Nelson Mandela, un grandioso ejemplo de vida

05/12/2013
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En el día de ayer, 05 de diciembre de 2013, ha fallecido en Johannesburgo, Sudáfrica, el más grande héroe de las luchas por la libertar, la justicia social y la dignidad del pueblo sudafricano, y de los pueblos del mundo, del siglo XX, Nelson Rolihlahla Mandela, después de una dura enfermedad que lo mantuvo en cama durante muchos meses.
 
Mandela a pesar de proceder de una familia gobernante de su tribu, fue una persona sencilla que nunca mostró interés por estar por encima de sus congéneres y hasta renunció a convertirse en heredero del trono. Más bien abrazando la causa de la liberación de su pueblo de la esclavitud capitalista europea, que les impuso un oprobioso régimen caracterizado por la práctica del racismo y el apartheid.
 
Mandela fue una persona de inteligencia excepcional y valiente que afrontó la lucha por la redención de su pueblo en el terreno que la presentaron los opresores colonialistas, ya fuere en lo civil o en lo militar; en lo académico o en el debate político y con las acciones de masas.
 
Mandela fue una persona que hizo gala del más alto compromiso social, que logró hacerse profesional del derecho y puso sus capacidades profesionales, sus conocimientos y conquistas al servicio de la causa redentora de su pueblo y de su país, a cambio de nada.
 
Lo cual debe servir de ejemplo para muchas personas de origen humilde que logran hacerse profesionales y/o llegan a ocupar altas posiciones del Estado o de la empresa privada, y se olvidan de su pueblo o comunidad de origen, haciéndose indiferentes ante sus sufrimientos, llegando a menospreciarlos, negarlos, hacen alianzas con los opresores y hasta se convierten en sus incondicionales para darle continuidad a la opresión, a cambio de oportunidades personales, es decir, el individualismo en su más alta expresión; exhibiendo los más denigrables gestos de ingratitud.
 
En la búsqueda de estrategias audaces y pertinentes para la reconciliación, la integración social y la convivencia pacífica, Mandela demostró que el deporte es un instrumento de la más alta eficiencia, dándole un gran apoyo al deporte nacional de su país y promoviendo la integración de los equipos con personas procedentes de las diferentes comunidades y núcleos sociales.
 
Frente a los opresores de su pueblo, que a la vez fueron sus verdugos personales, Mandela actuó con valentía,  inteligencia, las más altas sensatez y generosidad, ya que desde la misma cárcel donde fue sometido a una penosa cadena perpetua, les ofrecía el perdón al tiempo que luchaba por lograr su libertad y continuaba aportando a las luchas por la libertad y la democracia en su país, y exhortaba a su pueblo a conceder el perdón a sus opresores, disponerse a compartir con ellos y el resto de sudafricanos de los diferentes sectores sociales, orígenes étnicos y culturas, en condiciones de igualdad y sin resentimiento alguno, al tiempo que se diera continuidad a la lucha redentora. Convencido de que estas eran precondiciones para lograr justicia social y convivencia pacífica.
 
Mandela y su partido con sus logros político-administrativos, sepultaron las teorías racistas acuñadas por los ideólogos del colonialismo, según las cuales los africanos son incapaces para planear y dirigir su propio destino, con las cuales pretendieron justificar la dependencia de los pueblos africanos de las potencias coloniales occidentales y la persistencia indefinida del colonialismo sobre los mismos. 
 
Mandela con su praxis encarnó los más elevados ideales de la humanidad, representados en las luchas por la prevalencia de la igualdad real, la justicia social, la equidad, la solidaridad, el reconocimiento respetuoso de la diversidad étnico-cultural y nacional, como componentes enriquecedores de las sociedades y de la humanidad; y la convivencia pacífica. Enseñándonos que en las luchas por estos sublimes ideales hay que ser perseverantes y no desfallecer, que es posible triunfar sobre los opresores y sobre quienes vulneran los derechos humanos. Por ello se convirtió en una personalidad con el más alto aprecio universal.
 
