Es mucho más que ecología
18/08/2013
- Opinión
¿Es la agroecología la mera ausencia de agroquímicos ambientalmente nocivos en la agricultura? ¿Para ser agroecológico basta con reemplazar los insumos tóxicos con insumos amigables con el ambiente? La sustitución de insumos nunca debe ser más que una estrategia a emplearse en el periodo de transición de una producción agrícola convencional a una ecológica, tal sustitución nunca deber ser un fin en sí.
Pero desgraciadamente los espacios de la agricultura orgánica han sido invadidos por vendedores de insumos alternativos: pesticidas orgánicos, herbicidas orgánicos, fertilizantes orgánicos, etc. Y aquí no estamos hablando de pequeños agricultores haciendo composta o pociones de nim para vender en mercados orgánicos los fines de semana. Nos referimos a grandes corporaciones, las mismas que venden agrotóxicos para la agricultura convencional. La producción orgánica fundamentada sobre la sustitución de unos insumos por otros no amenaza los intereses de estas megaempresas. Al contrario, le presenta nuevas oportunidades de lucro en un momento histórico en que el agro convencional está siendo cuestionado con creciente insistencia desde todos los ángulos.
Dice el profesor Peter Rosset, miembro de la facultad de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología: "La estrategia de sustitución de insumos se basa únicamente en la búsqueda de insumos agrícolas alternativos, menos dañinos al ambiente, sin cuestionar ni la estructura de monocultivo ni la dependencia de insumos externos." (1)
El enfoque estrictamente ecológico de la agricultura orgánica/ sustentable basada en la sustitución de insumos deja de un lado los variados aspectos sociales, políticos y económicos de la agricultura. Abordar estos aspectos es absolutamente necesario para atender de manera efectiva los problemas del hambre y la pobreza rural. Uno de los mayores impedimentos que enfrenta la agricultura campesina, y los agricultores en general, es el ciclo agobiante de deuda causado mayormente por la compra de insumos. Si la agricultura orgánica lo único que ofrece es nuevos endeudamientos y nuevas formas de dependencia, el agricultor no tendrá motivación para abandonar la producción convencional.
El reducir la agricultura ecológica a escoger entre X o Y insumo, y a un simple conjunto de técnicas a ser enseñadas en un ámbito educativo apolítico separado de cualquier consideración social o política le quita su carácter alternativo y transformador. Tal visión reduccionista y tecnocrática puede lucrar a vendedores de insumos y grandes corporaciones del agronegocio, pero no puede hacerle frente a los multifacéticos retos globales de la ecología y la seguridad alimentaria mundial.
Los costos de los insumos incentivan el monocultivo, y éste siempre devenga en un impulso irresistible hacia la consolidación de operaciones en aras de eficiencias de escala. El monocultivo consolidado masivo, orgánico o no, sólo puede recuperar costos si es orientado a los más lucrativos mercados ultramarinos, y es por lo tanto antagónico a la seguridad alimentaria local. Los pequeños agricultores, incapaces de competir en tales circunstancias, venden sus operaciones (get big or get out) y después usualmente abandonan el campo y se mudan a las barriadas urbanas. Cabe señalar también que los terratenientes y agroempresarios exportadores tienden a ser los sectores más reaccionarios y violentamente opuestos a las reformas agrarias y medidas que favorecerían la soberanía alimentaria y los intereses del campesinado (Paraguay y Brasil son dos de los casos más extremos).
Es por esto que la agroecología nunca debe separarse de la trama económica y política en la que existe la agricultura. Dice Rosset: “Cualquier paradigma alternativo que ofrezca posibilidades de sacar a la agricultura de la crisis en que se encuentra debe atacar las fuerzas ecológicas, sociales y económicas. Cualquier ejercicio que se concentre solamente en paliar los impactos ambientales, sin ocuparse de la difícil realidad social que enfrentan los agricultores o de las fuerzas económicas que perpetúan la crisis, está condenado al fracaso.”
A la larga, un enfoque asocial y puramente ecológico en la agricultura hasta se convierte en un obstáculo a las metas ambientales. En el monocultivo no hay manera de frenar las plagas, aún si éste es orgánico. La inestabilidad e insustentabilidad inherente del monocultivo se debe más que a la biología a las leyes de la física. Es termodinámica 101, aunque los fabricantes de pesticida y algunos académicos comprometidos con la agricultura corporativa industrial quieran creer lo contrario. Sólo lean las investigaciones de Tad Patzek y Eugene Odum sobre la termodinámica aplicada a la agricultura y la ecología (2).
Las plagas se hacen resistentes al pesticida, aunque sea orgánico, eso no hay quien lo pare, y el agricultor queda atrapado en un ciclo en el que debe acudir continuamente a las corporaciones para obtener nuevos pesticidas. Todo monocultivo es contrario a la biodiversidad, obviamente, y la biodiversidad es absolutamente necesaria para el manejo de plagas y mantener la resiliencia del agroecosistema frente a todo tipo de disturbios. La agroecología no busca sustituir insumos sino eliminarlos, mediante el diseño de agroecosistemas resilientes que detienen o reducen a un mínimo la pérdida de nutrientes.
La agroecología no es una técnica o una tecnología. Es más bien un conjunto de metodologías y conceptos científicos que requieren de un estudio fino y concienzudo del agroecosistema. No busca la máxima productividad bajo toda circunstancia sino la resiliencia ante condiciones adversas y contingencias difíciles de predecir.
El debate sobre el rol de los insumos en la agricultura ecológica demuestra que se necesitan sólidas bases no sólo científicas sino políticas también. La agroecología cumple con ambos requerimientos.
- Carmelo Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental con maestría en ecología social de Goddard College, EEUU. Es catedrático del Instituto de Ecología Social y director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico. Su cuenta Twitter es @carmeloruiz
Notas
1) Peter Rosset. “La crisis de la agricultura convencional, la sustitución de insumos y el enfoque agroecológico” Food First, 2001.
2) Tad Patzek. “The last chapter: Industrial agriculture” 6 de julio 2013.
https://www.alainet.org/es/articulo/78525?language=es
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