Acuerdos de libre comercio: dictadura de corporaciones transnacionales

10/01/2014
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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre Canadá, EE.UU. y México, contiene una  disposición mediante la cual las empresas pueden enjuiciar a cualquiera de los tres países del tratado en tribunales secretos,  en el caso de que uno de estos países adopte una legislación que impacte en las ganancias de la empresa.  Hace algunos años, el gobierno canadiense expidió una ley que prohibía el uso de un nuevo aditivo para la gasolina, considerado perjudicial para la salud de la población. En este caso, el gobierno canadiense se rindió, anuló la legislación y tuvo que pagar una indemnización a la empresa.
 
Varios estados de los EE.UU. han adoptado una legislación similar, que sigue en vigencia, ya que el TLCAN no  se aplica a los estados de la unión.
 
La otra cara de la moneda es que, si bien las corporaciones pueden anular la legislación canadiense, no pueden de ninguna manera imponer este aditivo a la gasolina que venden las compañías. Y de hecho muchas no ponen este elemento en su producto.
 
Ahora bien, el TLCAN es un acuerdo entre tres países norteamericanos.  Lo que se trata de negociar ahora, en secreto, sin transparencia alguna, es un acuerdo entre EE.UU., Canadá y la Unión Europea.  Los detalles no han sido publicitados, pues es probable que los pueblos los rechazarían. Si bien no estamos completamente seguros de las informaciones filtradas sobre estas negociaciones, aparentemente el acuerdo concederá a las corporaciones transnacionales y nacionales el derecho de impugnar, ante tribunales secretos, cualquier legislación que “limite de cualquier manera” las ganancias de estas corporaciones, sin posibilidad alguna de apelación contra un fallo de tales tribunales.  Se trata de la posibilidad de anular leyes para la protección del medioambiente, leyes para la protección de la salud de los ciudadanos, posiblemente sin excepción alguna. O sea, equivale a establecer, por un acuerdo internacional, una dictadura de las corporaciones nacionales y transnacionales.  Como bien ha afirmado el Profesor Jorge Marchini, “El futuro de nuestros países puede estar completamente comprometido por una mala negociación.” (http://www.alainet.org/active/70309).
 
Jorge Marchini señala algunos de los serios problemas inherentes en este tipo de negociación.  La transparencia es absolutamente necesaria para impedir la transición de la democracia a una dictadura de las corporaciones.
 
Ottawa, Ontario, 10 de enero de 2014.
 
- Jordan Bishop fue profesor de humanidades del Colegio Universitario del Cabo Bretón, Canadá, jubilado en 1989.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/82250
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