La oposición venezolana da marcha atrás y quiere diálogo en un país despolarizado

Hace apenas cuatro meses, el mismo Guaidó rechazaba cualquier diálogo, y decía que eso era una estrategia de Maduro para “ganar tiempo”. Pero varias cosas pasaron en tan poco tiempo.

17/05/2021
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En Venezuela se vuelve a hablar de diálogo político, lo cual no es nuevo por parte del gobierno de Nicolás Maduro, pero sí por el lado de la oposición que dice encabezar el exdiputado Juan Guaidó. Quien alguna vez, en el ahora muy lejano 2019, se auto-juramentó presidente encargado de Venezuela, ahora oficializó un cambio de estrategia y salió hablando de la necesidad de dialogar con el “régimen de Maduro”. 

 

Hace apenas cuatro meses, el mismo Guaidó rechazaba cualquier diálogo, y decía que eso era una estrategia de Maduro para “ganar tiempo”. Pero varias cosas pasaron en tan poco tiempo, y esta jugada de aceptar el diálogo por parte de Guaidó y los sectores de oposición que hasta ahora lo respaldan parece venir a dejar claro el cambio de estrategia de la administración Biden respecto a Venezuela, además de algunas otras señales a lo interno y en la región. 

 

Una, que no se puede ignorar, es el mal momento de un aliado central, Ivan Duque, el presidente de Colombia, cercado por movilizaciones populares. Otra, las señales de cierta conciliación que el gobierno de Nicolás Maduro ha enviado a sectores empresariales venezolanos, y otra cuestión central: la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral, esta vez siguiendo el recorrido constitucional, a través de la Asamblea Nacional, y que suma más representación de la oposición, con dos rectores principales de cinco, y no solo uno, como se venía registrando en composiciones anteriores. 

 

Estos nuevos sectores opositores amplían la oposición, que no parece dispuesta a volver a quedarse afuera de un proceso electoral, como lo hicieron el año pasado en las legislativas. Este año se realizarán el 21 de noviembre los comicios para gobernadores, alcaldes y concejos municipales, una elección muy atractiva para sectores de la oposición con cierta extensión territorial, que pueden aspirar incluso a recuperar gobernaciones y alcaldías estratégicas, hoy en manos del gobierno por la cada vez más cuestionada ausencia en las urnas de la oposición. 

 

Además, Guaidó le suma a esta posibilidad de diálogo un elemento importante: la posibilidad de un levantamiento gradual de las sanciones de Estados Unidos. Teniendo en cuenta que el sector de la oposición que tiene línea directa (¿o habrá que decir recibe órdenes directas?) en Washington, es el sector que encabeza Guaidó, y ésta parece ser la carta del exdiputado para quedar afuera de una tendencia que ya se venía gestando en la oposición. 

 

Y el gobierno, que sabe que esto es así, respondió con varios mensajes y con varios voceros, todos poniéndole freno a Guaidó. El presidente Maduro dijo que Guaidó “anda desesperado por dialogar” y le dijo que puede unirse a las mesas que ya existen, pero que “no se crea que es un líder” y le reclamó como condición que “renuncie al camino del intervencionismo y el golpismo”. 

 

James Story, quien funge como embajador de Estados Unidos en Venezuela (pero desde Bogotá), expresó que Washington estaría dispuesto a levantar las sanciones, con la condición de que se instale una mesa de negociación. Condicionante para aliviar las medidas de bloqueo, sería que se fijen las fechas para elecciones presidenciales y parlamentarias.

 

El cronograma electoral venezolano tiene pautadas las votaciones presidenciales para 2024 y las de la Asamblea Nacional para 2025. Estamos hablando de la necesidad de tener elecciones presidenciales y parlamentarias, no solo las elecciones regionales, para que podamos pensar en cambios de nuestra política”, dijo.  

 

Está claro que las declaraciones de lado y lado son intentos por ir marcando el terreno en algún tipo de acercamiento que se viene, y que, puesto en perspectiva, parece ser más una derrota para la oposición golpista que para el gobierno, que gana tiempo y ve cómo va desinflándose poco a poco la presión internacional: Europa saluda los acercamientos y Estados Unidos se mantiene más o menos en silencio. 

 

Pero, de cualquier manera, no hay que dejar de lado un tema central: la sociedad venezolana se viene despolarizando a pasos acelerados, y los que no se sienten representados ni por el gobierno ni por la oposición son mayoría.

 

El Monitor País de la encuestadora Hinterlaces, midió en abril pasado que el 26% afirma simpatizar con el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el 13% mencionó algún partido ligado a la oposición, una diferencia importante para el oficialismo, pero el 52% manifestó que no se identifica con ninguna agrupación partidista. 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/212264?language=es
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