El proyecto de Mandela queda inconcluso y en medio de una preocupante incertidumbre
 
Coherente con sus ideales, al llegar a la Presidencia de la República se esforzó por fortalecer al máximo la democracia y por realizar los cambios estructurales que condujeran de manera sostenible hacia la consolidación de los objetivos históricos de instauración de un Estado Multinacional, Multiétnico y Multicultural, que denominó “ La Nación del Arco Iris”, garante de la justicia social y la convivencia pacífica, enarbolados por su organización socio-política, Congreso Nacional Africano, desde su constitución a comienzos del siglo XX. Y, en el período de algo más de cuatro años que tuvo en la Presidencia de la República, avanzó todo lo posible en este orden. Lo preocupante es que los presidentes que le han seguido, como Thabo Mbeki y Jacob Zuma, no han sido debidamente consecuentes con este proyecto y, por una parte, se han rodeado de nuevos ricos africanos que presionan para que el poder estatal se ponga exclusivamente al servicio de sus negocios, desinteresándose de la construcción del bienestar general de la Nación y del pueblo sudafricano, a quien vienen reprimiendo con brutalidad ante sus reclamos de justicia social y de acelerar el proceso de redención real iniciado por Mandela; y por otra parte, tienen posturas demasiado conciliadoras con los magnates capitalistas, nacionales y extranjeros, y antiguos componentes de los gobiernos racistas y segregacionistas, garantizándoles la continuidad de sus dinámicas explotadoras y de acumulación capitalista, y permitiéndoles el descuido en la renovación de la infraestructura productiva, que conduce el país al estancamiento y a mermarle las capacidades para satisfacer las demandas sociales. Todo ello en medio de escándalos de corrupción, mientras en el pueblo sudafricano continúan campeando la pobreza, la miseria, el desempleo y graves problemas de salud, entre los que hacen presencia alarmante el sida y la tuberculosis.
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Encuentros de Fidel y Mandela, donde se manifiesta su elocuente y sincera amistad, y la gratitud del líder sudafricano hacia Cuba
y su máximo líder. Al lado de Mandela su última esposa, Graca Machel.
 
Es indiscutible que unas problemáticas de pobreza, miseria, marginalidad social, racismo y segregación racial, acumuladas por más de cuatro siglos, no es posible erradicarlas de tajo en solo casi dos décadas que lleva el Congreso Nacional Africano en el poder. Sin embargo, la expectativa es que los gobernantes de turno mantengan los procesos que garanticen los avances sostenidos hacia la superación definitiva de las mismas. Y en este sentido, estamos seguros que en la medida que el Congreso Nacional Africano, como organización socio-política y con decisiones emanadas del colectivo, retome debidamente el control del Estado y de las transformaciones socioeconómicas y políticas, con base en el proyecto original construido y renovado con Mandela, podremos ver realizado integralmente el sueño de este extraordinario líder, inmortalizado en la mente y en los corazones del pueblo sudafricano y de la humanidad.
 
La personalidad de Mandela vs las zalamerías imperialistas
 
Hoy los gobernantes occidentales, encabezados por Barak Obama, Fracois Hollande y David Cameron, manifiestan elogiosas despedidas a Mandela. Sin embargo, no podemos perder de vista que cuando Mandela y el Congreso Nacional Africano enfrentaban al criminal y oprobioso régimen del apartheid, dicho régimen contaba con el respaldo de los gobiernos de las potencias capitalistas occidentales, incluidas USA e Israel, a cambio que les permitiera la participación de sus transnacionales en el saqueo de los recursos naturales y la súper explotación de la mano de obra sudafricana; y nunca uno de los personajes que hoy presiden esos países, pronunció un discurso, ni participó en ningún acto de solidaridad con la lucha del pueblo sudafricano y de Mandela. Inclusive, gobiernos de Estados Unidos hasta que llegó a la Presidencia de Sudáfrica lo mantuvieron en la lista de los peores terroristas. Por tanto, las declaraciones actuales de esos mandatarios  tienen una alta carga de hipocresía.
 
