Indocumentados en EEUU, ahora sí, podrían ser beneficiados
28/02/2013
- Opinión
Los 208 mil salvadoreños inscritos en el TPS, serían un bloque prácticamente beneficiado
SAN SALVADOR – Todo salvadoreño que se ve obligado a migrar a otras tierras, se va con la esperanza de volver… Pero muy pocos retornan a su terruño como “hijos pródigos” para asentarse y volver a echar raíces. Le mayoría retorna a la fuerza, es decir, deportado, humillado…
No obstante, como dice el dicho: “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”, el tema migratorio en Estados Unidos está en el punto central de la política del presidente Barack Obama, quien ha propuesto una reforma integral que favorecería a millones de indocumentados, entre ellos a buena parte de salvadoreños que viven en territorio estadounidense.
Hugo Martínez, canciller de El Salvador, hace para los lectores de ContraPunto una valoración pormenorizada de la reforma migratoria que está en debate en Estados Unidos y que el legislativo podría aprobar. En sentido general, Martínez está optimista…
¿Cuál es su visión de lo que está haciendo la segunda administración de Barack Obama, respecto a la reforma migratoria?
La reforma migratoria integral ha sido una aspiración de muchos salvadoreños que residen y trabajan en EE.UU, pero que no tienen un status migratorio definitivo en ese país. Esa es una aspiración que hemos apoyado como gobierno y ahora que el presidente Obama lanza este llamado a una reforma integral en el inicio de su segundo período, lo vemos con optimismo y esperamos que ese llamado produzca los resultados necesarios para que nuestros compatriotas tengan un status migratorio definitivo.
Creemos que ese llamado y las diferentes intervenciones públicas que el presidente Obama hizo sobre reforma migratoria, demuestran el interés y compromiso que su administración ha tomado con el tema y esperaríamos que en los próximos meses se dé el debate necesario para que, tanto en la Cámara Caja como en la Cámara Alta, se apruebe un proyecto de reforma migratoria integral.
¿Cuáles son los aspectos principales que contempla una reforma migratoria integral?
Uno de los aspectos principales es brindar la posibilidad a las personas que residen en EE.UU y no tienen un documento de permanencia, lo puedan obtener por medio de una serie de pasos. Eso obviamente no significa una medida automática como lo que podrían esperar algunos compatriotas, sino que al igual que con el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), es un proceso en el que hay una inscripción y una validación de la información a través de la que el gobierno estadounidense define si una persona es elegible o no para el status.
Esto tiene que ver muchas veces con saber si las personas tienen antecedentes de conflictos con la ley en EE.UU y evidentemente, en ese caso no serían elegibles, como no lo fueron para el TPS.
Hablando de eso, un segmento poblacional que para nosotros serían casi que automáticamente elegibles, son los 208 mil salvadoreños que se ampararon al TPS, que vivan y trabajen en EE.UU desde hace más de 10 años y que han cumplido con todas las indicaciones que el gobierno estadounidense les ha dado. Entonces sí se da una reforma integral por fases, para nosotros sería ideal que en la primera fase sea comprendida esta población acogida al TPS que ya ha cumplido con muchos requisitos.
¿Cuántos salvadoreños serían potencialmente beneficiarios de la reforma integral?
Ese es un número difícil de predecir con precisión, ya que por la misma naturaleza irregular de la migración, no hay registros específicos. Lo que sí sabemos es que hay aproximadamente 2.5 millones de salvadoreños residentes en EE.UU y entre ellos hay salvadoreños-americanos, salvadoreños que ya son residentes, hay salvadoreños apegados al TPS y salvadoreños indocumentados.
Esta medida de la reforma migratoria integral vendría a beneficiar a los salvadoreños con TPS y los indocumentados, pero será hasta el momento que las personas se registren, que tendremos un cálculo más preciso de cuantas personas se van a beneficiar con la reforma.
¿Qué papel van a jugar las estructuras del gobierno salvadoreño con la reforma?
Nuestro papel es en dos momentos: En este primer momento del debate de la reforma migratoria, nuestro papel en el marco del respeto a la legislación de EE.UU es sensibilizar a los diferentes sectores y tomadores de decisión sobre la importancia de la reforma; en un segundo momento nuestro papel será de orientación a nuestros compatriotas de cómo optar a la reforma, en caso de aprobarse.
El papel de sensibilización tiene que ver con explicarle a los tomadores de decisión, no solo la importancia que tiene para El Salvador que este Producto Interno Bruto poblacional sea beneficiado en EE.UU, sino que las medidas que estamos tomando en El Salvador para incentivar que la gente se que de aquí y no se siga yendo a EE.UU. Además de esto resaltar los aportes que este grupo poblacional da en los campos de la agricultura, la construcción, la alimentación y en el campo intelectual que lo dan a través de diferentes formas de participación en cada una de esas áreas.
