien el FMLN menciona principalmente a la CELAC como paradigma integracionista en su plataforma, el año pasado el gobierno de Funes coqueteó –por una fuerte presión empresarial y un importante “lobby” mediático contra el “eje bolivariano”- con el ingreso pleno a la Alianza del Pacífico (bloque del cual El Salvador es, además, país observador). ¿Podrá un segundo periodo de gobierno del FMLN eludir esta presión y abocarse a formas más autónomas de integración, como la propia CELAC o Petrocaribe?
- Juan Manuel Karg es Licenciado en Ciencia Política UBA, Investigador del Centro Cultural de la Cooperación – Buenos Aires
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