A propósito  40 años del golpe del Estado  que derrocó  al Presidente constitucional  de Chile , Salvador  Allende , los medios  de comunicación   han dedicado  grandes espacios   para rememorar  una fecha que a todas luces significó el rompimiento de    democracia  chilena en  1973.

 

 Los grandes consorcios chilenos de la prensa escrita   exponen  en sus   páginas un sin fin  de  entrevistas, crónicas,  reportajes y fotografías  que  hacen mucho tiempo  dormían en los departamentos   de archivos.

 

En el caso de   las radios los programas que se emiten al aire también escuchamos  entrevistas, ediciones  de  microprogramas y noticieros de excelente calidad.

De igual manera, la televisión   han desempolvado archivos audiovisuales, muchos  paneles de discusión, muchas crónicas y programas  nocturnos han sido la tónica permanente al menos en estos últimos 15 días.

 

Hoy los medios de comunicación y a 40 años del golpe militar podemos afirmar con total  seguridad   que la prensa chilena ha dedicado   tiempo y recursos para  recordarle  a la ciudadanía   un hecho tan crítico para la sociedad chilena.

 

Sin embargo,    cuando se comienza  a mirar con más atención los contenidos o formatos  mediáticos  de la mayoría de los programas o artículos periodísticos, ellos  intentan señalar  que el exilio, la tortura y  los cientos de  desaparecidos por la represión  institucional  y legitimada    por la figura de Pinochet     no fue más que una consecuencia “necesaria” para superar los momentos críticos  vividos durante el Gobierno de Salvador Allende, confundiendo de esta manera  a la opinión pública y haciéndoles creer  a   la memoria colectiva e individual de los chilenos  que  el tema   los derechos humanos  merece un “empate social y político” , concepto  que tiene ver con condiciones iguales o consensos, los medios indudablemente  caen en  error.

 

Todo esto porque  los medios de comunicación  y a 40  años del golpe de Estado  no han sido  capaces  de poder establecer claramente una línea  histórica divisoria   de lo que fue el Gobierno de  Allende y la  dictadura.

 

Es decir, no es lo mismo hablar de derechos humanos desde el año 1970- 1973 y  desde 1973-1990,  sencillamente porque en el primer periodo jamás se cometieron  violaciones de derechos humanos. No es lo mismo el periodo de una experiencia única  llamada la vía chilena al socialismo que cometió  si se quiere  errores, pero la dictadura chilena perpetró horrores.

 

Asimismo,  es importante señalar que  los contenidos y  los medios de comunicación en general  no  se  manifiestan  con  claridad  en los  temas de la reconciliación y el perdón.  Es  decir ese tema tan delicado para la sociedad chilena no pasa por este  “empate social y político”. Muy por el contrario pasa por la verdad, la justicia y la reparación. Los temas de derechos humanos no hay empates sociales ni  políticos.

 

 Miguel Ángel Soto,  Periodista y docente universitario.