En estos momentos, nuestra red consular y nuestra embajada están en la fase de hablar con diferentes tomadores de decisiones y en un segundo momento toda esa estructura se va a poner en función de orientar a nuestra gente sobre como optar y beneficiarse de mejor manera, en el caso que sea aprobada una reforma migratoria integral.
En anteriores gobiernos hubo una serie de gestiones a favor de la población salvadoreña en el exterior, pero quizá el ingrediente básico que se promovía era lo de las remesas ¿Cuánto ha cambiado eso en el actual momento?
Nosotros hemos cambiado nuestra visión hacia nuestros compatriotas diametralmente, porque no queremos que se sigan estereotipando como una fuerza laboral que aporta a la economía, que si bien es cierto es muy importante el aporte que dan, son alrededor de 4 mil millones de dólares anuales que significan casi el 20% del Producto Interno Bruto y equivalente al presupuesto anual en el Estado.
Pero con la promoción que hicimos y la aprobación de la Ley del voto en el exterior le estamos dando otra dimensión a la participación de nuestros compatriotas que es la participación política en la toma de decisiones y tiene una explicación clara: Las personas que contribuyen de esa forma a la economía salvadoreña ¿Por qué no podían participar en la toma de decisión sobre quién va a conducir el país en los próximos años?
Por eso como gobierno trabajamos en un anteproyecto de Ley que presentamos a la Asamblea Legislativa y esta la aprobó, ahora estamos trabajando para la implementación de esa Ley que garantiza el voto en el exterior. Pero no solo desde las remesas se ve la participación de nuestros compatriotas, parte de lo que le mencionaba y que queremos demostrarle a EE.UU de que tratamos de hacer cosas en el país para que nuestra gente se quede, son proyectos productivos que estamos implementando con capital y participación de nuestros compatriotas en el exterior.
Esos proyectos, algunos en la zona paracentral del país y en Chalatenango, les dan otra forma de vida a los ciudadanos de esas regiones del país, que han crecido y vivido con compatriotas en el exterior y que hoy están dispuestos a invertir en proyectos de desarrollo en esas zonas y que la gente beneficiada ya no busque esas oportunidades a EE.UU, sino que las tenga en su país de origen y desarrolle proyectos avícolas como el que tenemos en Verapaz, el proyecto de cooperativas en San Esteban Catarina o lecheros como el de Nueva Concepción.
¿Cuál es su visión sobre cuánto ha cambiado El Salvador en materia de política exterior y cómo evalúa su participación personal en esta etapa que le ha tocado conducir la diplomacia del país?
Nosotros hemos propugnado e insistido mucho en una política de exterior de Estado, que se acabara con una visión partidaria o de un sector determinado de la sociedad sobre la política exterior, por eso propusimos una diplomacia abierta al mundo y sin ataduras ideológicas, cuya búsqueda principal sea el bienestar de nuestros compatriotas, ya sea a través de las buenas relaciones con otros países del mundo o velando por los derechos de nuestros compatriotas, en cualquier parte del mundo y sin importar su condición migratoria.
En ese sentido yo me siento muy satisfecho porque ahora El Salvador es reconocido como un país que tiene esa política exterior abierta al mundo, sin ataduras ideológicas y tiene una visión que comparte valores fundamentales universales como la paz y la democracia, pero teniendo una visión pragmática en el marco de esos valores, viendo cuales van a ser los beneficios que en común se van a temer o los beneficios del Estado salvadoreño al impulsar una relación bilateral o multilateral determinada.
En ese sentido hemos apostado a consolidar las relaciones estratégicas que ya teníamos, a desarrollar relaciones que ya teníamos, pero que eran de “bajo perfil” como por ejemplo con los países nórdicos, Australia, Rusia, India y Brasil. En un tercer bloque hemos abierto nuevas relaciones con países como Cuba, Vietnam, Sri Lanka y Tailandia, que nos ha permitido ampliar la visión de las relaciones en El Salvador.
Gracias a eso, El Salvador es reconocido en el mundo como un referente importante en materia de política exterior y también gracias a eso hemos logrado que la cooperación internacional no solo se mantenga, sino que en promedio se triplicara con respecto a administraciones anteriores. Por ejemplo anunciamos en junio del año pasado que sobrepasamos los mil millones de dólares de cooperación financiera no reembolsable, 1.185 millones de dólares para ser más exactos, a un promedio de 370 millones anuales, en comparación con un promedio de 100 a 150 millones de dólares anuales que se concretaban en administraciones anteriores.
Todo esto es gracias a las buenas relaciones cultivadas como país y la transparencia en la cooperación internacional. En lo personal me siento muy orgulloso en potenciar esos saltos de calidad en la política exterior salvadoreña, de haber ganado un mayor respeto y reconocimiento para nuestro país a nivel internacional y de haber sentado las bases de una política exterior de Estado, no de partidos o sectores determinados, que nos permita insertar en el mundo de una manera más respetable y lograr mayor ventaja de nuestra inserción en el mundo.
Miércoles, 27 Febrero 2013
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