Sobre todo son muy diferentes las personalidades de Obama y de Mandela, a quienes han pretendido identificar. Ya que Mientras Obama está al servicio del gran capital internacional, del colonialismo y de los guerreristas y su Complejo Militar Industrial, ordena agresiones militares e invasiones a diferentes países, mantiene arbitrariamente una base militar en territorio cubano, convertida en cárcel internacional donde se violan los derechos humanos de la manera más despiadada; y ha sido inconsecuente con los pueblos afroestadounidense y africanos, de los cuales porta una alta e innegable herencia. Mandela se declaró partidario del socialismo, luchó y trabajó por la paz, la justicia social y la vigencia de los derechos humanos en el mundo; por la redención de su pueblo y de todos los pueblos africanos y de la diáspora africana; y condenó las prácticas guerreristas y colonialistas.  
 
Para lograr su triunfo, el pueblo sudafricano solo contó con el apoyo solidario de algunas fuerzas democráticas y progresistas del mundo; de los movimientos de liberación nacional y de la izquierda internacional, encabezada por la gran Cuba Socialista. Particularmente Cuba, dio su apoyo en todos los aspectos necesarios a todos los movimientos de liberación e independencia nacional de África del Sur, incluido el apoyo militar con tropas, asesorías y asistencia técnica; con el cual lograron vencer a los regímenes despóticos, criminales y dictatoriales de sus países, apoyados por las potencias imperialistas occidentales e Israel. Precisamente, en 1988 los ejércitos integrados por tropas cubanas, angolanas y namibias, al mando de los generales Luis Faceira, angolano; y Cinta Frías, cubano, con unos 40 mil efectivos, derrotaron definitivamente en la Batalla de  Cuito Cuanavale, Angola, a las tropas invasoras sudafricanas, compuestas por más de 100 mil efectivos y respaldadas por los gobiernos de esas potencias e Israel, consolidando con ello la liberación e independencias de Angola y Namibia, lo cual influyó en el cambio de actitud del Gobierno sudafricano, accediendo a la liberación y posterior negociación con Mandela, porque sabía que esas mismas tropas revolucionarias unidas a la “Lanza de la Nación”, brazo armado del Congreso Nacional Africano, habían definido como tarea inmediata confrontar a sus tropas en el propio territorio sudafricano hasta derrotar al régimen del apartheid. En todo ello también influyeron con mucha fuerza las movilizaciones de masas desencadenadas a nivel mundial por las fuerzas de izquierda, democráticas y progresistas, y la presión de la opinión pública internacional contra ese oprobioso régimen y en solidaridad con la causa del pueblo sudafricano.
 
Lo que pasa es que con Mandela y sus ideales está ocurriendo algo similar de lo ocurrido con Jesús, su doctrina  y su apóstol Pedro, que el Imperio Romano los persiguió hasta su sacrificio, pero cuando la Doctrina Cristiana ganó el respaldo de las masas populares, dicho imperio en actitud oportunista y perversa la asumió como propia, pero sometiéndola a una cantidad de distorsiones para utilizar como instrumento de control y manipulación ideológica al servicio de sus intereses imperialistas. De tal manera que el pueblo sudafricano y el Congreso Nacional Africano, deben más bien mantener la guardia en alto, para defender y dar continuidad al proceso redentor iniciado con su extraordinario líder, Nelson Rolihlahla Mandela. No creerse de zalamerías imperialistas.  Pues ya sabemos el terrible costo que les ha tocado pagar a Gaddafi y a su pueblo libio, el haberlas creído, para no citar otros ejemplos.
 
HONOR Y GLORIA A LA MEMORIA DEL GRANDIOSO NELSON ROLIHLAHLA MANDELA
 
Azabache, diciembre 2013.
https://www.alainet.org/es/articulo/81504
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