Deporte y educación
24/12/2013
- Opinión
Los resultados obtenido por los deportistas ecuatorianos en los Juegos Bolivarianos traen a colación el vínculo indispensable, inseparable e indisoluble entre la práctica del deporte y la educación.
Los deportistas ecuatorianos, con independencia del número de medallas obtenidas, modificaron su mentalidad competitiva iniciando un nuevo proceso que tiene mucho que ver con el entorno social que induce a pensar en el triunfo y no en el derrotismo, dejando atrás la mediocridad.
Es que ya la educación no está bajo control absoluto de los tirapiedras del MPD que lograron disminuir y casi desaparecer la materia de “educación física” y convertirla en un lapso de recreo, de vagancia, de mediocridad.
Tampoco el Comité Olímpico tiene ahora un manejo monopólico sobre la actividad competitiva y la conformación de las delegaciones con mentalidad argollera, como acontecía en el pasado. Hoy empezaron a participar los verdaderos deportistas de elite y los verdaderos dirigentes.
Este cambio en la mentalidad deportiva se ha visto reflejado en medios informativos de Cuba que destacaron la participación del ecuatoriano Vicente Nevarez Rojas, ex subsecretario del Ministerio del Deporte, en la Convención Internacional de la Actividad Física y el Deporte, llevada a cabo en la Habana del 25 al 29 de noviembre pasado. Varios de esos medios cubanos calificaron de interesante y sugestiva la ponencia que Nevarez presentó.
Enfatizó sobre “la inaplazable necesidad de retomar el manejo del deporte y la recreación vistos como un bien social y no solamente como mercancía, tal como nos hemos acostumbrados a considerarlo en nuestros países”.
“Los resultados no llegan todavía a su verdadero techo que se alcanzará, cuando estén respaldados de manera general por un proceso sistémico que considere todos los aspectos del desarrollo humano que comienza en los primeros años de formación”.
Los primeros años son, precisamente, cuando las personas son infantes, en la etapa de educación, que es cuando emerge la vocación y es posible modelar las características biométricas y las virtudes éticas, entre las que se siembran para que no pierdan la esperanza de superar marcas, pero preservando que lo prioritario es competir y con el mayor de los optimismos.
Es, decir que los deportistas, los dirigentes y los académicos en funciones políticas, deben unificarse en el concepto que tiene validez en todos los ámbitos de la vida republicana: que es el ser humano y no el mercado convertido en ambición y valoración económica, el prioritario.-
EL TELEGRAFO 24 de diciembre, 2013
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